Balance de fin de año... y felicidades para todos

Visto y considerando la altura del año a la que estamos, y teniendo en cuenta que se viene una seguidilla de días donde no voy a tener tiempo para sentarme a bloguear, creo que es muy sensato hacer un balance y dar los consabidos saludos de fin de año. Desde hace unos cuantos años, al llegar a finales de diciembre hago la misma reflexión: "ufff, ¡qué año! espero que el próximo sea más tranquilo". De más está decir que esto no se cumple nunca. Cada año me sorprende con nuevos y renovados compromisos, problemas, imponderables, oportunidades, y bla, bla, bla. Si bien en esta oportunidad no he llegado al 22 de diciembre arrastrándome (una metáfora muy cercana a la realidad, al menos el año pasado), los primeros diez meses del 2015 me agotaron. Como siempre ese agotamiento tiene dos fuentes primarias, el trabajo y el hogar, pero en 2015 tuvo un condimento especial que creo hizo todo más difícil. Me refiero a la discusión y polarización política que se vivió este año. Hace tiempo ya que se viene hablando de la famosa "grieta", de las dos Argentinas, nosotros y ellos, etc, etc, pero este año se rompieron todos los récords. Las política se ha metido en todos los recovecos de nuestras vidas, incluyendo los más retorcidos intersticios de la vida familiar o las amistades. He llegado al punto donde me genera cierta tensión interna saber que tengo que ver a XX o a YY, porque ya sé cual va a ser el tema de conversación, y ya no tengo ganas de polemizar. La hipocresía ha llegado a niveles inauditos, porque unos y otros dicen una cosa y hacen otra (entre el Facebook y la TV ya he visto y leído disparates de todo calibre). Por todo esto, y apelando a mi ingenuidad y mis recuerdos infantiles de Papá Noel y los Reyes Magos, quisiera que en 2016 nos encuentre un poco más unidos, tirando del mismo carro, y no tirándonos misiles entre nosotros.

Encuentro perturbadora a tu falta de alegría [Fuente].

Hablar de la Navidad y el Año Nuevo me trae recuerdos de muchos años atrás, con un Madryn de tardes cálidas y un sol que demoraba su ocaso, que nos permitía estirar los juegos un poquito más. Era una época en donde las Fiestas tenían un cierto aura mágico, donde no había Internet, ni redes sociales, ni siquiera canales de cable o celulares. Todo pasaba por actividades al aire libre, o en su defecto, jugar con autitos y ladrillos. La llegada de la Nochebuena, o de los Reyes, parecía que tardaba un siglo, pero la ilusión del regalo esperado nos mantenía entusiasmados hasta la misma mañana del 25 o el 6. Citando a Carlos Ruiz Zafón, en su novela "El prisionero del Cielo":

"En aquellos años la Navidad todavía conservaba cierto aire de magia y misterio. La luz en polvo del invierno, la mirada y el anhelo de gentes que vivían entre sombras y silencios conferían a aquel decorado un leve perfume a verdad en el que, al menos los niños y los que habían aprendido a olvidar, aún podían creer."

Así saludaba hace 79 años el semanario Golfo Nuevo (portada del 26 de diciembre de 1936).
 
Bueno, dejando la nostalgia a un lado, no quiero terminar esta entrada sin dejar de mencionar que Bahía sin fondo cierra el 2015 con la menor cantidad de artículos anuales desde que empezó, allá por 2010. Apenas 29 artículos, dos menos que 2014 y 2013, y menos de la mitad de los de 2011. Pero bueno, a cambio el blog ha seguido su proceso de maduración, y he tratado de mejorar en cuanto a la calidad de los artículos. Algunos de los artículos de este año me han llevado semanas, y meses, de búsqueda, lectura, y procesamiento de material. En particular, los que me demandaron más esfuerzo, y que a su vez disfruté mucho, fueron:


Nube de tags del blog al día 23 de diciembre de 2015 [Fuente: WodItOut]

Ya es hora de dar vuelta la página. El 2016 está a punto de comenzar. En mi lista de actividades tengo un montón de pendientes para la primera mitad del próximo año: varios artículos que tengo a medio escribir, algo de material inédito, ... y mucho material por clasificar que apenas he podido mirar por arriba. Espero sentarme en enero, con renovadas fuerzas, y seguir transitando este camino junto a ustedes, los pacientes lectores. Gracias por estar, y como es debido...

¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!


P.S.: Anoche fui a ver Star Wars - Episodio VII. Me encantaría escribir una entrada sobre esto, pero para cuando pueda sentarme con ello ya van a estrenar el episodio VIII. Simplemente quiero decir que es altamente recomendable, recupera el espíritu del episodio IV, y parte de la magia de la trilogía original. Ahora hay que aguantarse dos años para ver como sigue.

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