La historia detrás de la historia del Ludovico

Hace años que tengo pendiente esta nota, no porque no haya tenido el material, que tampoco es mucho, si no porque quería conocer el lugar de los hechos en persona antes de empezar a escribir. Pude concretar la visita a dicho lugar mientras viajaba camino al sur, y tuve mucha suerte, porque por unos pocos minutos casi me pierdo de ver al protagonista de estas líneas, que no es otro más que el pecio del vapor chileno Ludovico. Pero para conocer la historia completa, vamos primero a viajar hasta la costa del Golfo San Matías, más precisamente a Bahía Rosas.

Vapor Ludovico fotografiado poco después de encallar en 1916. Fuente: Histarmar.

El lugar

Hacía tiempo que quería encontrar el pecio del Ludovico, pero por un motivo u otro no podía pasar por allí en mis viajes al sur. En julio de 2018 había intentado recorrer la costa del golfo San Matías siguiendo la RP1 de Río Negro, partiendo desde San Antonio Oeste, pero solo pude llegar hasta Caleta de los Loros (sí, la misma donde muchos aseguran que hay un par de submarinos alemanes hundidos desde 1945). Las dunas móviles que hay en la zona habían invadido la ruta y era imposible atravesarlas. Luego vino la pandemia, sumado a varios problemas personales, y el recorrido de esa ruta quedó postergado. Finalmente logré concretar el tramo restante en julio de este año, partiendo desde Viedma y siguiendo la RP1 hasta Caleta de los Loros. La ruta, de ripio, estaba en perfecto estado, y salvo un poco de arena en el camino al pasar por Bahía Creek, el resto del trayecto se desarrolló sin inconvenientes.

Las dunas móviles han llevado a desplazar el trazado de la RP1 a la costa en la zona de Bahía Creek (fotografía de julio de 2023).


El lugar donde se encuentra el objeto de esta historia es Bahía Rosas, a unos 16 km de la reserva faunística de Punta Bermeja y unos 47 km del balneario El Cóndor. La bahía es bellísima, amplia, con arena y acantilados. Desde la ruta a la línea de la marea hay que sortear un desnivel de varios metros, pero se puede bajar y subir sin demasiados problemas. Como no había comprobado la altura de la marea antes de salir, llegué a Bahía Rosas cuando estaba subiendo, y por escasos minutos llegué a observar al Ludovico. Si me hubiese demorado 20 minutos más no hubiese visto ni un tornillo... y si hubiese llegado una hora antes hubiese podido tomar mejores fotos del pecio.


Los acantilados de Bahía Rosas (julio 2023)

 

Bahía Rosas tiene una playa muy extensa, con arena y acantilados, donde se puede apreciar fauna y disfrutar del paisaje natural casi sin presencia humana (julio 2023)


La historia concreta

En primer lugar, antes de seguir con las fotos del pecio, quiero repasar lo poco que se sabe, con certeza, sobre este barco. El Ludovico era un carguero de 60 m de eslora y 10 m de manga, impulsado por dos máquinas alternativas a vapor de triple expansión. Fue construido por el astillero George Brown & Co, de Garvel Shipyard (Greenock, Escocia) y botado en abril de 1908. Su primer propietario fue un tal  D’Esposito, de Buenos Aires, quien lo tuvo hasta 1911, año en que fue vendido a Paraguay. Al parecer su compra pudo haber estado relacionada con la revolución en ese país durante ese mismo año. En 1914 fue vendido a la Compañía de Navegación Argentina (Mihánovich), de Buenos Aires, hasta 1916, año en que fue vendido a Chile.

El vapor Ludovico en plena construcción, en el astillero George Brown & Co, de Garvel Shipyard (Greenock, Escocia). Año 1908. Fuente: Scottish Built Ships.


Extracto del registro de barcos de vapor de Lloyd's del año 1911, donde aparece por primera vez el vapor Ludovico a nombre de D'Esposito. También se encuentra este mismo registro en la edición de 1913. Fuente: Lloyd's Register of Ships online.


La historia dice que el 11 de julio de ese año, en viaje de Buenos Aires a Punta Arenas, encalló en Bahía Rosas, lugar donde quedó para siempre. Según la web de Histarmar (no he podido corroborar de primera mano esta información, pero Histarmar es un sitio confiable), la noticia del accidente se publicó en el diario La Nueva Era, de Viedma, en su edición del día 16 de julio de 1916:

 

NAUFRAGIO DE UN VAPOR
El lunes último naufragó frente a la costa del Río Negro, el vapor chileno Ludovico, a consecuencia de haber sufrido averías en la máquina, que lo  puso en condiciones de no poder con las olas.
El Ludovico, arrastrado por el temporal  que ese día reinaba, fue a dar contra la costa  pocos kilómetros más  al sud del faro del Río Negro, estrellándose en pocas horas. La tripulación, dirigida por su capitán, don Ciríaco Uribe, pudo salvarse toda y arribar a Viedma, donde se presentó a la gobernación y en el acto se le prodigaron los cuidados que su estado de fatiga reclamaba.
Al conocerse el suceso, prodújose un movimiento generoso en el comercio local con el fin de socorrer a los náufragos. El señor Manuel Marin , de la tienda San Juan, proveyó de vestuario completo a toda la tripulación; además, los señores Nazario Contin y Pablo Fischer iniciaron una cuestión pública con excelente resultado, destinada a costear los gastos que demandara la subsistencia de los infelices náufragos.


Una semana después en la edición del 23 de julio de 1916, el diario La Nueva Era publicó lo siguiente:

 

LOS NÁUFRAGOS DEL LUDOVICO
Una gestión humanitaria
Es conocida ya la odisea de la náufragos del vapor chileno Ludovico, de cuyo arribo y peripecias dimos cuenta en la edición  del domingo último pasado. La tripulación del barco naufragado se componía en su mayoría de españoles, y la oficialidad, con excepción del capitán, pertenecía a la colectividad alemana. Estos fueron socorridos y enviados a Buenos Aires en los primeros días de la semana, quedando la marinería  en Patagones, a la espera de mejor suerte. Aquí se organizó por iniciativa del vice cónsul de España, señor Otero, una función de cinematógrafo para allegar recursos con qué subvenir a las necesidades mas apremiantes de esos pobres náufragos. Por su parte, el comisionado municipal, señor Triaca, iniciaba y llevó a buen término las gestiones para su conducción a la metrópoli, según informan los telegramas y notas que a continuación se transcriben:

"Patagones, julio 19 de 1916.- Jefe de Policía, La Plata.- Encuéntranse esta comunidad ocho personas pertenecientes  a la tripulación del vapor Ludovico, naufragado recientemente en las costas del río Negro. Seis de ellos son españoles y dos chilenos. Presididos por el señor vicecónsul  de España, y sociedad de socorros mutuos han celebrado algunos festejos con el fin de reunir fondos  y auxiliarlos en su crítica situación. Conociendo los sentimientos altruistas del señor Jefe, interpongo ante V.S. mis modestos oficios, para pedirle quiera disponer de la Comisaría local expida ocho pasajes de segunda hasta Buenos Aires desde Estación Stroeder. Agradeciéndole, salúdalo atte. JOSE B. TRIACA, com. Municipal”.

 "La  Plata, julio 19 de 1916.- Comisionado municipal, don José B. Triaca, Patagones.- De acuerdo con lo solicitado por Ud.  En telegrama de la fecha he ordenado al comisario local expida pasajes para los náufragos  que indica. Salúdalo.- H. BENAVIDES, Jefe interino”.

"Señor vicecónsul  de España, don Joaquín Otero.- Tengo el agrado de dirigirme al señor Vicecónsul, comunicándole que el subscripto, en el deseo de contribuir de la mejor manera posible a aliviar la crítica situación de la tripulación del vapor Ludovico, naufragado en las costas del río Negro, y como una muestra de cariñosa  simpatía hacia la colectividad española de este pueblo, ha solicitado con fecha de ayer del señor jefe de policía de la provincia, dispusiera que por intermedio del comisario de policía local proveyeran a dichos náufragos de pasajes de ferrocarril desde Est. Stroeder hasta Bs. Aires, por cuenta del S. Gobierno. Del resultado de mis gestiones lo enterarán las copias de los telegramas que adjunto, y por ellas verá que el señor jefe, haciéndose intérprete de los sentimientos nobles y humanitarios que inspiran el pedido de dichos pasajes, ha ordenado en la fecha al comisario de este partido, la entrega de los ocho pasajes solicitados, que me es grato acompañar a la presente, que para por su intermedio los haga llegar  a los mencionados náufragos, contribuyendo en esa forma  a que su situación  se haga más desahogada.- Saluda al vicecónsul con toda consideración.- JOSE B. TRIACA.- RICARDO MORIONES, secretario”.

"Patagones, 20 julio 1916.- Señor Comisionado Municipal, don José Triaca.- Distinguido señor: -Nunca desconocí la caballerosidad  y nobles sentimientos que adornan al señor Comisionado, pero en los momentos actuales queda demostrado con creces, por las múltiples deferencias dispensadas a mis protejidos náufragos del vapor Ludovico, incluyendo en estas atenciones la ayuda  eficaz  por Ud. prestada obteniendo pasajes oficiales para aliviar sus tribulaciones; y si a todo esto se añade su espontánea declaración de simpatía por la colonia española  de este pueblo, no pudo menos que, al hacerme intérprete  fiel del modo de sentir de mis connacionales, exprese en su nombre y en el mio propio, sincero y profundo agradecimiento, haciéndolo extensivo al señor Jefe de la Policía de La Plata, señor Benavides.- Dios guarde al señor Comisionado muchos años.- JOAQUIN OTERO, vicecónsul de España”.

Esta gestión tan oportuna como plausible del comisionado municipal ha sido comentada con elogio por la numerosa colectividad española de Patagones, agradecida a la solícita atención que ese funcionario ha prestado a los tripulantes del barco antes nombrado.


Fotografía del Ludovico luego del accidente. Nótese la carga diseminada por toda la playa. Fuente: Histarmar.


Según relatos contados por los locales, dicen que la tripulación se agrupó en la costa, encendiendo fuego para calentarse y pedir ayuda. Dicen que un peón, de apellido Quichulef, fue el que tiró un lazo hasta la cubierta del Ludovico, y la tripulación pudo tender a través de éste otros cabos y llegar a tierra firme. Otros dicen que el primero en llegar a tomar contacto con la tripulación fue el vecino Pedro Bernardo Andersen, encargado del establecimiento rural “El Ñandú”, propiedad de familia Humble, quien de inmediato ofreció alojamiento y comida, dando aviso a las autoridades. El capitán y su tripulación abandonaron el barco y se desplazaron con destino a Buenos Aires, tal como lo informaba la nota del periódico La Nueva Era.

Mientras tanto, el Ludovico quedó intacto sobre la restinga de la costa, tal como se evidencia en las fotos de la época. A partir de entonces comenzó un proceso de desmantelamiento por parte de vecinos y turistas, quienes con el paso de los años se llevaron la mercadería de sus bodegas, las planchas metálicas del casco, maderas y diversos artefactos de navegación, incluyendo el ancla y las hélices. En la actualidad queda muy poco en el lugar, y lamentablemente la marea no me permitió recorrer con más detalle la restinga.

Algunas piezas del Ludovico están emplazadas en plazoletas del balneario El Cóndor, donde van degradándose de a poco, fuera del sitio donde el barco terminó sus días. Algunos rumores locales dicen que el ancla, y algunos objetos más, se encuentran en el casco de la estancia de una familia de la zona.


Plazoleta del balneario El Cóndor donde se aprecia, a la izquierda, una pieza proveniente de un naufragio. ¿Será del Ludovico o de alguno de los otros naufragios de la zona? (Fotografía del autor, julio de 2023).


Restos de Ludovico en Bahía Rosas (Fotografía del autor, julio de 2023).

Restos de Ludovico en Bahía Rosas (Fotografía del autor, julio de 2023).


Restos de Ludovico en Bahía Rosas (Fotografía del autor, julio de 2023).


La historia entre comillas

Hay otra historia sobre el Ludovico, que es muy intrigante pero, a mi entender, carece de evidencias suficientes para considerarla cierta. Me refiero a la versión que publicó el escritor Carlos De Nápoli (ya fallecido) en su libro Nazis en el Sur, donde asegura que en el Ludovico viajaba un joven oficial de la marina alemana de nombre Wilhem Canaris, quien posteriormente se convertiría en el jefe de la Abwher (el servicio de inteligencia y espionaje alemán desde 1921 a 1944). Canaris iba a bordo del crucero alemán SMS Dresden, uno de los dos barcos alemanes que escaparon a salvo de la batalla de las Malvinas, en diciembre de 1914. El SMS Dresden escapó y permaneció varias semanas escondido en los fiordos y canales del sur de Chile, donde era buscado intensamente por la marina británica. Finalmente el crucero fue hallado y acorralado en el archipiélago de Juan Fernández, donde la tripulación hundió el barco para que no caiga en manos inglesas. Los tripulantes alemanes, entre ellos Canaris, fueron internados en Chile. Según la versión de De Nápoli, Canaris rehusó integrar un plan de fuga con sus camaradas del Dresden, y se embarcó por su cuenta en el vapor Ludovico, el cual naufragó en Bahía Rosas en 1916.

El SMS Dresden en una visita a Nueva York en 1909. Fuente: Wikipedia.

Cabe preguntarse el porqué de la fuga en el Ludovico y la fuente de donde proviene este dato. En el diario La Nueva Era del 23 de julio de 1916 se afirma que los oficiales del Ludovico eran alemanes (exceptuando al capitán). Carlos De Nápoli sostenía que Canaris era uno de esos ocho oficiales alemanes que integraban la tripulación del Ludovico. La fuente en la que se basaba era el testimonio de quien dijo ser el armador del barco, un nonagenario chileno-alemán de apellido Haverbeck, quien le contó a De Nápoli que Canaris había huido usando un nombre falso, Carsten Rix. Sobre este nombre se hace alusión que el propio Canaris, supuestamente, decía que era de familia Canarix.

En primer lugar, hay que aclarar que el accidente del Ludovico se produjo cuando el barco iba desde Buenos Aires a Punta Arenas, por lo que difícilmente podría haber llevado a Canaris a bordo en julio de 1916, ya que debería haber venido en sentido contrario (de Chile hacia Argentina). Además, los tripulantes del Dresden se hallaban internados en la isla Quiriquina, enfrente de Talcahuano, lugar muy distante de Punta Arenas (más de 1800 km al sur), que era el destino del Ludovico. Una alternativa a esta historia es que Canaris haya abordado el Ludovico en algún viaje previo a aquel de julio de 1916 donde terminaría encallado en la Patagonia argentina. Pero incluso en este caso hay problemas para asociar al Ludovico con Canaris. El mayor problema es que los testimonios históricos hablan de otra forma de fuga y otra fecha.

La versión tomada como cierta es que Canaris se fugó de la isla Quiriquina en la noche del 4 o 6 de agosto de 1915 (depende de la fuente). Al parecer, el capitán del S.M.S Dresden, Fritz Lüdecke, estaba al tanto del plan. El entonces teniente Canaris descendió por un acantilado en la costa noreste de la isla, hasta alcanzar la playa. La marea estaba baja y pudo caminar hasta un bote pesquero que lo esperaba, el cual había sido contratado a cambio de 20 pesos chilenos. Luego se desplazó hacia la localidad de Osorno, unos 500 km al sur, a bordo del tren. Estuvo unos días en la zona, alojado en la casa de una familia alemana, y luego cruzó a caballo hacia Argentina, a través del paso Puyehue, con un pasaporte chileno falso a nombre de Reed Rosas. Del otro lado de la cordillera se hospedó en el establecimiento San Ramón, del súbdito alemán Luis von Bulow, en Bariloche. De allí se trasladaría por tren hasta Ingeniero Jacobacci, desde allí hasta San Antonio Oeste y luego Buenos Aires. Allí se embarcó en un vapor holandés, con el cual volvería a Alemania, donde sería condecorado con la Cruz de Hierro.


Extracto del diario de sesiones del Concejo Deliberante de Viedma, 21/abril/2010, donde se trata la donación de las hélices del Ludovico para su exposición en el balneario El Cóndor. Nótese que se replica la historia del libro de De Nápoli pero no hay ningún otro sustento concreto a la misma. Fuente: Concejo Deliberante de Viedma.


Otra fotografía de 1916 donde se aprecia el Ludovico encallado en la costa de Bahía Rosas. Fuente: La Nación.


Comentarios finales

Para cerrar la nota quiero repasar las cuestiones más relevantes, más allá de los detalles de mi viaje personal:

1) El lugar donde se hallan los restos del Ludovico es muy bello, recomiendo el viaje aunque sea solo para conocer Bahía Rosas (y de paso el resto de la RP1: Punta Bermeja, Bahía Creek y Caleta de los Loros). Se destacan los paisajes, los silencios y la naturaleza patagónica.

2) El pecio del Ludovico ha sido, desafortunadamente, muy vandalizado, y es poco lo que se puede ver que nos recuerde al barco. Hay elementos dispersos en el balneario El Cóndor y en manos privadas, pero en algunos años todo eso seguramente será olvidado. Sería interesante poder juntar el material disperso en un punto común, ya sea en Viedma, El Cóndor o algún lugar de la RP1, para hacer un pequeño Centro de Interpretación.

Fotografías de los restos del Ludovico hace dos décadas. La mayor marte de lo que se ve en ellas ha desaparecido del lugar en la actualidad. Las fotografías son de Guido Seidel y fueron extraídas del sitio de Histarmar.


3) La historia de Canaris a bordo del Ludovico no parece tener mucho sustento. No he podido encontrar referencias sólidas sobre lo que dijo De Nápoli acerca del escape de Canaris y todas las fuentes históricas que hablan sobre la fuga del marino alemán hablan de una fuga a través de Puyehue y Bariloche. La referencia al supuesto armador del barco y el juego de palabras que supuestamente usó Canaris con su nombre falso no es convincente y, lo más importante, no hay un solo documento que lo respalde. Creo que hay que seguir indagando en fuentes históricas, tanto de Chile como de Argentina, para desentrañar la historia del Ludovico  en los días previos al accidente. Se me ocurre que se puede rastrear el movimiento portuario de Buenos Aires en busca de menciones al Ludovico, a fin de determinar si, efectivamente, iba camino a Punta Arenas o si venía desde Chile (el diario La Nación dedicaba un apartado importante a este tema).

Antes de despedirme, quiero aprovechar la temática de la nota para invitarlos a visitar la web de Mar de Historias y sus redes sociales. Mar de Historias es la campaña para promover el conocimiento, la valoración y la protección del patrimonio cultural marino-costero del Mar Argentino, que busca sensibilizar y dar a conocer las riquezas culturales y las historias de sus costas y sectores sumergidos (pueden ver una referencia al Ludovico en una publicación del Facebook). Esta campaña es llevada adelante por el INAPL, la APN y los organismos oficiales de todas las provincias argentina con litoral atlántico.

Ahora sí, me despido hasta la siguiente nota, esperando contar como siempre con ustedes, mis "lectores constantes". Hasta entonces.


https://mardehistorias.com.ar/


Comentarios

  1. Sms Emdem fue un crucero aleman de la primera guerra mundial, creo estuvo en Bs As para los festejos del centenario ¿estuvo en Puerto Madryn? perdon si ya te lo pregunte

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    1. Hola, gracias por comentar. No sé si el Emden estuvo en Madryn, pero el que pasó por la costa patagónica y estuvo en Camarones, para esas fechas, fue el SMS Bremen. Saludos

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  2. Entiendo que el Bremen estuvo en Madryn en 1938. Hay una historia acerca de una filmación o fotografía de una cena homenaje a su oficialidad en una chacra de Gaiman donde la mesa se halla decorada con banderitas con la svastica.

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    1. No, el que estuvo en Madryn en 1938 fue el Schliesen. Respecto a la filmación, es algo que he leído en varios lugares, pero nunca vi esa filmación.

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