Puerto Lobos (parte 2)

(Continuación de la entrada anterior)

Retomando el hilo de la historia con la que comencé la entrada previa, me detuve apenas un rato en Puerto Lobos. Tenía un largo viaje por delante y no podía pasarme todo el día allí. Así que cámara en mano me puse a tomar fotos del lugar. Lo primero que hice fue, además de ir a la costa y sentir el ruido del mar al romper en la orilla, dirigirme a las ruinas del viejo hotel. Sorprendentemente, a pesar del paso del tiempo, se mantiene bastante bien parado, al menos respecto de lo que yo recuerdo de hace veintitantos años atrás. A la derecha se observa una especie de anexo, un agregado posterior que parece algo más nuevo que el conjunto del hotel, pero se trata de cuatro paredes vacías y abandonadas como todo el resto.

Antiguo hotel de Puerto Lobos.

En el frente del edificio se lee aún el nombre del hotel y del lugar: Puerto Lobos. Carece de techos y cerramientos, pero un examen más de cerca revela algunos detalles de interés. A la izquierda, en la parte superior, se adivina un dibujo estilizado donde aparece un lobo sobre el mapa de la provincia de Chubut, como reafirmando tanto el nombre del lugar como la pertenencia administrativa. Se ven las marcas del fuego, producidas por algún asado esporádico, pero a pesar del abandono y soledad del lugar, los destrozos son menores. No hay tantas pintadas como uno esperaría encontrar, y el daño observado es en su mayoría producto de las inclemencias del tiempo.

Antiguo hotel de Puerto Lobos. Detalle de la cara este (frente).

En la cara sur del hotel están las ventanas de lo que eran las habitaciones, y al fondo a la izquierda se ven los baños, que estaba fuera del hotel. En realidad, más que baños se trataba de letrinas al estilo de la época.

Antiguo hotel de Puerto Lobos. Detalle de la cara sur (lateral).

Al ingresar al interior del hotel, lo más llamativo es el hall principal, que se ve que fue tanto recepción como comedor. El piso de cerámicos está bastante dañado, y en las paredes aún se pueden ver las pinturas que adornaban el ambiente. Una sirena y un faro a la izquierda, un bañista en la del medio, y algo que parece un paisaje con gaviotas a la derecha. Al fondo se ve una abertura semicircular que alguna vez fue la comunicación entre el salón y la cocina.

Antiguo hotel de Puerto Lobos. Detalle del hall de recepción y comedor.

Unos metros al sur del hotel me encontré con unas ruinas que me desconcertaron. Un pozo en la tierra, con paredes de chapa, que ahora se encuentra lleno de desperdicios traídos por los ocasionales turistas de la zona. Se me ocurrió que podía tratarse de algún depósito de agua, tan escasa por la zona, pero un par de metros más al sur hallé unas escaleras que descienden y que apuntan al interior del depósito. Estudiando un plano muy simplificado que encontré en la Dirección General de Catastro e Información Territorial de Chubut, pareciera que estos restos corresponden a la antigua comisaria, pero no es algo que pueda confirmar de manera contundente.

Ruinas al sur del hotel. Posiblemente sean de la antigua comisaría.

Escaleras que bajan junto a las ruinas emplezadas al sur del hotel. Posiblemente sean de la antigua comisaría.

Desperdigados en un radio de veinte o treinta metros respecto del hotel se pueden encontrar algunas latas viejas oxidadas, escombros de otras construcciones, y diversos desechos, aunque no todos corresponden a la época donde Puerto Lobos estaba habitado, sino que hay residuos más nuevos, producto de turistas o pescadores que andan por el lugar. También, a pocos metros de los restos de la (supuesta) comisaría, encontré unos restos que parecen ser de un monolito del Instituto Geográfico Militar, IGM (ahora es el IGN, Instituto Geográfico Nacional). También es posible que sea la base de un mástil, lo cual tendría cierta lógica tratándose de la comisaría, pero no podría aseverarlo rotundamente.

Monolito emplazado al sur del hotel y la comisaria. Posiblemente sea la base de un mástil o un hito del IGM.

No había nadie en Puerto Lobos, era todo para mi. Apenas se escuchaba el "shhhh" de infinitas piedritas arrastradas por el mar. Pero no pude detenerme demasiado tiempo, tenía un largo tirón por delante, así que partí dejando atrás recuerdos y sensaciones. Tengo cosas pendientes, así que volveré en mi próximo viaje, con el equipo de mate y más tiempo, para recorrer el lugar en detalle. Me falto ver el cementerio, que busqué por el lado equivocado, y no tomé fotos de los pozos tapados cerca de la costa. Pero bueno, todo eso conjuga una buena excusa para volver en algún otro momento. Espero que hayan podido disfrutar de esta escapada a un paraje casi olvidado de nuestra Patagonia. Nos vemos en la próxima.