Ciencia en clave humorística o irónica

Las publicaciones científicas, habitualmente denominadas "papers" en el ambiente académico, se caracterizan tanto por el uso de un lenguaje muy específico del área de conocimiento en cuestión como por la rigurosidad de los experimentos o demostraciones, además de por tener una estructura predefinida que se repite en casi todos los casos y por la formalidad de la redacción. Estos trabajos son publicados en revistas, o "journals", que en la mayoría de los casos cuentan con revisiones por pares y procesos de selección muy restrictivos. Sin embargo, a pesar de estas rigurosas tradiciones y reglas, hay excepciones, o curiosidades, donde los autores hacen gala de un refinado humor o un lenguaje irónico al presentar sus investigaciones. Hoy quiero dedicar unas líneas a ver unos cuantos de estos casos, que se caracterizan por su extrema brevedad, por sus autores, por sus declaraciones y cosas por el estilo. Seguramente hay muchos más casos dando vueltas por la web, pero creo que este puñado de ejemplos nos va a dar una idea bastante general.

El jurista y matemático francés Pierre de Fermat formuló su célebre teorema, que trata sobre la suma de potencias de números enteros, el cual llevó varios siglos en lograr ser demostrado. Sin embargo, el aseguraba que había descubierto una prueba verdaderamente maravillosa de ello, pero que no entraba en el espacio del margen de la hoja donde escribía. Este comentario fue luego recopilado por su hijo y de ahí pasó a la historia como uno de los más grandes desafíos matemáticos. La anotación original de Fermat se perdió y solo nos queda esta observación en el libro de su hijo. Quizás esa haya sido la anotación al margen más genial de la historia de la matemática... ¿o una broma del ingenioso Fermat? Fuentes: Trinity College Library y Linda Hall Library.


La publicación más corta jamás publicada en una revista científica

En octubre del año 1974, la revista Journal of Applied Behavior Analysis, que pertenece a la editorial Wiley, publicó un paper que, literalmente, no tenía ni una palabra en el cuerpo del texto. Básicamente se trataba del título (El infructuoso autotratamiento de un caso de "Bloqueo del escritor"), los datos del autor, y una nota al pie de la página, la cual simplemente decía que había partes de este artículo no se habían presentado en la 81ª Convención Anual de la American Psychological Association (Montreal, Canadá, 30 de agosto de 1973). Lo atractivo de este trabajo no solo es esto, la ausencia total de contenido, sino los comentarios del revisor, que no tienen ningún desperdicio.

Comentarios de revisor A: He estudiado este manuscrito muy cuidadosamente con jugo de limón y rayos X y no he detectado ni un solo defecto ni en el diseño ni en el estilo de redacción. Sugiero que se publique sin revisión. Evidentemente, es el manuscrito más conciso que he visto, pero contiene suficientes detalles para que otros investigadores puedan replicar el fallo del Dr. Upper. En comparación con otros manuscritos que contienen todos esos detalles complicados, éste fue un placer examinarlo. Seguro que podemos encontrar un lugar para este trabajo tal vez en el borde de una página en blanco. Fuente: National Library of Medicine.


Los papers donde se plantea una pregunta y se responde en el mismo título o en el resumen

El resumen (o abstract) de un artículo científico es, por definición, un texto corto. Sin embargo, hay algunos autores que han llevado esto al extremo, redactando textos demasiado breves que a su vez proveen la respuesta, o parte de ella, a la pregunta formulada en el título. Algunos ejemplos, que extraje del blog de Paperpile (recomiendo visitarlo para ver otros), son estos:

En el título los autores se preguntan si se pueden explicar las aparentes velocidades superlumínicas de los neutrinos como una medición cuántica débil, e inmediatamente después, en el abstract, contestan con brutal brevedad: "probablemente no". Fuente: IOPScience.


J.C. Doyle escribió un artículo en la revista IEEE Transactions on Automatic Control, en 1978, dedicado a los márgenes garantizados para los controles LQG (Lineal-Cuadrático-Gaussiano). El abstract le quita cualquier suspenso al asunto, ya que adelanta que "no hay". Fuente: IEEExplore.


Gardner y Knopoff se preguntaban, allá por 1974, si la secuencia de terremotos en el sur de California, una vez eliminadas las réplicas, mostraba una distribución de Poisson. La ansiedad de los autores les jugó una mala pasada, porque en el abstract se limitan a decir "Sí". Fuente: Geo Science World.


Curiosas asociaciones de autores

Seguramente hay muchos ejemplos de trabajos donde se puedan hacer asociaciones entre los nombre de los autores. Entre ellos podemos mencionar los siguientes:

  • Un artículo científico con cuatro coautores con el mismo apellido, como el publicado por Ryszard Horodecki, Pawel Horodecki, Michal Horodecki y Karol Horodecki, titulado "Quantum entanglement", que apareció en la revista Review of Modern Physics (Junio 2009). En este caso, el primer autor es el padre, y el segundo y tercero son sus hijos.
  • El profesor Joshua Goodman, de la Universidad de Boston decidió elevar la apuesta de los Horodecki que eran parientes y se las ingenió para redactar un artículo con otros autores de igual apellido que no tuviesen ningún parentesco. Así escribieron Allen C. Goodman, Joshua Goodman, Lucas Goodman y Sarena Goodman el artículo "A few goodmen: surname-sharing economist coauthors" en la revista Economic Inquiry (Octubre 2014). Un artículo en clave humorística, no solo por su título (goodmen es el plural de Goodman), que recomienda a los científicos apellidados Smith que superen su reto: un artículo firmado por cinco o más Smith que no sean familiares.
  • En 1948, el físico ruso-estadounidense George Gamow, y su alumno Ralph Alpher, elaboraron un documento científico que tuvo un gran impacto científico, titulado “The Origin of Chemical Elements”, el cual se publicó en la revista de la American Physical Society. Entre otras cosas, este trabajo explicaba la relativa abundancia de hidrógeno y helio en el universo después del Big Bang. Gamow era conocido, además de por su intelecto, por un excelente sentido del humor. Antes de enviar el paper a la revista, decidió añadir en la lista de autores al físico Hans Bethe, quien no había colaborado en absoluto en el trabajo, para que la lista de autores quedase como "Alpher, Bethe y Gamow", una broma fonética con el nombre de las tres letras del alfabeto griego: alfa, beta y gamma.


El gato que escribía papers

En noviembre de 1975 el físico Jack Hetherington, de la Universidad Estatal de Michigan (EE.UU.), publicó un artículo con dos autores en la revista prestigiosa Physical Review Letters. El primer autor del trabajo era él y su coautor era un tal F. D. C. Willard. ¿Quién era este Willard? Pues ni más ni menos que su gato doméstico, al que añadió las siglas del nombre de pila como F. D. C. por Felis Domesticus Catus. Según el propio autor, añadió esta coautoría porque había usado el plural en la redacción del artículo, así que para evitar tener que editar la redacción, incorporó a su gato Willard como autor.

Copia del artículo de Hetherington y Willard, con la firma manuscrita de ambos. Fuente: Blog Biblioteca UM.


... y el perro que también escribía

Si pensaban que no había más mascotas autoras de papers científicos, estaban equivocados. Hay un trabajo, publicado en The Journal of Experimental Medicine (1978), que lleva el título bastante rebuscado de "In a fully H-2 incompatible chimera, T cells of donor origin can respond to minor histocompatibility antigens in association with either donor or host H-2 type", cuyos autores son Polly Matzinger y Galadriel Mirkwood. Polly Matzinger (acá podríamos también hacer una analogía con Mazinger) es una inmunóloga de origen francés, mientras que Galadriel Mirkwood era... su galgo afgano. Al parecer estaba negada a escribir su artículo usando la voz pasiva habitual de las publicaciones científicas ('steps were taken' --> "se tomaron medidas") pero se sentía muy insegura como para escribir en primera persona ('I took the steps' --> "yo tomé las medidas"), por lo que se inventó un coautor para poder escribir en plural. Por cierto, como bien se habrán dado cuenta los fans de Tolkien, el nombre de la perra homenajea a la elfa Galadriel, del Bosque Negro (Mirkwood).

La coautora de este trabajo no es una elfa milenaria de la Tierra Media de Tolkien, si no la galga afgana de Polly Matzinger. Ella defendió la coautoría de su perra cuando concursó su cargo, diciendo que se trataba de un animal real, que asistía al laboratorio frecuentemente y que había hecho tanto por la investigación como algunos coautores (ironía acerca de aquellos casos donde se agregan autores aunque no hayan participado en la investigación). Fuente: Authorea.


¿Quién era el extraño matemático Shalosh B. Ekhad?

En 1997, los matemáticos Shalosh B. Ekhard y Doron Zeilberger demostraron el teorema cosmológico de Conway, el cual explica el proceso de desintegración de elementos atómicos pesados en otros de menor peso, y publicaron el artículo "Proof of Conway's Lost Cosmological Theorem" en la revista Electronic Research Announcement of the Amer. Math. Soc. Esta publicación les daría mucha notoriedad a ambos matemáticos, en particular al joven matemático Shalosh B. Ekhard, que había publicado su primer trabajo en 1990.

El matemático Shalosh B. Ekhard seguiría publicando artículos después de esta demostración, pero siempre de la mano de su mentor, Doron Zeilberger, además de otros matemáticos. Sin embargo, había algo raro en Ekhad, ya que no aparecía en la lista de docentes de la página web de la Universidad de Rutgers; y cuando sus colegas de otros centros de investigación lo invitaban a participar en seminarios, impartir conferencias o hacer estancias de investigación, nunca obtenían respuesta. A lo sumo recibían una cordial negativa por parte de una secretaria.

El divulgador matemático George Szpiro se propuso develar el misterio acerca de la identidad de este científico. Por ejemplo, supo que en la lengua hebrea el nombre “Shalosh B. Ekhad” significa “tres en uno”, lo cual no dejaba de ser llamativo. Un día logró coincidir en un congreso matemático en la isla griega de Mykonos con el mentor de Ekahd, el doctor Doron Zeilberger, y allí lo interrogó acerca de su misterioso coautor. La respuesta no pudo ser más sorprendente: el profesor Shalosh B. Ekhad era ni más ni menos que la computadora personal del profesor Zeilberger. ¿Cuál era el motivo de esta coautoría? Muy simple: la computadora  personal de Doron Zeilberger, adquirida por éste en 1987, había sido fabricado por AT&T, en el edificio número 3, pasillo B, habitación número 1 de los Laboratorios Bell, por lo que lo identificaron como “3B1”. El matemático que estaba entusiasmado con su computadora le puso nombre en su lengua materna, Shalosh (tres) B. Ekhad (uno): 3B1.

Aspecto de una AT&T Unix PC modelo 3B1, similar a la que usaba el matemático Doron Zeilberger. Fuente: Wikipedia.

Malditos revisores

Los revisores son algo así como los malos de la película, los encargados de buscar defectos en nuestro trabajo para poder rechazarlo o, al menos, para que tengamos que modificarlo y defenderlo "a capa y espada". Son la pesadilla de cualquier envío de un artículo a una revista, cosa que a veces puede torcerse y llevar a situaciones complejas, como ya lo comenté hace unos años en esta nota. Bueno, la cuestión es que Peter M. Dahlgren, un investigador sueco de la universidad de Gothenburg, elaboró un artículo, medio en broma y medio en serio, titulado "Instructions for Reviewer 2: How to reject a manuscript for arbitrary reasons" (Instrucciones para el Revisor 2: Cómo rechazar un manuscrito por razones arbitrarias), en el cual se desgranan algunos de los tópicos habituales por los cuales se desestima un trabajo científico, aún sin que el contenido sea cuestionable, sino que más bien por que el revisor "no le gustó". Entre otras cosas, propone lo siguiente (recomiendo leer el texto original, no tiene desperdicio):

- Siempre pedir un mayor grado de novedad en la propuesta, aún si se trata de un trabajo de tipo comparativo o de análisis de casos

- Subir la vara constantemente: Si el trabajo es bueno, siempre se puede pedir que sea mejor y así colocar al autor en una disyuntiva difícil de resolver,

- Aplicar un criterio diferente según le parezca al revisor: A veces es evidente que el listón se ha puesto tan alto que parecería una tontería argumentar en contra de su calidad. En este caso, es necesario cambiar los criterios de evaluación, haciendo lo que popularmente se conoce como "mover el arco". Si el artículo está centrado en la teoría puede ser rechazado porque no se compromete con la evidencia empírica. Un artículo empírico puede ser rechazado porque no tiene en cuenta la teoría. Un artículo que contempla ambos aspectos puede ser rechazado porque es demasiado ambivalente y no elige un bando.

- Criticar la sección de métodos en vez de los resultados: Si al revisor no le gustan los resultados, obviamente no debe decirlo porque le hará quedar mal. En ese caso, las críticas tienen que centrarse en la sección de métodos.

- Desplazar la carga de la prueba: Un revisor experimentado podría limitarse a decir al autor que "esto ya se ha hecho", sin necesidad de referencias o justificaciones adicionales. Ahora el autor tendrá que refutar que no se ha hecho antes, que es como tratar de demostrar que que no hay extraterrestres en todo el universo, una tarea imposible para cualquier persona cuando cuando la carga de la prueba se ha desplazado.


¿Cómo se ordenan los autores de un paper?

Al tema del orden de los autores en un paper bien podría dedicársele un libro entero. Hay diferentes criterios, que van desde el aséptico orden alfabético de apellidos hasta el orden de relevancia de los autores en cuanto al trabajo realizado. En general, cuando hay más de dos autores, uno se termina acordando de los nombres del primero y, con suerte, del segundo autor, por eso tiene bastante relevancia el criterio empleado. Tradicionalmente, desde mi experiencia personal, siempre se ha priorizado el grado de participación, empezando por el autor que más hizo (y que generalmente es el que se encarga de tipearlo) y siguiendo por los demás, dejando para el final el gurú o director del grupo de investigación. Sin embargo, hay maneras mucho más originales y disruptivas de hacer esto. Por ejemplo:

- Tirar una moneda

- Competencia de horneado de tortas

- Jugar 25 series de croquet 

- Números aleatorios

- Fluctuaciones de la cotización Euro/dólar

- Piedra, papel o tijera

- Competencia de Backgammon

- Por altura de los autores

- Competencia de pulseadas

- Jugando al Super Smash Bros.


Si todos los demás métodos de ordenamiento de autores fallan, siempre quedan algunas soluciones poco ortodoxas a mano. Fuente: Twitter (X).
 

Demasiados autores

Hay disciplinas donde se hacen estudios que involucran a un número anormal de autores. Cuando digo anormal no me refiero a decenas, sino a centenas... y a miles. El último récord, en este sentido, lo tiene un trabajo colaborativo multinacional realizado sobre el Covid 19, que lideró la Universidad de Birmingham, el cual involucró a 15025 autores de 116 países diferentes. Este trabajo fue distinguido con un Record Guiness el pasado 15 de febrero de 2021.

Rechace ese artículo, y el que sigue, y el otro también

Siguiendo con tema de la revisión y rechazo de artículos (es un tema medio obsesivo en el ámbito académico), alguien se tomó el trabajo de hacer una página falsa de una revista científica, a la que denominó Journal of Universal Rejection (JofUR), o sea, "Revista de Rechazo Universal". Entre otras cosas, esta falsa revista promete rechazar a todos los trabajos enviados, independientemente de su calidad. Además, establece, entre otras cosas, que:

- Se puede enviar el trabajo sin sufrir oleadas de ansiedad en relación con al destino final, ya que de antemano se sabe con un 100% de certeza que no será aceptado para su publicación.
- No hay ningún tipo de tarifa por página.
- Se puede presumir de haber enviado el trabajo a la revista más prestigiosa, al menos por lo que refleja el índice de aceptación.
- El autor conserva todos los derechos sobre su trabajo y puede volver a enviarlo a otras revistas incluso antes de que finalice el proceso de revisión.

El logo del Journal of Universal Rejection dice "hora incerta - reprobatio certa", o sea, no se sabe cuándo, pero el trabajo será rechazado con seguridad. Fuente: Journal of Universal Rejection.

Generando papers sin pies ni cabeza

Tres estudiantes de grado del Parallel & Distributed Operating Systems Group (PDOS), perteneciente al prestigios MIT, crearon la web SCIgen, la cual es básicamente un programa que genera artículos de investigación de contenido aleatorio, incluyendo gráficos, figuras y citas. A diferencia de Chat GPT y otras inteligencias artificiales, en este caso simplemente se utiliza una gramática libre de contexto para formar todos los elementos de los artículos. En otras palabras, el texto generado no tiene sentido, es un galimatías imposible de entender. Unos de los objetivos planteados por los creadores es autogenerar trabajos falsos para enviar a congresos que son, al menos, sospechosos o  directamente ficticios. En el mundillo de los congresos, de tanto en tanto aparecen convocatorias (llamadas Call for Papers) cuyo único fin es recaudar dinero, ya que no se concretan físicamente, o directamente roban información o material a los incautos autores que caen en la trampa. Según cuentan los mismos autores, lograron colar uno de estos trabajos falsos en un congreso igualmente falso, lo cual les sirvió para poder desenmascararlo.

Paper aleatorio generado con Mathgen, una página web de generación de papers aleatorios creada por el matemático estadounidense Nate Eldredge, profesor de la University of Northern Colorado. Nada de lo que está escrito tiene sentido, a pesar de los peculiares autores que lo firman. Fuente: Mathgen.

Títulos con un cierto toque de humor

En la web de Bored Panda recopilan una colección de 30 papers de diferentes áreas donde los autores han empleado una buena dosis de creatividad para elaborar el título del trabajo. No voy a reproducir todos los ejemplos aquí, pero al menos les dejo una muestra para que vayan viendo (y luego visiten el post original).

Ingenioso juego de palabras entre un dispositivo óptico de forma anular (ring-shaped optical device) y la frase inscripta en el Anillo Único de Sauron (One ring to rule them all). Fuente: Nature.


Comparando técnicas de intervención en los lagrimales y haciendo una analogía con un sable de luz (lightsaber) de los caballeros Jedi de Star Wars. Fuente: National Library of Medicine.


El Espacio, la última frontera... ¿para economistas y elefantes? Aunque no lo parezca, se trata de un artículo sobre ecología y conservación, y aprovecha algunos de los tópicos que trata para enredarlos en un título que desconcierta al desprevenido. Fuente: Science.


Referencias y notas al pie poco convencionales

Para finalizar, cuando casi terminaba de redactar este artículo, hallé una curiosa recopilación de referencias y notas al pie que aparece publicada en la página del Journal of Scientific Shitposting (JoSS), en Facebook. Buscando un poco en Google, encontré las referencias a algunos de los trabajos originales donde aparecen, que resumo a continuación.

Fuente: Journal of Scientific Shitposting (JoSS).

- "This was once revealed to me in a dream" (Esto me fue revelado una vez en un sueño), que aparece en el trabajo de Nicolas Berdyaev, "From The Divine and the Human" (English Translation) 1949, p. 6. Una manera poética de decir que no tiene idea de dónde sacó eso.

- "I forget where I read this, but if my memory serves me it was in some reliable source" (He olvidado dónde leí esto, pero si mi memoria no me falla fue en alguna fuente fiable), un cita del filósofo y matemático Bertrand Russell, que aparece en su libro "On the Value of Scepticism", en 1928.

- En el trabajo de Lara Pudwell titulado “Digit Reversal Without Apology” aparece una nota al pie cuando se menciona el trabajo científico de Alan Sutcliffe y T.J. Kaczynski, la cual dice, refiriéndose a éste último, "Better known for other work" (Mejor conocido por otro trabajo). La nota tiene algo de humor negro, ya que el otro trabajo al que se refiere es al que hizo Kaczynski cuando decidió aislarse del mundo e ir a vivir a una cabaña solitaria en el medio del bosque. Es que Kaczynski no es ni más ni menos que el famoso terrorista conocido como el Unabomber.

- En el libro "The Black Jacobins", el historiador trinitense Cyril L. R. James agrega una nota al pie que dice "This statement has been criticised. I stand by it" (Esta declaración ha sido criticada. Yo la sostengo). Por lo visto era una persona de fuertes convicciones.

- La cita del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein, si bien no es una nota al pie ni una referencia en sí misma, es justamente una declaración en contra de las referencias. Wittgenstein dice que “I give no sources, because it is indifferent to me whether what I have thought has already been thought before me by another”, o sea, "No doy fuentes, porque me es indiferente si lo que he pensado ya ha sido pensado antes que yo por otro". Una forma culta de decir que le importa un comino quien dijo tal o cual cosa, él va a asumir todas como si fueran propias.

 

Y seguro queda mucho en el tintero

Al empezar a escribir esta nota tenía solo un par de referencias curiosas, que habían impulsado mi interés en el tema. En el curso de un par de días, esas pocas referencias se convirtieron en todo lo que resumí aquí, y soy consciente de que quedó mucho en el tintero. Una búsqueda un poco más exhaustiva en la web seguramente arrojará dos o tres veces más resultados de los que expuse aquí. Pero bueno, como siempre digo, creo que es un buen momento para terminar el artículo aquí, dejándoles la posta para que sigan buscando por su cuenta. Por mi parte, confieso que me gustaría, algún día, escribir algún artículo así, que sin dejar de lado el rigor científico y la seriedad del asunto, deje un espacio para una broma semioculta. Si lo hago, seguramente aparecerá como posdata en este nota, aunque sea dentro de veinte años. ¡Hasta la próxima!

Como dirían Los Simpsons, "Trabajamos y nos divertimos". Fuente: Taringa.


Esto no es de un artículo científico en sí, pero si refleja, en tono humorístico, algunos mecanismos de presentación de resultados que tratan de esconder cosas triviales detrás de explicaciones de lo más complejas. Lamentablemente esto no aporta nada útil y, salvo excepciones, suele servir solo para embarrar la cancha. De todas formas, es muy ingenioso, y como dice el título, es una forma de causar una mejor impresión o una falsa impresión de conocimiento. Nota agregada el 13/abril/2024 a partir de un posteo en Facebook.

Comentarios