Los multimillonarios de Zimbabwe... o el absurdo de la hiperinflación

Esta breve entrada es más bien una curiosidad notafilica que quiero compartir con todos. No se trata de nada nuevo ni exclusivo, sino un comentario breve, como el que puede darse en una charla ocasional con un mate como excusa. Algunos de los que me conocen saben que soy un coleccionista (muy) amateur de monedas y billetes, e incluso alguna que otra estampilla. Es un hobby en parte heredado de familiares varios, y en parte adquirido debido a mi propia personalidad. Tengo una cierta manía por clasificar, ordenar, guardar, que se ajusta a la perfección con los canones de la numismática y la notafilia (y la filatelia, ya que estamos...). No soy un experto, para nada, sino que más bien soy un aprendiz en estos temas. Si le echan un vistazo a los enlaces favoritos que están a la derecha de la página, encontrarán algunos de los portales donde se comparte y difunden temas relativos a estas disciplinas (algo así como pequeños "Facebook" de coleccionistas). Tampoco soy un entendido en temas económicos, en los cuales solo manejo las operaciones básicas: sumas y restas. El resto de la economía es un oscuro arcano para mi, con excepción del concepto de inflación, el cual es uno de los más tangibles y fáciles de verificar. Como buen argentino, conozco las consecuencias prácticas de los períodos inflacionarios e hiperinflacionarios, y cómo los billetes empiezan a acumular ceros a la derecha. Baste recordar que al momento de empezar a circular el Peso convertible, hoy en día  "Peso" a secas, el viejo Austral había llegado a acumular cinco ceros, con el billete de 500.000 Australes, que al cambio de aquel entonces eran unos 50 dólares estadounidenses. Los que tengan un par de años más que yo, recordaran un hito más elevado, que fue el billete de 1.000.000 Pesos (Ley 18188), emitido a principios de la década del ochenta. Ambos son un par de ejemplos de los sacudones de nuestra economía, siempre tan particular.

Sin embargo, los economistas y los coleccionistas saben que el caso de Argentina no es el peor a nivel mundial. El proceso hiperinflacionario en la Alemania posterior a la Primera Guerra Mundial, los casos de Hungria y Grecia a fines de la Segunda Guerra Mundial, y Serbia durante la guerra de los Balcanes (1993), son ejemplos de paises donde se emitieron billetes de varios millones de Marcos, Pengös, Dracmas o Dinares. Y por supuesto, también está Zimbabwe, que es adonde quiero llegar.

Zimbabwe es un país de África, ubicado en la región sudeste del continente, lindando con Sudáfrica, Botswana y Mozambique. El país se formo a partir de la antigua colonia de Rhodesia del Sur, un fragmento más del complejo rompecabezas colonial dejado por los europeos durante la primera mitad del siglo XX. Como la mayoría de los países africanos, sufre de problemas crónicos de pobreza, violencia, crisis sanitarias, falta de democracia, y un largo etcétera. Se caracteriza por algunos atractivos naturales, y por las ruinas de Zimbabwe, la ciudad pétrea que da origen al nombre del país. Su presidente es el eterno Robert Mugabe, en funciones desde hace más de veinte años (treinta si se incluye el tiempo en que fue primer ministro).


Bien, ahora voy al directo al tema en cuestión. Hace unos días concreté un canje con un colega de Finlandia, y como parte de ese canje recibí un billete de Zimbabwe del año 2008. Las imágenes hablan por si solas:

Anverso: Rocas movedizas de Chiremba.

Reverso: Cataratas Victoria y un animal típico de la región.

100 Trillones de Dólares = 100.000.000.000.000 Dólares, o como diríamos de este lado del mundo "100 Billones de Dólares" (recordar la diferencia entre el "billón" de los norteamericanos y el nuestro). Podríamos usar notación exponencial incluso. Bueno, la cosa es que son muchos ceros... pero no se podía comprar casi nada en aquel entonces. La moneda local se había depreciado tanto que en la práctica la gente se manejaba con los Dólares estadounidenses (cuando no...) y los Rands sudafricanos. A la cotización actual (14/09/2010), apenas si representarían 1,05 Pesos de la Argentina, lo cual habla de su enorme depreciación.

Para finalizar, como dice el título de la entrada, en aquel momento casi cualquier habitante de Zimbabwe era un multimillonario, pero de unos absurdos papeles llenos de ceros que no alcanzaban para disimular los problemas reales de su economía. Me hace recordar a aquel capítulo de Los Simpsons con el billete de un trillón de dólares del Sr Burns. Actualmente en Zimbabwe le han quitado doce ceros a la moneda, por lo cual este billete a pasado a un denominación más normal, de solo cien dólares.

Ahora sí, es hora de ir cerrando esta entrada. Voy a volver sobre el tema de los billetes (y monedas) de países con procesos hiperinflacionarios en alguna próxima entrada. Por el momento voy a seguir con mis ocupaciones cotidianas, aunque voy a mirar con cuidado sobre mi hombro. Tengo cien billones de dólares en mi casa y eso es muy tentador para los amigos de lo ajeno. Nos vemos en la próxima.
 
Nota del 23/diciembre/2023: No es mi intención seguir ahondando mucho en este tema, especialmente porque en estas fechas estamos al borde de otra hiperinflación por este lado del mundo. Pero no quería dejar de compartir un hilo que vi en Twitter sobre la hiperinflación en la Alemania post Primera Guerra Mundial. Muy interesante, para uno que lo ve a la distancia, al extremo que llegaron las cosas. Ojala que no se repita ni acá ni en ningún otro lado.

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