Hace unas pocas semanas circuló por la prensa la noticia de que un globo cargado de instrumental científico de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) había caído en interior de la provincia de Chubut. Este globo, que había sido lanzado desde Nueva Zelanda y forma parte de un programa de estudio atmosférico de dicha institución, fue localizado en un descampado a unos 40 kilómetros de la aldea El Escorial. Se rescató el paracaídas, el canasto y parte del equipamiento científico, mientras que el globo de helio aún permanece desaparecido. Esta noticia reciente, me llevó a desempolvar otra, bastante más antigua, que fue publicada en la prensa regional y que a su vez se conecta, marginalmente, con un hallazgo que levantó cierto revuelo hace unos años. El denominador común es un poco endeble, pero sirve de excusa para hablar de eventos con orígenes similares. Pero mejor me dejo de rodeos y los invito a leer esta pequeña historia de globos sonda y artefactos sospechosos.
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Imagen generada con Chat GPT |
Antes de entrar de lleno en la historia, hay que responder una pregunta elemental: ¿qué es un globo sonda? Pues ni más ni menos que un globo aerostático relleno de hidrógeno o helio, no tripulado, que se utiliza para estudios meteorológicos. Su carga útil suele ser una pequeña central meteorológica desechable, llamada radiosonda, que recolecta mediciones de presión atmosférica, temperatura y humedad; y las transmite por radio. Es como un pequeño satélite meteorológico que no sale de la atmósfera y que tiene una vida útil reducida.
Puerto Madryn, mayo de 1961
De acuerdo a lo publicado por el diario Jornada en mayo de 1961, el domingo 7 de dicho mes se lanzó (quizás sería más correcto decir «se soltó») un globo sonda desde la base aeronaval de Puerto Madryn. Dicho globo había sido llenado con hidrógeno y estaba equipado con una radiosonda Graw H50. Alcanzó una altura superior a los 30.000 metros, enviando en tiempo real los datos de temperatura, humedad y presión. Lo notable de esta experiencia fue el uso de tecnología avanzada (para la época), que era útil para el cálculo de formaciones nubosas, turbulencias y hasta probabilidades de tormentas eléctricas. Este uso de instrumentación electrónica para medir variables atmosféricas desde grandes alturas representó un hito temprano en la integración de tecnología para el monitoreo meteorológico en la Patagonia sur. La nota incluso arriesgaba que, con el despliegue de una red de estaciones de radiosondeo, se podría asegurar meteorológicamente los vuelos, particularmente de los aparatos que lo hiciesen a más de 9.000 metros de altura.
La radiosonda Graw H50
La radiosonda que se utilizó en aquel vuelo era una Graw H50, desarrollada por la empresa Graw Wetter & Klima, una firma alemana especializada en instrumentación meteorológica, que fue fundada en 1938 y originalmente proporcionaba radiosondas al Ejército alemán. Este modelo se destacaba por su capacidad para transmitir datos meteorológicos en tiempo real desde altitudes extremas. Tenía un transmisor de radio alimentado por batería, con el cual se suministraba energía a los sensores de temperatura, presión y humedad. Era muy preciso para su época y enviaba datos cada pocos segundos, lo que permitía a los meteorólogos reconstruir perfiles verticales de la atmósfera con un muy buen nivel de detalle. Las radiosondas modernas poseen localizadores GPS que permiten determinar su ubicación exacta en tiempo real, pero en modelos antiguos, como es el caso de la Graw H50, era difícil recuperar el equipo una vez que el globo explotaba o se desinflaba, ya que no se podía calcular con exactitud su ubicación.
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Fotografía de una radiosonda Graw H50, como la que se lanzó en Puerto Madryn en 1961, donde se aprecian el transformador (Tr), un motor (M) y una válvula pentodo (T). Fuente: La chasse aux radiosondes. |
La curiosa historia de la radiosonda hallada en Tierra del Fuego
Quizás la historia del globo sonda debería terminar en este punto, pero una inesperada referencia llamó mi atención. En octubre del 2021 se produjo el hallazgo fortuito de una radiosonda de origen alemán en la localidad de Tolhuin, en Tierra del Fuego. El artefacto fue hallado semienterrado, mientras se realizaban tareas de desmonte, por la técnica forestal Hortensia Mansilla. Un análisis más detallado del equipo reveló que se trataba de una Graw H50 (como la de Madryn), y que entre sus componentes había una válvula pentodo RV2,4P700, con la leyenda Wehrmacht Eigentum, que significa “propiedad del ejército” y el símbolo del águila nazi con la esvástica (conocido como Reichsadler o Parteiadler). Este hallazgo tuvo un cierto eco en la prensa regional y nacional, que empezaron a especular sobre el origen del equipo y como había llegado hasta ese lugar.
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Fotografía de la radiosonda recuperada en Tolhuin en 2021. La Graw H50 era un artefacto compacto (21,5 cm de altura, 17 cm de longitud y 10 cm de ancho) y ligero, ya que sin contar las baterías pesa apenas 785 gramos. Fuente: Revista La Lupa, año 14, N° 25, en Researchgate. |
Las historias de nazis en la Patagonia se remontan hasta la mismísima Segunda Guerra Mundial, pero en la práctica hay poca evidencia concreta de su presencia en el lugar, más allá de algún que otro individuo y/o situación confusa. Sin embargo es una temática sobre la que se vuelve a cada rato, y no es para nada extraño que el hallazgo de esta radiosonda haya generado un pequeño revuelo. Pero en un trabajo realizado por tres investigadores de Tierra del Fuego se demostró que ese modelo Graw H50 fue fabricado a partir de 1950 y hasta 1965. Según sus averiguaciones, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la empresa se trasladó a Nuremberg y continuó fabricando radiosondas. En aquellos primeros años de la posguerra se utilizaban componentes remanentes que habían sido originalmente fabricados para las fuerzas armadas, lo cual explicaría la presencia de la válvula con la inscripción del Ejercito y el águila con la esvástica.
Contada esta historia y explicado su origen de posguerra, cabe preguntarse algo adicional. ¿Qué fue de la radiosonda lanzada en Puerto Madryn en mayo de 1961? ¿Fue recuperada por miembros de la base aeronaval desde donde partió o se perdió? Si nunca se recuperó... ¿podría haber volado hasta el sur del continente y haber caído en Tolhuin? Las dos primeras preguntas no sé como responderlas, la última creo que tiene una respuesta negativa, aunque dejo entreabierta la puerta a la duda y al sano escepticismo.
Comentario Final
En esta nota hemos recorrido una breve historia local, sobre el lanzamiento de un globo sonda equipado con un artefacto para medir y comunicar diferentes variables atmosféricas, que por una cuestión circunstancial encuentra un eco a miles de kilómetros de distancia. Así pasamos de una nota en una hoja amarillenta a un hallazgo moderno, una historia de nazis improbables y algunos interrogantes más terrenales pero aún así interesantes. No me parece poco para haber empezado hablando sobre un humilde globo lleno de hidrógeno. Quedo a la espera de sus comentarios, y como de costumbre, gracias por leer y compartir.
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