Lo más lindo de gastar el tiempo buscando información en revistas y diarios antiguos es que uno se encuentra con historias curiosas, historias mínimas, sobre las que quizás no es posible ahondar mucho pero que sirven para dar un vistazo a ciertos instantes del pasado local y regional. Acumulo decenas de estas pequeñas, casi ínfimas, historias, las cuales guardo mientras decido si conviene agruparlas por tema, época o por si se puede ampliar la información o el contexto. A veces no ocurre ninguna de estas cosas y ese retazo de historia sigue durmiendo en algún archivo de mi computadora durante unos cuantos años. Hoy voy a sacar a la luz una de estas historias mínimas, empezando por el contexto, que se desarrolla a miles de kilómetros de distancia de la Patagonia.
Titulares como éste se repitieron en casi todos los diarios del mundo en los primeros días de agosto. La fuente de la imagen de ejemplo fue extraída de la hemeroteca digital de Santa Fe. |
Tiempos oscuros vienen marchando
En agosto de 1934 falleció el entonces presidente de Alemania, Paul von Hindenburg, quedando el camino despejado para la toma del poder total del canciller Adolf Hitler y su infame partido nazi. Hindenburg había sido el responsable estratégico de la victoria de Tannenberg sobre el ejercito ruso, durante la Primera Guerra Mundial, lo cual lo había convertido en una especie de héroe nacional. Para la década de 1930 ya superaba los ochenta años, pero aún así fue reelegido en las elecciones presidenciales del 10 de abril de 1932, derrotando a Adolf Hitler, pero sin lograr una mayoría en el Reichstag, lo cual lo obligó a pactar con el partido nazi y terminó llevando al futuro Führer al puesto de canciller en enero de 1933. Hindenburg murió el 2 de agosto de 1934, afectado por cáncer de pulmón, y fue inhumado, a instancias de Hitler, en el monumento a la batalla de Tannenberg, violándose así el deseo del extinto presidente de ser enterrado con su esposa. Sobre el tema del entierro hay una historia muy interesante, ya que por motivos políticos en primera instancia, y luego por los sucesos acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial, los restos del militar alemán fueron trasladados sucesivamente a diferentes locaciones. Esa es una historia que excede esta nota pero que pueden consultar en este enlace.
El gobierno argentino decretó el 2 de agosto de 1934 un duelo de tres días por el fallecimiento del líder alemán. El decreto correspondiente aparece mucho más tarde en el Boletín Oficial de la República Argentina, en la edición del 16 de octubre del mismo año. |
Un velatorio en Puerto Madryn
La muerte de Hindenburg fue noticia en todos los diarios del mundo y Argentina no fue excepción. Se enviaron los habituales mensajes de condolencias por parte de la mayoría de los gobiernos y la noticia se repitió en los periódicos durante varios días. Por su parte, el gobierno nacional decretó un duelo de tres días con las banderas a media asta en todos los edificios públicos, unidades del Ejército y buques de la Armada. En este marco de situación, hay una curiosa noticia que queda registrada en la prensa regional que trata sobre un velatorio simbólico en un lugar muy distante de Alemania, más precisamente, en Puerto Madryn. De acuerdo a lo publicado en la revista Argentina Austral de septiembre de 1934, hubo una ceremonia, un funeral según la nota, en memoria del mariscal Hindenburg, que se realizó en la sede del viceconsulado alemán en Puerto Madryn. La noticia está plasmada a través de solo dos fotos, pero a través de ellas podemos enterarnos que habían asistido los representantes consulares de Gran Bretaña y España, y que hubo cierta concurrencia por parte de la población (estimo que al menos aquellos que eran de esa nacionalidad).
La otra fotografía muestra a parte de los asistentes al funeral simbólico realizado en Puerto Madryn. |
Es más que probable que se hayan realizado ceremonias similares en diferentes lugares del país, e incluso en la misma Patagonia. La colectividad alemana no era la colectividad extranjera más grande en la Patagonia, pero tampoco era irrelevante. Había muchos más pobladores de origen británico, español, italiano o chileno, los cuales se contaban por miles, pero había centenares de ciudadanos alemanes en las provincias patagónicas que usualmente se reunían en torno a algún viceconsulado o agrupación de dicha nacionalidad. De hecho, en la misma revista Argentina Austral, pero en su edición de diciembre de 1931, se menciona que la colectividad alemana de Comodoro Rivadavia se había reunido para celebrar el cumpleaños del mariscal Hindenburg con una función y baile en los salones de la Sociedad Española de esa ciudad. Seguramente allí también hubo alguna ceremonia similar en 1934 para honrar la memoria del difunto presidente, aunque no consta en ningún documento que tenga a mi alcance.
Hasta aquí llegó la nota de hoy, apenas un par de fotos y un vistazo al pasado patagónico. Nos vemos en la próxima entrada, y gracias por seguir leyendo.
Excelente artículo en la fotografía me parece que está Frida Grymm
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aporte y por tu opinión. Saludos
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