El misterio del patacho "Ernesto Ansaldo"

[Esta nota fue actualizada el día 29 de noviembre, con material adicional que apareció dos días después de la publicación original]

Suelo comenzar a escribir y dejar textos inconclusos, a la espera de datos faltantes o de inspiración para redondear la historia. No les miento si les digo que tengo dos o tres docenas de artículos en ese estado, algunos de los cuales retomo en la medida que me inspiro o que aparece una nueva pista que ilumina algún sector oscuro de la trama. Lo que hoy quiero contarles es una breve historia sobre un barco que me resulta esquivo, sobre el cual no encuentro información más allá de la que hizo las veces de disparador. Así que me dejo de rodeos y voy directo al asunto, a resumirles lo (poco) que sé acerca del patacho "Ernesto Ansaldo".

Dibujo de un patacho anónimo, quizás parecido al "Ernesto Ansaldo", superpuesto con la silueta de la costa de Santa Elena tal como figura en los mapas de la expedición Malaspina. Si bien Santa Elena no es Punta Castillo, el relieve costero es similar. El dibujo data de 1794, casi un siglo antes del naufragio del "Ernesto Ansaldo" [Fuente: Histarmar] [edición gráfica: Lunapic].


Según la RAE, un patacho o patache puede ser tanto una embarcación pequeña que suele utilizarse en faenas y servicios portuarios como una embarcación de guerra destinada a llevar avisos, reconocer las costas y guardar las entradas de los puertos. Una descripción más literaria, con algo de contexto, podemos hallarla en la novela costumbrista "Sotileza" (1885), del escritor cántabro José María de Pereda, quien cuenta una historia ambientada en el Santander marinero de mediados del siglo XIX y dedica una líneas a describir lo que es un patacho:

"El patache es un barquito de treinta toneladas escasas, con aparejo de bergantín-goleta. Supónese que estos barcos han sido nuevos alguna vez; yo nunca los he conocido en tal estado, y eso que no los pierdo de vista, como lo pueda remediar. Por tanto, puede afirmarse que el patache es un compuesto de tablucas y jarcia vieja. Le tripulan cinco hombres; a lo más, seis, o cinco y medio: el patrón tiene a popa su departamento especial, con el nombre aparatoso de cámara; la demás gente se amontonan en el rancho de proa, espacio de forma triangular, pequeñísimo a lo ancho, a lo largo y a lo profundo, con dos a modo de pesebres a los costados."

Sin duda el patacho no parece ser una embarcación como para hacer frente a un mar embravecido ni para tener un viaje de placer... ni mucho menos para navegar por las costas patagónicas. Pero valientes y/o imprudentes han existido en todas las épocas, así que las costas patagónicas han sido navegadas con las más diversas embarcaciones, muchas de ellas poco adecuadas para tal empresa. Una de ellas fue el patacho nacional "Ernesto Ansaldo", una ignota embarcación que ha desaparecido de los registros (o que permanece escondida en algún amarillento papel dentro de un archivo) y que al parecer navegó por las costas de Chubut con no demasiada suerte. ¿De dónde saqué esta historia? Pues de una breve crónica que aparece publicada ni más ni menos que en el Boletín Oficial de la República Argentina (BORA), en julio y octubre de 1893:

BORA 1893-07-20
Prefectura Marítima
El propietario del patacho nacional «Ernesto Ansaldo», don Juan Ansaldo, ha presentado a la Subprefectura del Chubut
una larga exposición de las peripecias que ha sufrido dicho buque en su último viaje.
Relata los hechos de la siguiente manera: Dice que el día 8 de Mayo salió el patacho «Ernesto Ansaldo» del puerto Stall en viaje a Bahía Blanca. Que ese mismo día como a las 5 p.m. se levantó un fuerte viento, abriéndosele al patacho un rumbo, lo que dificultaba mucho su marcha, siéndole más tarde imposible continuar el viaje, a causa de haberse el buque llenado de agua.
Una vez que hubo cambiado el viento resolvió dirigirse al Golfo San Jorge, pero que esto tampoco pudo realizar a causa de haberse encontrado en medio de unas islas de hielo, que tendrían aproximadamente de 200 á 250 metros de largo por 40 de ancho.
A la noche encalló el patacho entre las islas Tobas, Robledo y escollos de la costa.
El buque se hizo pedazos al oeste de Punta Castillo.
Iban a bordo del «Ansaldo» once marineros y un pasajero, los que llegaron a la Subprefectura del Chubut el 25 de Mayo, después de una travesía hecha a pie de 17 días, llena de sufrimientos y padecimientos de todo género.

BORA 1893-10-26
CRÓNICA ADMINISTRATIVA
Movimiento de expedientes en el Departamento de Marina
Octubre 24 de 1893.
En trámite
Expediente núm. 3.530 C/93.—Chubut, Subprefecto.— Pide reposición del racionamiento consumido por los náufragos del patacho nacional «Ernesto Ansaldo».— Devuelto del Estado Mayor General de Marina.


Análisis del caso

Voy a tratar de reconstruir el viaje del patacho Ernesto Ansaldo a partir de lo que dice la breve crónica publicada en el BORA. El relato ya comienza con algún problema, porque dice que el patacho zarpó el 8 de mayo de 1893 desde "Puerto Stall" (sic), con destino a Bahía Blanca. ¿dónde queda Puerto Stall? ¿está mal escrito? si es así, ¿de donde zarpó? Tuvo que haber sido de un lugar al sur de Bahía Blanca, o mejor dicho, al sur de Camarones (Chubut), pero en 1893 no había demasiados lugares en el extremo sur de la Patagonia de donde pudiese haber salido una embarcación de este tipo. ¿Se trataría de algún embarcadero precario en alguna estancia, que no figura en mapas ni derroteros? También es posible.

El otro punto que llama mucho la atención es que la crónica habla de que el patacho puso rumbo al golfo San Jorge, pero no "pudo realizar" (sic) porque se encontraron "en medio de unas islas de hielo, que tendrían aproximadamente de 200 á 250 metros de largo por 40 de ancho". No puedo asegurar que no pueda haber témpanos flotando a la deriva en torno al paralelo 46º, pero suena a algo extraordinario. La crónica dice "unas islas de hielo", pero no sabemos cuántas eran: ¿dos? ¿tres? ¿ocho? ¿tantas eran que no pudieron entrar en el golfo San Jorge (que además es un golfo muy extenso y abierto)? Otro misterio para resolver.

Finalmente, leemos que los once  marineros y el único pasajero del patacho se salvaron y tras una larga y penosa caminata llegaron a la subprefectura del Chubut (Rawson) después de 17 días. Desde Punta Castillo hasta Rawson hay unos 200 km en línea recta, lo cual da un promedio de unos 11-12 km de caminata diarios, en los cuales los náufragos (estimo) habrán que tenido alimentarse con lo que pudiesen cazar, y pasando muchas privaciones (el agua potable es notoriamente escasa en ese trayecto). Tres meses después la subprefectura de Chubut estaría reclamando que le repongan los víveres consumidos por los náufragos, tal como se lee en en expediente 3530/93 que aparece en el BORA del 26 de octubre de 1893.

Mapa de la zona donde habría naufragado el "Ernesto Ansaldo". Según la crónica, el barco habría encallado entre las islas "Tobas" (sic) y "Robledo" (sic), y se habría hundido al oeste de Punta Castillo.  Los puntos cardinales son gentileza de Flaticon.


Una inesperada revelación

Hasta este punto lo único que había podido encontrar era esas dos escuetas referencias en el BORA, una relatando las circunstancias del naufragio y otra con un simple pedido de reposición de víveres por parte de la subprefectura de Chubut. Mientras trataba de redondear esta nota, que originalmente iba a llegar a este punto, encontré una referencia inesperada que aporta un poco más de luz al caso, contribuyendo con algo de información sobre el motivo y origen del viaje. La fuente de esta información está en los registros portuarios del gobierno colonial (ilegal) de las Islas Malvinas. Pues sí, el patacho "Ernesto Ansaldo" registra una entrada en las islas en las semanas previas a su naufragio. Resumo a continuación la información del registro:

  • Fecha de entrada: 11 de marzo de 1893
  • Nombre de la embarcación: Ernesto Ansaldo
  • País de origen: Argentina
  • Tonelaje: 277
  • Puerto de Registro: Buenos Ayres (sic)
  • Nombre del capitán: Verseggi
  • Tripulación: 11 hombres (todos argentinos)
  • Lugar de atraque: Bahía Fox
  • Carga: Madera
  • Lugar de origen: Buenos Ayres (sic)
  • Fecha de partida: 17 de abril de 1893

Una de las cosas que llama la atención, al menos a mi, es la carga que transporta el patacho: madera. Claro, en las islas no hay árboles, por lo que es necesario traer madera del continente para poder construir. Según datos que aporta Marcelo Beccaceci en el Facebook, se importaba madera de ñandubay de Argentina y Uruguay. En épocas de la ocupación francesa, española y de Vernet la madera venía de la Isla de los Estados, mientras que durante la ocupación inglesa se trajo lenga de la zona de Punta Arenas. Todo esto es consistente con el establecimiento de emprendimientos ovejeros en la isla Gran Malvina, que demandaban madera para corrales, bañaderos de ovejas, construcciones civiles y demás, que estaban en auge en ese momento.

Con todos estos datos, más la crónica del BORA, podemos reconstruir el derrotero del patacho Ernesto Ansaldo, que podría haber sido el siguiente:

  1. Zarpa del puerto de Buenos Aires en el primer trimestre de 1893 (posiblemente en febrero).
  2. Llega a Malvinas el 11 de marzo de 1893 y se dirige a Bahía Fox (al sur de la isla Gran Malvina).
  3. Descarga madera y vuelve al continente el día 17 de abril de 1893. Lleva a un pasajero (¿inglés?), además de los once tripulantes argentinos.
  4. Se dirige a Puerto Stall (sea donde sea ese lugar), adonde permanece hasta el 8 de mayo de 1893.
  5. Zarpa el 8 de mayo y se encuentra con una situación de mal clima, que lo lleva a buscar refugio en el golfo San Jorge.
  6. Naufraga en las inmediaciones de Punta Castillo.
  7. Los náufragos, 11 tripulantes más un pasajero, llegan a Rawson, extenuados, 17 días después.

Seguramente hay cosas en esta historia que podrán corregirse o ampliarse, pero me atrevo a asegurar que la realidad no debería diferir mucho de esta secuencia de sucesos. Lo que faltaría ahora es quizás hacer una verificación in situ para comprobar si queda algo del Ernesto Ansaldo en el lugar.


Un recorte de último momento

Dos días después de publicar esta nota en su forma original, apareció otro retazo de información sobre el patacho "Ernesto Ansaldo". Se trata de una breve mención al accidente que apareció en el diario La Prensa, del día 22 de julio de 1893:

Diario La Prensa, día 22 de julio de 1893, página 6, columna 2: breve resumen de la carta de agradecimiento enviada por los náufragos del "Ernesto Ansaldo" (que en la nota aparece incorrectamente denominado como "Enrique Ansaldo"). Este aporte, que es una verdadera joya, es gentileza de la Hemeroteca de la Legislatura de la CABA, y en particular, de Rodolfo Barragan.

Pasando en limpio el texto:
"Enrique Ansaldo" - Hemos recibido una extensa carta del señor Gaetano Varsaggi, en nombre de él y de los demás compañeros náufragos del patacho "Enrique Ansaldo", perdido el 8 de mayo en las costas de Chubut.
En dicha carta expresan su sincero agradecimiento hacia el subprefecto del Chubut, teniente de navio D. Elias E. Romero y a su familia, por los cuidados que se les prodigó cuando se presentaron después del desastre al señor subprefecto, en una situación tan afligente, pues se hallaban extenuados por el cansancio y el hambre.
Hacen extensivo este agradecimiento al señor cura del mismo paraje.
En la nota se confirma el nombre del capitán del barco, que aparece en los registros de las Islas Malvinas y también se confirma la historia que se deduce de  la crónica del BORA. Es muy interesante resaltar el agradecimiento al subprefecto de Rawson y al cura de aquel lugar (eso explica porque el subprefecto andaba reclamando los víveres un par de meses más tarde).

Comentarios finales

El caso del patacho Ernesto Ansaldo es un ejemplo más de la cantidad de naufragios desconocidos que esperan ser descubiertos en las aguas de la Patagonia. Sin duda en las costas de la Patagonia, en especial en las inmediaciones de los fondeaderos frecuentados por los navegantes de los siglos XVIII y XIX, debe haber decenas de barcos que esperan ser rescatados del olvido. Se trata de una tarea fascinante y muy prometedora para arqueólogos e historiadores, y enriquecedora para el conjunto de la sociedad. Como en otras ocasiones, también comparto este artículo para despertar inquietudes y solicitar ayuda, en el caso de que alguien conozca alguna pista o dato adicional que sirva para identificar el naufragio y rescatar del olvido a las personas que navegaron en ese barco. Como de costumbre, me despido hasta la próxima, y renuevo mi agradecimiento por la lectura perseverante.


P.S.: Encontré algunas referencias en el Registro Nacional de la República Argentina (RNRA, 1º semestre de 1894 y 1º semestre de 1895) a una persona, un tal José Ansaldo, que era algo así como un agente marítimo o proveedor de los paquetes nacionales que hacían la navegación en las costas patagónicas. Estimo que debe haber alguna relación entre esta persona y el patacho que lleva su apellido, pero por el momento es solo una elucubración sin mayor soporte que la similitud de apellidos.

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