Hablar algo más sobre Stephen King a estas alturas es casi innecesario. Su extensa obra, su condición indiscutida de creador de best-sellers (perdón por usar la gastada palabreja en inglés), su numerosos seguidores y detractores, y un largo etcétera, lo han convertido en el centro de una enorme cantidad de notas, críticas y entrevistas. Es uno de mis escritores favoritos desde la adolescencia, desde que compré la antología "Four Past Midnight" (Cuatro Después de la Medianoche), libro que perdí un tiempo después al prestarlo. Si bien no me considero lo que él denomina como "lector constante", o sea, aquel que ha leído casi todas sus obras, creo que me encuentro a mitad de camino de ese título. Me quedan varios libros pendientes de leer, algunos de los más nuevos y otros del grupo de los clásicos. Sobre este último grupo he saldado una de mis deudas al leer "Salem's Lot (Edición ilustrada)" hace un par de semanas.
Salem's Lot, que podría traducirse algo así como "El Solar de Salem", es la segunda novela de Stephen King. Se publicó en el año 1975 luego del éxito de la novela Carrie. Es, en pocas palabras, una versión moderna de Drácula, pero ambientada en 1975 y en un pequeño pueblo ficticio de Maine: Jerusalem's Lot. Al momento de publicarse, el nombre Jerusalem se trocó por Salem debido a que los editores temían que el libro pareciese religioso. Cuenta la historia de un escritor (Ben Mears) que vuelve al pueblo de su infancia buscando inspiración para su próxima novela, la cual piensa basar en un suceso algo sobrenatural que experimentó de niño. A los nueve años de edad se había aventurado dentro de la ruinosa casa de los Marsten, la típica casona de las películas de terror con una historia trágica a cuestas, y vio algo que no era posible. Al mismo tiempo que Mears, ya adulto, llega al pueblo, también aparecen dos misteriosos personajes, Straker y Barlow, que compran la vieja casona Marsten y abren una tienda de antigüedades. A partir de entonces empiezan a ocurrir misteriosas desapariciones y muertes en el pueblo, y solo un puñado de personas, entre las cuales se halla Mears, entenderán lo que ocurre y lo enfrentarán. No sigo contando el resto porque no quisiera arruinarle el final a alguien que esté por leerla.
La historia de Salem's Lot tiene esa atmósfera terrorífica, esa simpleza, y por momentos cierta previsibilidad, que recuerda a las películas de terror de los años ochenta. Quizás por ese motivo es atrapante y efectiva. A diferencia de otras novelas de King más modernas, donde a veces pareciera que ha perdido un poco la magia que lo caracterizaba (¡perdón Stephen!), Salem's Lot se disfruta y hace honor al género literario donde lo han encasillado. Si bien son sub-tramas secundarias, hay algunos pasajes que son sobrecogedores, como la de Sandy cuando encuentra al bebé, los hermanitos Glick andando por el bosque a la noche, o algunas de las escenas relacionadas con la casa de los Marsten. King muestra con habilidad como se pueden tocar las fibras sensibles del lector, de modo de asustarlo o incluso angustiarlo. Creanme que lo logra muy bien, al igual que lo hizo en "Cementerio de Animales" o "Un saco de huesos". No se trata de vampiros edulcorados para el público juvenil actual. Se trata de lugares oscuros, de olor a descomposición, de personas comunes sometidas a escenarios sobrenaturales. Para el que le interese saber un poco más de la novela, sugiero leer la edición especial de la revista digital Insomnia, en donde se la desmenuza con detalle.
El libro incluye un par de cuentos relacionados con Salem's Lot, que aparecieron publicados en dos libros de cuentos de King: "Una para el camino" y "Jerusalem's Lot". Además hay material eliminado de la primera edición, una nueva introducción del autor, y una serie de fotografías en blanco y negro. En fin, una lectura recomendable para los que gustamos del género de terror, y en especial, de las obras de Stephen King. Hasta la próxima.
Aun tienes este libro ? si es así, a cuanto lo venderías ?
ResponderEliminarEstimado Jean Pierre, no lo tengo a la venta. Gracias por comentar. Saludos
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