Submarinos fantasmales y habladurías ocasionales

El 26 de septiembre de 1946, el periódico francés France Soir difundió una noticia de tapa que parecía imposible. Bajo el título "Un sous-marin nazi a arraisonné un baleinier islandais!" (¡Un submarino nazi abordó un ballenero islandés!), publicó en primera plana una nota que parecía un fantasma retornado del pasado:

Entre Malvinas y la banquisa Antártica
Un submarino nazi detiene a un ballenero islandés
A cambio de parte del cargamento de combustible, el comandante del U-Boote facilitó a los balleneros la posición de los bancos de cetáceos.
SANTA CRUZ, 25 de septiembre. (Despacho France-Soir) - La marina del antiguo Reich no ha sido completamente capturada.
Dos años después de la derrota, se produjo un hecho sorprendente en alta mar, entre las islas Malvinas y la banquisa antártica. Inesperadamente, el ballenero «Juliana II», inscrito en el registro de navegación de Reikjavik, capitaneado por Christian Hecla, fue abordado por un gran sumergible, un U-Boote de la marina alemana, que enarbolaba una bandera roja con amplios bordes negros.
Cuando se comunicaron las advertencias habituales, toda la tripulación del submarino estaba en sus puestos de combate, los hombres uniformados con capas grises. Su capitán subió a bordo del Juliana II en una lancha neumática tripulada por marineros.
Dirigiéndose cortésmente al comandante Hecla, pero en un tono que no admitía réplica, exigió la entrega inmediata de parte del suministro de nafta del ballenero. Su interlocutor accedió y el alemán, sacando de su bolsillo un monedero bien lleno, pagó el combustible en dólares. Incluso llegó a dar una prima de 10 dólares a los cinco hombres de a bordo. Mientras se trasvasaba el preciado líquido, el oficial alemán, que hablaba perfectamente inglés, dio al capitán Hecla información sobre la posición de los bancos de ballenas, información que resultó ser exacta, ya que en el viaje de regreso, el Juliana arponeó a dos cetáceos.
Interrogado en Santa Cruz sobre su aventura, el capitán Hecla, a la pregunta de si había avisado por radio a la base naval de las Malvinas de su misterioso encuentro, respondió simplemente: - Había ido a cazar ballenas, no a cazar submarinos.

Extracto de la tapa del periódico France Soir del 26 de septiembre de 1946- Fuente: Gallica.

La noticia era sorprendente, considerando el particular contexto de posguerra. Si bien la guerra en Europa había terminado hacía más de un año, los submarinos alemanes rendidos en el puerto de Mar del Plata en julio y agosto de 1945 habían encendido las alarmas sobre la posibilidad de que otros submarinos merodeasen las cosas del Atlántico Sur en busca de refugio. En ese sentido, encontrar un submarino alemán en la costa de Santa Cruz no parece del todo descabellado. Sin embargo, la historia empieza a hacer agua (nunca más apropiado) cuando pensamos los problemas logísticos de navegar con un submarino de incógnito durante más de un año, cuando tu patria ha sido derrotada y ocupada y no hay lugar en el mundo donde puedan recibirte. ¿Cómo se aprovisionó de combustible durante un año? ¿y las provisiones para la tripulación? ¿Cómo mantuvieron la disciplina y no desertaron o se entregaron como ocurrió con los dos submarinos de Mar del Plata? Pero esto no termina allí, porque hay más cosas inconsistentes. Por un lado, parece que no hay registros de balleneros islandeses en aguas antárticas. Por otro lado, una búsqueda en los registros de la Lloyd's no arroja ningún resultado, aparece un vapor Juliana y otro Juliane, pero ninguno parece ser un ballenero ni tampoco es islandés. El apellido Hecla parece no ser de Islandia, aunque hay un estratovolcán en dicho país que se llama Hekla. Entonces.... ¿de dónde salió tan disparatada noticia?

El 10 de julio de 1945, el submarino alemán clase IX U-530 apareció de la nada en la fría y nublada mañana de Mar del Plata, comandado por el capitán Otto Wermuth.


La respuesta podría hallarse en el mismo diario France Soir. Este matutino era algo así como un desprendimiento o una copia del Paris Soir, un diario de corte sensacionalista, que no era famoso precisamente por su veracidad. El Paris Soir se caracterizaba por sus noticias de impacto, bien acompañadas de imágenes y de frases inquietantes. El France Soir, por su parte, se había fundado en 1944, en la clandestinidad, por un grupo de periodistas que buscaban desafiar la censura impuesta por el régimen colaboracionista de Vichy y las fuerzas de ocupación alemanas. Aunque el France Soir no era un periódico completamente sensacionalista, tenía algunas características que podrían considerarse amarillistas para la época, y se centraba en historias humanas y emocionales, utilizando titulares llamativos y un lenguaje vívido para atraer al público.

A pesar de todo, si bien la noticia del France Soir pasó sin mucho eco, tuvo algunas repercusiones en diferentes lugares del mundo, incluida Argentina y, particularmente, la Patagonia. En la región patagónica la noticia fue replicada por el diario comodorense El Rivadavia, en su edición del 26 de septiembre, donde se publicó en la primera plana de la siguiente manera:

Un submarino alemán merodearía en la vecindad de Tierra del Fuego
BUENOS AIRES, septiembre 25 (United). — Entrevistaron en horas de la tarde de hoy al ministro de Marina, capitán de navío Anadón, los periodistas destacados en la casa de Gobierno. Preguntáronle éstos cual era el grado de veracidad de las versiones acerca de la aparición de un submarino alemán en aguas del Atlántico, en la vecindad de las Islas Malvinas.
La información fué publicada en París por el diario "France Soír", el que expresa que un submarino de matricula alemana habría detenido en aguas vecinas a las Islas Malvinas, a corta distancia de Tierra del Fuego, a la ballenera islandesa "Juliana", con el propósito de reabastecerse de víveres y combustible. El capitán de la nave habría pagado las provisiones obtenidas con dinero en efectivo.
Respondió el ministro que no había recibido ninguna comunicación al respecto, desconociendo en absoluto cuanto se refiriera a ese respecto.

Extracto de la tapa del diario comodorense El Rivadavia, del 26 de septiembre de 1946. Fuente: Archivo Histórico Municipal de Comodoro Rivadavia.

 

Como vemos, la noticia es básicamente la misma que publicó France Soir, en forma resumida, con el agregado de una entrevista con el ministro de Marina de la Nación, el capitán Fidel Añadón, quien dice desconocer el asunto. Lo curioso es que la nota de France Soir indica que la fuente de la noticia es Santa Cruz, mientras que el diario comodorense dice que es de la agencia United. Otra contradicción sobre esta historia que cada vez tiene menos de donde agarrarse. Con los años, la historia seguiría replicándose, cada vez con menos fuerza, en artículos de diferentes países, como el periódico turco Yeni Sabah (17 de junio de 1948) o la revista brasilera Eu Sei Tudo (Marzo 1952). Incluso la historia fue incluida en el libro de Ladislao Szabo, "Hitler está vivo" (1947), uno de los primeros que aseguró, sobre las brasas aún calientes de la Segunda Guerra Mundial, que el líder alemán había escapado de la muerte y de los Aliados y que se hallaba en Argentina.

Hasta aquí llega la historia de este submarino que tiene más de ficción que de realidad. La posibilidad de que ese encuentro haya ocurrido es casi nula (y no digo nula porque soy matemáticamente riguroso y no puedo demostrarlo... pero tiene toda la pinta de ser nulísima). Esta historia se entreteje con las decenas de relatos que hablan de misteriosos submarinos en la costa argentina, los submarinos rendidos en Mar del Plata, los nazis fugados a la Argentina, y un largo etcétera. No niego, ni descarto, que haya llegado algún otro submarino alemán a las costas argentinas, y patagónicas en particular, pero si eso ocurrió no fue en 1946 sino en 1945. Pero ya que hablamos de submarinos misteriosos, quiero compartir una última reflexión antes de cerrar la nota.


No crean todo lo que vean o lean

En otras ocasiones he contado algunas historias de submarinos en el blog, tales como la de los submarinos de Frondizi, en 1958 y 1959 (tengo pendiente escribir sobre el incidente de 1960), el incidente de 1942 en el Golfo Nuevo, los mitos y no tan mitos sobre la presencia de alemanes en la costa patagónica, etc. En todos los casos se trata de sucesos bastante documentados, que tuvieron cierta prensa o que quedaron registrados en documentos oficiales, y que tienen cierto grado de verosimilitud. Hay un margen de duda, especialmente en los incidentes de 1958 a 1960, como para tejer diferentes hipótesis, pero la mayoría de ellas cae dentro del conjunto de respuestas razonables: submarinos de algunas de las potencias (EE.UU., URSS, Gran Bretaña), montaje de la Armada, una combinación poco probable de errores fortuitos, etc. Sin embargo no es raro, sino más bien todo lo contrario, es muy probable, que una búsqueda de información sobre estos temas en la web nos lleve rápidamente a las hipótesis que incluyen naves extraterrestres y sucesos extraños que no aparecen en la prensa de la época. Entiendo que la hipótesis extraterrestre es fascinante, pero lamentablemente no hay la más mínima evidencia de ello. Hace unas semanas, un amigo me pasó un video de Youtube, que no enlazo acá porque no quiero hacer publicidad de algo que está lleno de mentiras, de una persona hablando extensamente sobre el caso de los submarinos de Frondizi, y contando una historia distorsionada, llena de detalles y sucesos que no existieron. Claro, casualmente todos esos detalles que, según el presentador, no salieron en la prensa de la época, se obtuvieron por filtraciones y relatos de los involucrados en el hecho, años después. Pero cuando se indaga un poco, nunca aparecen los testimonios de primera mano, siempre son anónimos, esquivos, como fantasmas que se desvanecen. Por eso les sugiero, como consejo de uso general, no solo aplicable a los submarinos extraterrestres, que sean muy críticos de lo que leen, incluyendo este mismo blog. Como sociedad nos estamos acostumbrando, cada vez más cómodamente, a aceptar mentiras sin fundamento solo porque el video es viral, porque la persona que habla parece que sabe o porque lo repiten en todos los medios. Seamos más escépticos, por favor, porque vivimos en un mundo saturado de mentiras y medias verdades.

Esta, y otras imágenes similares, pululan por la web, asegurando que se trata de una nave extraterrestre fotografiada a través del periscopio de un submarino norteamericano. Dejo que los lectores juzguen por su cuenta el grado de falsedad de la misma.

Final

Espero no haber desvirtuado la nota con mi última digresión, pero tengo esa sensación permanente de que nuestra sociedad avanza inconscientemente (o no) a una especie de distopía mezcla de 1984, Un Mundo Feliz y Fahrenheit 451, y creo que una forma de ponerle freno es mediante el espíritu crítico. Esta vieja historia olvidada sobre un submarino fantasma, o los divagues que pululan en la web sobre los submarinos de Frondizi, son una buena excusa para hablar de ello. Pero bueno, no quiero dilatarme más. Los dejo con estas historias para contar y estas ideas para reflexionar. Nos vemos en la próxima entrada.

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