Rompiendo la barrera del tiempo

En este blog se habla, en gran medida, de Historia y Tiempo, con mayúsculas. Ya sea que se trate de notas sobre la Patagonia, historias de la ciencia o recuerdos familiares, la realidad es que la mayoría de las entradas tratan sobre cosas que tienen una perspectiva histórica, o sea, una línea temporal. Por tal razón, hoy voy a hacer un espacio en el blog para reseñar brevemente un libro que habla de Tiempo, Ciencia e Historia, pero desde un punto de vista particular, bordeando los límites entre lo real, lo hipotético y lo fantástico. Me refiero al libro de Jenny Randles, "Breaking the time barrier" (Rompiendo la barrera del tiempo).

Portada del libro de Jenny Randles. Debido a la naturaleza muy especulativa del tema, ya que el viaje en el tiempo es algo que está en las borrosas fronteras de la física teórica, es un libro que recomiendo leer con una buena dosis de escepticismo y con predisposición para indagar un poco más en otras fuentes.


Llegué a este libro a partir de una referencia que encontré en el libro de Sergio Palacios, "La guerra de dos mundos". No pude conseguirlo en castellano, así que tuve que afrontar la lectura en su lengua original, lo cual hizo que seguramente me pierda de algunos detalles. El libro, escrito por la autora británica Jenny Randles, parte de la premisa de si es posible viajar en el tiempo y sobre como han evolucionado las teorías al respecto. Así, partiendo de algunas ideas rudimentarias previas al siglo XIX, hace una revisión de teorías, experimentos y científicos que intentaron correr el velo del Tiempo, o al menos demostraron su posibilidad (o no). Curiosamente, un hito o disparador en este tema fue la novela "La máquina del tiempo", de Herbert G. Wells, en donde el protagonista construye un vehículo que le permite viajar físicamente a través de la cuarta dimensión, solo para comprobar como la Humanidad se va a degenerar en el futuro. A partir de este clásico de la ciencia ficción, el libro de Randles recorre la línea de tiempo y aparecen los hombres de ciencia, sucediendose nombres tales como Tesla, Einstein, Hawking, y un largo etcétera que incluye cuestiones como la velocidad de la luz, los agujeros negros, los agujeros de gusano y diversas construcciones teóricas en torno a la idea de romper la barrera del tiempo, o de cambiar el sentido de la flecha del tiempo.

Portada de la primera edición de la novela "La máquina del tiempo", de H.G. Wells. Si bien la novela fue exitosa, y puso sobre la mesa el tema del viaje en el tiempo, tanto en la ficción como en la física teórica, no fue la primera. Unas décadas antes el español Enrique Gaspar había escrito "El Anacronópete", donde había planteado la idea de la máquina del tiempo. Fuente: Wikipedia.


Sin animo de destripar el libro reseñando capítulo por capítulo, quiero citar un caso muy peculiar que aparece en el libro, que involucra ni más ni menos que al genial Nikola Tesla. Según algunas fuentes, el 13 de marzo de 1895 el inventor de nacionalidad croata le comentó a un reportero del New York Herald una extraña experiencia que tuvo en su laboratorio. Al parecer, uno de esos días Tesla recibió el impacto de una descarga de 3,5 millones de volts proveniente de un transformador. La descarga le impactó en el hombro derecho, ante la vista de uno de sus asistentes, que desconectó la energía inmediatamente, salvando de esta forma la vida del inventor. Durante este breve incidente, Tesla declaró haber vivido una extraña sensación, que fue más allá de la parálisis muscular temporaria producto de la descomunal descarga. Él dijo haber visto el tiempo como realmente es, como si fuese otra dimensión donde pasado, presente y futuro estuviesen juntos. Él creía que se podía acceder a una dimensión temporal empleando grandes cantidades de energía, que permitiesen abrir una puerta y viajar al pasado o al futuro tan facilmente como si caminásemos de una habitación a otra. ¿Podría haber viajado Tesla brevemente en el tiempo? Personalmente lo dudo, su experiencia parece ser más el fruto del efecto de la enorme descarga sobre el sistema nervioso, que lo indujo a un estado alterado de conciencia.

El laboratorio del excéntrico Nikola Tesla, con las enormes bobinas que llevan su nombre y descargas de miles de volts. ¿Pudo alguno de estos experimentos permitir que el inventor europeo diese un vistazo más allá de la barrera del tiempo? [Fuente: Smithsonian Magazine].

Más allá que la experiencia de Tesla pueda clasificarse como alucinación o como un vistazo furtivo del pasado y el futuro, científicos modernos están trabajando sobre ideas que recuerdan a Tesla. Por ejemplo, el físico estadounidense Michio Kaku, conocido por sus múltiples apariciones en programas documentales, trabaja sobre la denominada teoría M y la idea de un universo multidimensional. Según esta idea, nuestro universo tridimensional flota en una especia de "sopa" compuesta por trillones de universos a los cuales no se puede acceder. En toda esa mezcla, existe una dimensión extra donde el tiempo fluiría en la dirección contraria. Partiendo de esas ideas especulativas, y con el soporte de teorías aún no demostradas, Kaku plantea que se podría acceder a ese multiverso mediante el uso de una sistema de placas paralelas y el uso de unos campos electromagnéticos enormes, tan o más grandes que los que usaba Tesla en sus experimentos para la transmisión de energía a larga distancia. Por otro lado, en Rusia, el científico Vadim Chernobrov ha desarrollado experimentos, cuya naturaleza real no es muy bien conocida, y declara haber logrado breves viajes en el tiempo de unos pocos minutos, partiendo de ideas similares a las de Tesla y Kaku. ¿Verdad? ¿Mentira? ¿Una mezcla irregular de ambas? Quien sabe, pero sin duda el viaje en el tiempo es un tema que no pertenece solo al campo de la ciencia ficción.

"¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él?… Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. San Agustín, Confesiones (libro XI, capítulo XIV). Fuentes: Sapiens y Javeriana.

Sobre el final del libro, Jenny Randles especula sobre la posibilidad de que existan viajeros en el tiempo, crononautas, que involuntariamente se hayan visto afectados por fenómenos físicos de naturaleza poco conocida. Cita un par de ejemplos, documentados, de personas que sufrieron anomalías temporales, y deja abierta la inquietud. Asegura haber analizado cerca de 300 casos de este tipo, los cuales en general recuerdan a los casos de anomalías temporales reportados por muchos testigos de OVNIs y supuestos abducidos. ¿Distorsiones en la estructura dimensional de nuestro universo? ¿Agujeros de gusano? ¿Alucinaciones? ¿Fraudes? En fin, el libro no intenta dilucidar estos misterios sino dejar planteadas las dudas acerca de la naturaleza del tiempo, y sobre los intentos de la raza humana por dominarlo.

Estimados crononautas, espero que hayan disfrutado de la entrada. En breve volveremos a viajar por el tiempo, pero a través de la historia, como de costumbre. Hasta la próxima, o la anterior, según en que sentido corran las agujas del reloj.
Los agujeros de gusano (wormholes), un atajo espaciotemporal que podría dar respuestas a problemas como los viajes a distancias muy grandes así como a otros "ahoras". Fuente: Space.com.

Comentarios