Tras las huellas del Madonna del Carmen

Esta es la historia de una búsqueda y un hallazgo que me dejaron preguntas sin respuestas. La primera vez que tuve referencia de este barco fue hace unos 13 o 14 años, cuando leí una nota de Laureano Clavero en su blog dedicado a Mar del Sur. Su historia, aparentemente enlazada con la historia patagónica, tiene muchas lagunas y no tantas certezas. Por diversos motivos me fue imposible hallarlo hace unos años, hasta que finalmente lo encontré hace unas semanas atrás. Si bien el sitio del naufragio no tiene nada de espectacular, es casi nada lo que queda de su estructura, la visita in situ me permitió cerrar el círculo de investigación por el momento, por lo que decidí poner manos a la obra para contarles esta historia. Los invito a recorrer este camino, empezando por la mitad de la historia y viajando hacia atrás y adelante en el tiempo, para conocer las andanzas del vapor Madonna del Carmen.

[Comentario al margen: el nombre del barco se encuentra citado como "Madonna del Carmen", "Madona del Carmen" o "Madonna del Carmine", según la época y la fuente de la información. En los casos que me refiera a una fuente particular, usaré la terminología de dicha fuente, mientras que cuando me refiera al barco por mi cuenta, voy a usar el nombre "Madonna del Carmen".]

Un punto de la costa atlántica entre Miramar y Mar del Sur esconde un viejo naufragio que pocos conocen y que apenas puede divisarse en la foto (octubre 2023).

Siguiendo el rastro de migas de pan

Según coinciden diferentes fuentes, la historia de este barco aparece publicada en un libro escrito por el sacerdote Juan Pascual y Massanet en el año 1922. El libro, titulado "Miramar en el trigésimo aniversario de su iglesia 1891-30 de Noviembre-1921", trata sobre la historia de Miramar y el partido de General Alvarado entre finales del siglo XIX y principios del XX. Allí se hace referencia a un artículo escrito en una revista de tirada nacional llamada El Hogar, donde se cuenta que en ese lugar de la costa están los restos de un barco llamado Madonna del Carmen y que los mismos son el recuerdo de un episodio triste y desafortunado.

Reseña del libro del sacerdote Juan Pascual y Massanet aparecida en la revista Fray Mocho del 30 de diciembre de 1924. Fuente: Colecciones digitales del Ibero-Amerikanischen Institut.

Partiendo de la referencia del libro de Massanet, logré acceder a la fuente original, o sea, la revista El Hogar, cuya colección se encuentra digitalizada en la Biblioteca Nacional y es de libre acceso. La referencia al Madonna del Carmen aparece en el Nº645 de dicha revista, del 22 de febrero de 1922 (agradezco el dato de la fecha que me proporcionaron desde el Museo y Archivo Histórico de Miramar). La nota, firmada por un tal César Viale, relata una excursión familiar durante una tarde de verano, partiendo del hotel de Mar del Sud en dirección a Miramar por la playa. El relato se centra en la figura de una señora mayor, a la que se identifica como abuela Isabel y una de sus nietas, que van en caravana junto a un número no determinado de otras personas, hasta el lugar donde están los restos del Madonna del Carmen. Allí se describe la escena del naufragio, que al parecer se reduce a unos pocos restos del casco, la caldera y un ojo de buey, y se menciona que el accidente ocurrió muchos años atrás, cuando no existía el hotel de Mar del Sud. Finalmente, la historia termina, en un giro dramático, cuando se revela el nombre de la nave siniestrada y la abuela Isabel cae de rodillas, al reconocer que se trata la embarcación donde perdió la vida su hijo hace tantos años.

Portada del Nº645 de la revista El Hogar, del 22 de febrero de 1922. Fuente: Biblioteca Nacional.


Relato del periodista César Viale aparecido en el Nº645 de la revista El Hogar, del 22 de febrero de 1922. Fuente: Biblioteca Nacional.

El relato de César Viale no es una nota periodística, sino más bien una narración que mezcla realidad con fantasía. Voy a tratar de rescatar lo que creo que son los datos reales. Por un lado, la descripción de los restos del barco dice que había restos del casco, la caldera y un ojo de buey. Eso es coherente con lo que aún se ve en la actualidad, un pedazo de caldera oxidada y semienterrada en la arena. El relato dice que el naufragio ocurrió "muchos años atrás, con decir que el hotel no estaba ni proyectado aún", lo cual es bastante raro, ya que los dos hoteles icónicos de Mar del Sud, el Boulevard Atlantic y el Mar del Sur, fueron construidos alrededor de 1890, por lo cual el naufragio se hubiese producido en pleno siglo XIX, lo cual no cuadra con el relato de la revista de 1922 (ni se condice con el historial del barco, como veremos más adelante).

Origen y características del Madonna del Carmen

A partir de la pista histórica del artículo de 1922, y de las investigaciones previas realizadas por el integrantes del museo de Miramar, se puede rastrear el origen de este barco hasta el astillero donde fue botado. En la web de historia de los astilleros del río Tyne hay una entrada dedicada al Madonna del Carmen donde consta que el barco fue construido en el astillero de Swan & Hunter, en Newcastle (Inglaterra), y se resumen algunos datos técnicos de la embarcación:

  • Casco Nº: 73  
  • Botadura: 29/04/1883
  • Eslora: 40,00 m
  • Manga: 6,12 m
  • Puntal:  3,41 m
  • Desplazamiento: 238 grt

La nave era impulsada por una máquina alternativa a vapor tipo Compound con 2 cilindros, fabricada por Ross & Duncan (Glasgow, Escocia), con una potencia de 35 hp nominales (nhp). El casco era de hierro y tenía una hélice. Parte de esta información aparece reflejada en un recorte de un periódico inglés de la época, el Jarrow Express del viernes 04/05/1883, donde se informa de la botadura del Madonna del Carmen.

Botadura. El sábado fue botado del astillero de los Sres. C. S. Swan y Hunter un vapor a hélice de las siguientes dimensiones: 135 pies de eslora por 20 de manga y 12 de calado, y unas 250 toneladas brutas. Este buque está equipado con una cubierta principal de hierro, dos cabrestantes de vapor, un molinete patentado por Harfield, y está aparejado como una goleta de tres palos. Sus motores serán de condensación de superficie compuesta invertida, con cilindros de 16 y 30 pulgadas y carrera de 22 pulgadas, siendo la presión de trabajo de las calderas de 80 libras. El buque ha sido construido por orden del Signor A. Tortello de Bari, y al dejar el puerto fue bautizado como Madonna Del Carmine, por la Srta. Hunter.

Extracto del Jarrow Express del martes 04 de mayo de 1883. Fuente: Tyne Built Ships.


La compañía escocesa Ross & Duncan fabricaba máquinas de vapor para la industria naval a finales del siglo XIX. Desconozco la apariencia de la máquina que impulsaba al Madonna del Carmen, pero quizás lucía como la de la publicidad. Fuente: Ebay.

Reconstruyendo la historia a partir del nombre

Según consta en la web de los astilleros del río Tyne, el primer dueño de esta embarcación fue un tal A. Tortello, de Bari. El nombre original era Madonna del Carmine, la expresión italiana para la Virgen del Carmen. Sobre Tortello, lo único que he podido encontrar es que se trataba de un empresario o comerciante de la localidad de Bari, que tenía su domicilio en la Vía Argiro 121.

La primera referencia periodística que ubica al Madonna del Carmine en nuestro país la podemos encontrar en un anuncio del periódico de la comunidad británica en Argentina, The Standard, publicado durante los meses de noviembre y diciembre de 1885. Allí aparece una publicidad de una compañía de navegación francesa, llamada La Platense, donde se informa que el domingo sale con destino al puerto de Rosario e intermedios un vapor de carga (solamente) que puede ser el Wilhelm, el Villa Ocampo o el Madonna del Carmine. A finales de ese mismo año, el 22 de diciembre de 1885, se publica en el Registro Nacional de la República Argentina (RNRA) una resolución general del Ministerio de Guerra y Marina que dice, textualmente, que "se concede privilegio de paquete al vapor italiano Madonna del Carmine".

Publicidad aparecida en el diario de habla inglesa de Buenos Aires, The Standard, el 26 de noviembre de 1885, donde se promociona el transporte de carga por vía fluvial a Rosario, con el Madonna del Carmine como una de las opciones para los días domingo. Fuente: Repositorio Digital San Andrés.


Hay que avanzar hasta los años 1894 a 1897 para encontrar referencias al Madonna del Carmine en un documentos oficiales de la República Argentina. En esos años, aparecen publicadas varias referencias a este barco en el Boletín Oficial de la República Argentina (BORA). En la mayoría de los casos se trata de manifiestos de carga publicados por la Aduana de la Capital, en la sección denominada crónica administrativa, que se hallan en los siguientes ejemplares:

  • 1894-01-09, Nº 156, carga de cueros, lanas y otros procedente de Patagones, consignada a J.M. Tullock
  • 1894-02-27, Nº 195, carga de cueros, lanas y otros procedente de Patagones, consignada a J.M. Tullock
  • 1894-06-05, Nº 272, carga de cueros, lanas y otros procedente de Patagones, consignada a J.M. Tullock
  • 1894-08-18, Nº 333, carga de azúcar procedente de Rosario, consignada a F. Camelino.
  • 1894-09-02, Nº 345, carga de trigo procedente de Rosario, consignada a F. Camelino y Cía.
  • 1894-10-11, Nº 377, carga de azúcar procedente de Rosario, consignada a F. Camelino y Cía.
  • 1895-09-07, Nº 641, carga mixta procedente de Gualeguaychú (incluyendo cognac y grapa), consignada a E. Gagliardo.
  • 1896-06-04, Nº 859, carga mixta procedente de Patagonia (sic), consignada a Carlone Ibarrez y Cía., y a B. Algelt y Cía.
  • 1897-04-02, Nº 1101, carga mixta procedente de Patagones, consignada a varias personas (Carbone, Ibañez, Sarsotti, Belmon, etc.)
  • 1897-04-30, Nº 1122, carga mixta procedente de Patagones, consignada Sarsotti y Soulas
  • 1897-05-11, Nº 1131, carga de frutos del país procedente de Patagones, consignada Sarsotti
  • 1897-06-23, Nº 1165, carga mixta procedente de Patagones, consignada a varias personas (Carbone, Ibañez, Sarsotti, etc.)
  • 1897-07-25, Nº 1190, carga mixta procedente de Patagones, consignada a varias personas

Recortes de las diferentes menciones al Madonna del Carmen que aparecieron en el BORA durante los años 1894 a 1897. Fuente: Archive.org y Boletín Oficial de la República Argentina.


En el BORA del 7 de septiembre de 1897, aparece el Madonna del Carmine en una lista denominada "Relación de los buques argentinos que durante el año próximo pasado y en lo que va del presente, han sido despachados en esta capital para salir fuera de cabos". En el listado aparece identificada con la matricula Nº 5995.

Boletín Oficial de la República Argentina Nº1226 del 7 de septiembre de 1897.

Dos posibles vínculos con la Patagonia

Más allá de los manifiestos con la carga proveniente de Patagones que aparecen en algunos ejemplares del BORA entre 1894 y 1897, hay dos referencias adicionales que relacionan al Madonna del Carmen con la Patagonia. La primera de ellas aparece en documentos oficiales, más precisamente en el RNRA del 2º semestre de 1896 y en el BORA del 14 de enero de 1897. En ambos casos se reproduce la misma resolución, que cito textualmente:

Resolución aceptando un dictamen del señor Procurador del Tesoro referente a la responsabilidad del capitán del buque "Madonna del Carmine" por la ocultación de desertores de la policía de Rio Negro
Excmo. Señor:
Según lo manifiesta la Prefectura General de Puertos en su precedente informe, no hay mérito suficiente para responsabilizar al capitán del buque «Madonna del Carmine» por la ocultación, en sus bodegas, de los desertores de la policía del Rio Negro.
En consecuencia, opino que V. E. debe disponer el archivo de este expediente.-Buenos Aires, Diciembre 18 de 1896. Guíllermo Torres.

Departamento del Interior
Buenos Aires, Diciembre 10 de 1896.
Téngase por resolución el precedente dictamen del señor Procurador del Tesoro; comuníquese, dese al Registro Nacional y archivese el expediente.
(Exp. 4282. R. 1896)
URIBURU - N. QUIRNO COSTA

No he podido hallar información adicional sobre este hecho, pero de lo expuesto en la resolución, hubo un grupo de desertores de la policía de Río Negro (¿cuántos? ¿2, 3, 8?) que se ocultó en las bodegas del Madonna del Carmen, aunque al parecer sin el conocimiento por parte del capitán de dicho navío. Desconozco cómo se gestó la deserción y cómo se descubrió a los desertores, si fue en el puerto de Buenos Aires o en Patagones, pero no deja de ser una curiosa referencia patagónica sobre la que deberé seguir indagando.

El otro vínculo patagónico es más difuso, ya que ha sido mencionado en un par de libros pero no hay referencias a documentación o papeles oficiales. Según Armando Braun Menéndez, en su libro "Pequeña Historia Fueguina", el vapor Madonna del Carmine, junto con la barca Maria Luisa, habrían sido fletados por Julio Popper para llevar los materiales para montar el lavadero de oro en la bahía de San Sebastián (Tierra del Fuego), en el lugar denominado El Páramo. Julio Popper era un ingeniero rumano, pionero de la explotación del oro y la colonización de Tierra del Fuego, también acusado de las matanzas perpetradas contra la población Selk'nam. Falleció muy joven, a los 35 años, en Buenos Aires, en circunstancias poco claras. Pero más allá de de la vida y acciones de Popper, que merecen una nota aparte, me remito al tema central de esta nota. Según otra fuente, se dice que en el libro "Julio Popper, Quijote del Oro Fueguino” del investigador Arnoldo Canclini, aparece una referencia a este barco: “En nombre de la nueva empresa, se adquirieron dos embarcaciones, el vapor Madonna del Carmine y la barca María Luisa. No sabemos qué se hizo de estas naves, a bordo de las cuales Julio Popper se dirigió hacia la tierra de su destino, El Páramo, que sería el escenario para sus más célebres hazañas.”

Últimos retazos de historia

En este punto llegamos a la parte más difusa de la historia del Madonna del Carmen. Según la web de historia de los astilleros del río Tyne, el barco fue comprado por un tal S. Anselmo, de Génova, en 1889, quien rebautizó el barco como Giulietta A. Luego sería comprado por el armador M. Vaccaro, de Buenos Aires, quien lo rebautizaría Madonna del Carmen. Aquí hay una discrepancia entre lo que dice la web inglesa, que fija el año de la venta en 1894, y la web de Histarmar, que dice que esa venta ocurrió en 1905. Para resolver esta controversia, estuve investigando los registros históricos de la aseguradora Lloyd's y encontré que hasta 1887 aparece registrado como Madonna del Carmine, para luego aparecer registrado como Giulietta A. desde 1888 en adelante. Vuelve a cambiar de nombre en 1894, cuando pasa a llamarse Madonna del Carmen. A continuación dejo los enlaces a los registros de la compañía Lloyd's de 1887 hasta 1894 (el correspondiente a 1891 no está disponible)

Resumiendo, parece ser que Anselmo compró el barco en 1887 y lo renombró, y luego se lo vendió a Vaccaro en 1894, quien volvió a bautizarlo como el original, pero empleando la versión castellana "Carmen" en lugar de "Carmine".
 
Extracto de los registros de la compañía Lloyd`s desde 1887 (arriba) hasta 1894 (abajo). Fuente: Lloyd's Register of Ships Online.

El 19 de julio de 1898 aparece publicado un telegrama en el periódico uruguayo Courrier Franco Oriental (publicación en lengua francesa y castellana) que dice, textualmente, así: "Hoy salió para Mar del Plata el vapor Araucano a prestar auxilio a la "Madona del Carmen"". En este caso podría haber una confusión con una lancha de pesca marplatense que también llevó ese nombre, pero tampoco es seguro.

La última referencia en documentos oficiales de la República Argentina que hace mención al Madonna del Carmen es una que aparece en una Memoria del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública presentada en el año 1898. Allí se reproduce un extracto de un informe del Director de la Escuela Nacional de Pilotos, un tal P. Mohorade, que tiene fecha 20 de noviembre de 1897 y que dice lo siguiente:

Se cree generalmente que no existen vapores argentinos de mar; hay pocos, es verdad, pero su número aumenta de día en día. Hoy navegan á Europa ó al Brasil ó al Cabo de Buena Esperanza, más de quince vapores de los cuales algunos desplazan más de 3000 toneladas como el «Felipe Lussich», el «Bellarena» el «Tagus», el «Britannia», y algún otro. Tenemos una carrera establecida en este Puerto y los del Brasil hasta el Pará, servida por los vapores mencionados nacionales «Vilna» «Litoral», «Mercurio»,
«Pomona», y «Fortuna» y otra que vá á Bahía Blanca y Patagones con los vapores «Toro», «Vaca», «Austria», «Madonna del Carmine» y otros de menor tamaño como «La Prensa», «El Diario» etc.
Pues todos esos buques deben de llevar oficiales argentinos y más tarde ser mandados por capitanes argentinos, patentados por la Escuela Nacional de Pilotos.

A partir de aquí, la historia del Madonna del Carmen se vuelve un misterio. No hay noticia de su naufragio ni de la fecha. Se estima, aproximadamente, que pudo ser entre 1910 y 1911, pero a ciencia cierta no se sabe nada. Se sabe que hasta 1909 estaba operativo porque aparece en los registros de la aseguradora Lloyd's, pero a partir de 1910 su paradero es desconocido.

Última mención al Madona del Carmen en los registros de la compañía Lloyd's, correspondiente al registro de 1909. Fuente: Archive.org.

La historia de un improbable tesoro

Una historia muy curiosa, que gira en torno al Madonna del Carmen, es la que rescata el miramarense Segundo Acha en su libro "Miramar, cien años de anecdotario histórico". Allí cuenta lo siguiente:

La búsqueda del tesoro
También permanece desconocido el intento realizado por varios vecinos de la ciudad que, plano en mano, buscaron afanosamente un supuesto tesoro en un baldío ubicado precisamente en el lugar exacto donde hoy se levanta el majestuoso edificio Playa I. Este intento fue llevado a cabo en base a un plano que mantenía en su poder un marinero sobreviviente del Madona del Carmen, naufragado en las costas entre Miramar y Mar del Sur, cuya caldera hoy podemos ver a orillas del mar, carcomida por el óxido.

Según cuentan vecinos memoriosos, dicho terreno estaba lleno de pozos y nadie sabía bien por qué, si era que lo habían usado de cantera o se trataba de una obra inacabada. Por otra parte, cuando se iniciaron las excavaciones para comenzar los cimientos del actual edificio, dicen que se acercaban personas de avanzada edad a observar los trabajos, como esperando ver algo en especial.

Lo que queda del Madona del Carmen

Hasta aquí llegó la historia de lo que se sabe acerca del Madonna del Carmen. Como dije al principio, comencé por la mitad de la historia, volví al pasado y avancé hasta el presente, donde estamos ahora. ¿Qué es lo que queda del Madonna del Carmen? Pues la verdad queda muy poco, casi nada, salvando algunos restos que fueron rescatados en forma personal por vecinos de la zona hace muchos años. Personalmente fui a buscar los restos del barco y, siguiendo las pistas del blog de Laureano Clavero, hallé el lugar luego de un par de intentos infructuosos. Se encuentra entre el arroyo de la Ballenera y el arroyo de la Totora, entre Miramar y Mar del Sur. De barco no queda nada, apenas unos pedazos de lo que fue la caldera, que han sido tapados por la arena casi hasta hacerlos desaparecer.

La caldera del Madonna del Carmen se encuentra semienterrada a pocos metros de la línea de marea (octubre 2023).

Es poco lo que queda para ver y para fotografiar. Aquí se aprecia un primer plano de parte de la caldera, con el mar de fondo (octubre 2023).

Buscando en la web, encontré fotos de la caldera de hace unos años, donde se podía ver la carcasa de metal oxidado de forma semicilíndrica (es solo la mitad de la caldera) totalmente expuesta. Supuestamente los demás restos del barco se hallan hundidos a unos cien metros mar a dentro, y dicen que durante las bajantes muy pronunciadas es posible ver algunos restos asomar sobre el agua. Me consta que en esa parte del océano el mar tiene mucha energía, las olas rompen con fuerza, por lo que entiendo que lo que pueda quedar debe ser muy poco y debe ser muy difícil acceder.

Restos de la caldera del Madonna del Carmen tal como se veía en 2010. Fuente: Facebook del Museo y Archivo Histórico de Miramar. Se puede ver otra foto similar en una nota del Clarín.


El ancla del Madonna del Carmen fue recuperada por un vecino de la zona, quien la tenía en su casa. En el año 2020 la donó al Museo de Miramar. Fuente: 0223.

Además de la caldera, se han rescatado y conservado pocas piezas del Madonna del Carmen. En la década de 1940, el Sr. Zuchelli rescataría parte de la cadena que engancharía el ancla, la cual se exhibe (o exhibía, hace mucho que no voy) en el museo de Miramar. Posteriormente, en la década de 1990 sería rescatada el ancla, que se exhibió en el jardín de un domicilio particular durante unos años, pero luego fue donada al Museo de Miramar. Muchos otros restos se han encontrado en la zona, pero no se los ha podido asociar con exactitud al Madonna del Carmen. Sin ir más lejos, cerca del arroyo de la Ballenera se han encontrado restos de otro barco, al parecer más antiguo, que explicarían el nombre del arroyo, pero que nada tendrían que ver con el protagonista de esta historia.

Cadena recuperada del sitio del naufragio del Madonna del Carmen en la década de 1940, actualmente en el Museo y Archivo Histórico de Miramar.

Palabras finales

El litoral atlántico argentino conserva una gran cantidad de material arqueológico en forma de naufragios de distintas épocas. Muchos de ellos aún permanecen escondidos, esperando la llegada de los investigadores que puedan desentrañar su pasado. Las costas bonaerenses, si bien han sido históricamente más rastrilladas que las patagónicas, aún esconden misterios. El Madonna del Carmen es uno de ellos, un naufragio casi olvidado, que ha ido desapareciendo lentamente gracias a la acción de las fuerzas de la naturaleza y alguna que otra intervención humana. Su historia está emparentada, por diversos sucesos, con la historia patagónica, aunque su lugar de reposo definitivo se halle a muchos kilómetros más al norte. Quedan muchos cabos sueltos en la historia, en especial los relativos al naufragio y la referencia que lo relaciona con Popper. Sin duda resta trabajo de archivo y algún golpe de suerte para completar el rompecabezas. Más allá de esto, creo que por el momento el objetivo está logrado y es un buen punto para cerrar esta nota. Como de costumbre, espero los aportes y comentarios, y les agradezco la constancia. Hasta la próxima entrada.

Comentarios

  1. Patricio, brillante y preciso como siempre!

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  2. Inevitable leerlo, como todas las investigaciones de Patricio.
    ¡Felicitaciones nuevamente, y van...!

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    1. ¡Gracias por tus palabras! Me alegro que les haya gustado la nota, la próxima vez pongan la firma así sé quien escribe. Saludos

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