Más razones para preocuparse por el clima

La cuestión del cambio climático es algo indiscutible al día de hoy. Los estudios y estadísticas apuntan claramente en ese sentido, y no hace falta más que mirar las noticias para comprobar que el clima está cambiando de manera dramática en todo el mundo. Salvo un puñado de escépticos con fundamentos vagos que se resisten a reconocer el cambio drástico que está en proceso, la gran mayoría no tiene ninguna duda. Debido a que recientemente asistí al Encuentro sobre Generación Renovable Distribuida, realizado en la Universidad Nacional de Mar del Plata, estuve revisando los informes anuales de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico: CAMMESA. Allí encontré, entre otras cosas, un par de histogramas que son realmente preocupantes, como podrán comprobar a continuación.

El primer gráfico es el de la cantidad de días con temperaturas medias inferiores a 10ºC en el período del 16 de mayo al 15 de septiembre. Comprende los años de 1944 a 2014, y se puede ver con mucha claridad que la mayoría de los años entre 2000 y 2014 (barras color lila) se hallan en el tercio más bajo de la gráfica, o sea, son años con poca cantidad de días fríos. La excepción es el año 2007, que se ubica tercero en el podio de los años más fríos, pero el resto se halla lejos de esa cifra, De hecho, el 2014 (barra color violeta) aparece tercero, pero entre los años menos fríos.

Fuente: CAMMESA.

Ahora, cuando vamos a ver la gráfica complementaria, o sea, la de cantidad de días con temperaturas máximas superiores a 26ºC en el período del 1 de enero al 31 de marzo, la situación es aún peor. De 2000 a la fecha, todos los años han estado por encima de la mitad de la gráfica, o sea, en el grupo de los años más calurosos. De hecho, el "top 5" de años con más días de calor, lo componen, de mayor a menor, 2013, 2010, 2008, 1989 y 2012.

Fuente: CAMMESA.

Haciendo cuentas en el aire, sin pensarlo mucho, se ve una tendencia bastante clara, que incluso se ha visto remarcada porque los últimos 3 o 4 años han sido realmente cálidos, por lo que todo hace presuponer que estamos en un transitorio ascendente (en temperatura), y eso no parece nada bueno.

Todas esta elucubraciones me hacen acordar una vez más a mi infancia, cuando en los inviernos uno jugaba saltando sobre charcos helados. Hace años que no veo charcos helados por ningún lado. Bueno, miento, en 2014, a pesar de haber sido uno de los años con menor cantidad de días fríos, recuerdo haber visto muchos charcos helados en Madryn, un día de fines de junio.

Estimados lectores, les dejo la inquietud por la salud de nuestra roca flotante en el espacio. Ahora me voy a  descansar, que tengo que juntar energías para seguir con el próximo post. Hasta siempre.

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