Una guerra de estampillas sobre las islas Malvinas

La nota de hoy está dedicada a un pequeño capítulo, uno de los menos relevantes quizás, del largo litigio entre la República Argentina y el Reino Unido por las islas Malvinas. El Reino Unido, como potencia ocupante de facto en el archipielago, ha hecho y desecho sin limitaciones cuanto ha querido hacer en la zona. La República Argentina, incapacitada de ejercer la soberanía por una cuestión de fuerzas, ha decididio reclamar y protestar por todos los medios (nota al margen, el conflicto armado de 1982 es una excepción, y se explica en el contexto de una dictadura militar necesitada de un enemigo externo para mantenerse en el poder). En esta larga historia de protestas y reclamos hubo un capítulo algo marginal, pero que mereció la atención de los gobiernos y los medios, que se desarrolló en la década del '30 y parte de los '40.

Carta de colección de 1972, cuando la compañía estatal LADE hacía vuelos regulares a Puerto Stanley, en las islas Malvinas. Fuentes de imágenes: Stampscircuit y Pinterest.


En 1933, el Reino Unido decidió celebrar el centenario de la ocupación de las islas, y para ello emitió una serie de estampillas con la imagen de las islas y la leyenda "Falklands Islands". Estas estampillas habían sido aprobadas por la Unión Postal Universal, con sede en Berna. El gobierno argentino reaccionó a la provocación y declaró que toda correspondencia que arribase al país con esas estampillas sería considerada como carente de franqueo, y su destinatario pagaría, en consecuencia, la multa establecida por las disposiciones legales vigentes.

Lote de 12 estampillas británicas que conmemoran el centenario de la ocupación de las islas Malvinas 1833-1933. Fuente: Toovey’s Antique & Fine Art Auctioneers & Valuers.


Desde el Reino Unido la respuesta al reclamo se limitó a una presentación ante la Unión Postal Universal, en donde se sostenía que las islas Malvinas se hallaban bajo su administración y que la acción del gobierno argentino era una ruptura en la convención. Sin embargo, la política pública del gobierno británico fue la de ignorar las protestas. Era mejor dejar pasar el incidente sin protestar en ningún ámbito, dado que los casos de no reconocimiento del franqueo no parecían ser numerosos. Sin embargo el asunto tuvo consecuencias puertas adentro, ya que el Foreign Office se enojó con el Colonial Office y con el gobernador de las islas, dado que el problema habría podido evitarse si se lo hubiera consultado [al Foreign Office] antes de emitir las estampillas. A partir de entonces los funcionarios del Foreign Office solicitaron ser informados con anticipación sobre cualquier plan de emisión de estampillas relacionado con las islas Malvinas y, en consecuencia, con la Argentina.

En el año 1936 la República Argentina volvería sobre este tema, lanzando sus propias estampillas en las que aparecían las islas Malvinas como parte del territorio argentino. En este caso no hubo una réplica importante de parte de los ingleses.
 

Estampilla emitida por el correo argentino en 1936, donde aparecen las islas Malvinas identificadas como parte del territorio nacional.

La historia se repetiría en otra ocasión, en el año 1946, donde una nueva emisión filatélica británica provocaría la respuesta argentina. En la estampilla en cuestión aparecen no solo las islas Malvinas, sino también las Orcadas, las Georgias, Sandwich, Shetland y demás islas del sector antártico, con el encabezado que declara: "Falkland Island Dependencies". El tema de las islas del Atlántico Sur, más allá de las islas Malvinas, que son las que se llevan toda la atención, es un litigio de larga data entre la República Argentina y el Reino Unido. Sin ir más lejos, es bueno recordar que, en el caso de las islas Orcadas, la República Argentina tiene una permanencia ininterrumpida en el archipiélago, desde la época del gobierno del presidente Julio A. Roca (1904). Pero, volviendo a las estampillas, algunos periodicos de la época, como La Prensa y La Tribuna, publicaron editoriales muy fuertes, instando al gobierno a reclamar formalemente y tomar cartas (palabra más que adecuada en este caso) en el asunto. Al igual que en la década del '30, el gobierno argentino dispuso que las cartas que arriben al país con estampillas de esta emisión se consideren como sin franqueo postal y su importe le fuese cobrado al destinatario.

Lote de estampillas británicas con la leyenda "Falklands islands dependencies", que incluye no solo a las Malvinas, sino a todas las islas del Atlántico Sur y las porciones Argentina y Chilena de la Antártida. Fuente: Stampstock.


En el año 1950 hubo otro capítulo de la historia de emisiones filatélicas conflictivas con las islas Malvinas como eje de la discordia. Según una nota aparecida en el diario español La Vanguardia en junio de 1950, "El director general de Correos (de Argentina) ha publicado la orden de que toda la correspondencia que llegue con sellos de las islas Malvinas, que no sean argentinos, será considerada como sin franqueo, y el destinatario pagará el doble del importe con que debía venir franqueada". Semanas después, en el mismo diario, se comenta, por un lado, que el Reino Unido invoca las convenciones de la Unión Postal Universal para zanjar el asunto, mientras que por otro se informa que los senadores Madariaga y Molinari "aprovecharon una vez más la ocasión para revalidar los derechos de la Argentina" (sic). Estimo que se trataba de los senadores Eduardo Madariaga (Corrientes) y Diego Luis Molinari (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), ambos representantes del oficialismo de aquel entonces.

Estampilla británica de 5 shillings (chelines) dedicada a las islas Malvinas, edición del año 1950. Fuente: Ebay.


Estos no fueron los únicos incidentes postales entre la República Argentina y el Reino Unido por la cuestión de Malvinas. Esta historia merece, seguramente, un estudio más detallado y completo (ojala pueda abordarlo más adelante), que saque a la luz las consecuencias prácticas de estos reclamos y penalizaciones, más allá de lo que salía en los diarios de la época. Incluso en el ámbito de las comunicaciones radioeléctricas hubo roces, que incluyeron la convención de Radiotelegrafía de Berlin (1908) y la no aceptación de mensajes radiotelegráficos emitidos en las islas (1919). 

Extracto del libro de Roberto Laver, "The Falklands/Malvinas Case:Breaking the Deadlock in the Anglo-Argentine Sovereignty Dispute", en donde se enumaran algunos de los conflictos surgidos en torno a las islas Malvinas, en cuestiones  postales y radiotelegráficas (entre otras). Fuente: Google Books.

Sin duda esta historia forma parte de un capítulo menor, apenas una nota al pie o un apéndice sin mayor relevancia, dentro de la compleja historia de las islas Malvinas, usurpadas desde hace 187 años y mantenidas en ese estado con la ley del más fuerte. Dejo a cada lector sacar sus propias conclusiones y profundizar en algunas de estas cuestiones. Por mi parte ya es hora de ir "bajando la persiana" y pensar en el contenido de la próxima entrada. Hasta entonces.


Un raro ejemplo de una carta de julio de 1933 que traía una estampilla británica den centenario de la ocupación, la cual fue sellada como "a cobrar", por lo cual el receptor se vio obligado a pagar una multa. Fuente: Global Philately.


Algo de información extra:

- "Stamps are a geographic gold mine", de James Montagnes

- Hemeroteca del diario La Vanguardia (España)

 

Recortes de diarios españoles y norteamericanos de las décadas del '30, '40 y '50, con algunas de las repercusiones de los incidentes postales entre la República Argentina y el Reino Unido. Fuente: Hemeroteca de La Vanguardia y Library of the Congress.

Comentarios

  1. Muy interesante la historia. Sabés si Argentina hizo mas estampillas relacionadas con Malvinas?

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    1. Gracias Victor. Sí, hubo (y hay) emisiones de Malvinas en diferentes épocas. Por eso digo que esta historia merece un estudio un poco más detallado, no me quise extender demasiado (por falta de tiempo mio) y me limité a estos incidentes particulares. Pero hay muchas emisiones, en particular después de 1982, pero también en los años '60. Saludos

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