Terraplanismo: el peligro de desempolvar teorías arcaicas

Tengo al menos tres textos sobre los que estoy trabajando, un rato cada uno, pero no puedo evitar hacer un breve alto en el camino para decir algo. Desde hace un tiempo, no mucho, he visto como ha cobrado protagonismo en los medios y redes sociales el tema de la planicidad de nuestro planeta Tierra, o como es más comúnmente conocido, el terraplanismo. Hace un tiempo atrás este era un tema que solo me provocaba risa. Cosas como la Flat Earth Society eran, para mi, productos casi de comedia (de la mala). Con el tiempo, reconozco, fue perdiendo la gracia y mi sentimiento hacia esa teoría descabellada fue más bien de enojo. Hoy en día confieso que me preocupa, me preocupa seriamente. Digo que me preocupa no porque exista una ínfima posibilidad de que algo de lo que propone la teoría de la Tierra plana pueda ser cierta, sino por lo fácil que es instalar un tema a todas luces disparatado en la opinión pública, y convertirlo en un objeto de debate. Lo preocupante no es la Tierra plana, puedo vivir tranquilo sabiendo que un grupo de personas, sean 50, 200, o mil millones, decidieron creer que vivimos en un disco plano que se acelera a 9,8 m/s^2 (por cierto, con una aceleración de esa magnitud el planeta Tierra alcanzaría la velocidad de la luz en unos 355 días... ¿no les llama la atención este detallecito?). Lo que me preocupa, seriamente, es que de la misma forma en que se implanta esta idea, se pueden implantar otras, como por ejemplo, los antivacunas, los supremacistas, los negacionistas, y una larga lista de fanatismos sin base ni justificación.

Mapa de la Tierra plana de Samuel Rowbotham, quien en 1873 ya nos explicaba como era nuestro planeta y como se explicaban los ciclos día/noche y el movimiento del sol por el firmamento. Fuente: Wiki Flat Earth Society.

En estos días he leído como científicos confrontan con terraplanistas, pero claro, nada tiene más prensa que resaltar al terraplanista que nos habla de como los conspiradores nos muestran fotos falsas del espacio, o que hacen que los vuelos entre continentes duren lo mismo a pesar de que, en una Tierra plana, las distancias de viaje entre continentes se ven fuertmente alteradas (ni hablar de que, por ejemplo, algunos sostienen que... ¡Australia no existe!). Explicaciones retorcidas y modelos extrañamente complejos y contraintuitivos para explicar lo que los rodea. Antes de que Copernico estableciese que la Tierra no era el centro del Universo, existían modelos previos, donde la Tierra ocupaba el lugar central (el modelo geocéntrico de Aristóteles y Ptolomeo), y que para explicar el errático movimiento de los planetas en el firmamento nocturno recurrían a extrañas explicaciones, como los epiciclos, que trataban de justificar el ir y venir de los planetas en el cielo, que no seguían una traza lineal, sino que describían bucles inesperados. Estos modelos daban una explicación a los fenómenos celestes, pero eran innecesariamente complejos... y solo servían para el firmamento visible a simple vista. Nicolás Copernico demostraría que esos modelos no representaban la realidad, y con elegante simpleza puso a todos los planetas y estrellas en sus lugares.

El Universo geocéntrico de Ptolomeo, en una ilustración del cartógrafo Bartolomeu Velho (1568). Fuente: Wikipedia.

Los epiciclos era unos "rulos" que describían los planetas en sus órbitas en torno a la Tierra, que explicaban lo que se veía en el firmamento y hacían que la teoría geocéntrica funcionase. Fuente: Dr. Helen Klus.

¿Estoy diciendo acaso que no hay que ser escépticos? ¡Para nada! ¡Claro que hay que ser escépticos y cuestionar todo! Pero sin caer en el fanatismo. El escepticismo mal entendido nos lleva a las conspiranoias, al negacionismo sinsentido, y nos obliga, como sociedad, a volver hacia atrás en la senda del conocimiento, teniendo que reinventar y redescubrir todo de nuevo. Como decía un amigo mio hace unos días, "cada nueva generación empieza de cero y si no atiende a la cultura y conocimiento previo reinventa la rueda una y otra vez."

Un bello eclipse lunar provocado por la sombra proyectada por el planeta Tierra, que todos sabemos es plano, y la tortugas con los cuatro elefantes que la sostienen. Fuente Twitter Roman Tkachenko.

Comparto un par de reflexiones que leí en estos últimos días que, creo, ilustran parcialmente mi sentimiento sobre este tema, y en especial mis preocupaciones:

Cabe reflexionar, para terminar, que es fácil enojarse con los terraplanistas bajo el argumento de que engañan. Pero habrá muchos "convencidos" o algunos que están a medio camino. Enojarse es humano (a mí me pasa), pero contraproducente. Hay que explicar, mostrar la debilidad de los argumentos ajenos y no tenerle miedo al debate. Quizás las redes sociales no sean el mejor vehículo para eso en 280 caracteres.
(Kosmoslogos, 7/marzo/2019)

Pero aun quitando todo dejo de interés político tras el delirio terraplanista, creo que no hay que reírse tanto: jamás hay que tomarse en joda a quienes tienen el tiempo y el dinero para dedicarse a cuestionar los avances de la humanidad. Y quizá sea hora de preguntarnos qué estamos dispuestos a dejar pasar bajo el amparo de que son risueños o no hacen daño, del mismo modo que dejamos pasar que una empresa extranjera pague horas de televisión de aire a la medianoche para convencer a quienes los vean que todo lo malo es culpa de hechicería y todo se cura con aceite de oliva traído desde Tierra Santa. Desde el supermercado Tierra Santa. En Brasil hicieron lo mismo –mirar para otro lado– y hoy tienen 87 diputados articulados para combatir las políticas que contradigan cualquier igualdad de derechos en razón de orientación sexual. Si creen que no estamos para tanto, les cuento que una médica con matrícula es defensora de la Nueva Medicina Germánica y presentó en el Congreso de la Nación un proyecto de ley antivacunas. Por algo se comienza.
Y ahí ya no causa tanta gracia, ¿no?
(Infobae, 6/marzo/2019)

Para cerrar, voy a plagiar un comentario que me hizo un amigo en el Facebook, en un intercambio de mensajes sobre estas teorías sin pies ni cabeza:

"Concuerdo que hay un metamensaje semioculto en el terraplanismo. Una especie de caballo de Troya sin caballo y sin Troya, pero con similar finalidad"

Esa es la síntesis de la cuestión... la suma de todos los miedos.

Hasta la próxima.

Las curiosas explicaciones del motivo por el que las aves migran de Sudafrica a Australia pasando por Medio Oriente. Una joya del terraplanismo... sin palabras. Fuente: Philip Stallings.

Nota del 03/julio/2020: Si bien el tema me parece serio, no pueden perderse el siguiente video, humorístico, sobre este tema.