El trágico viaje inaugural del I-52

En la entrada de hoy vamos a dejar de lado la Patagonia, por un rato, y vamos a conocer una historia que se conecta con otras previamente tratadas en este blog. Sobre los submarinos alemanes que se entregaron en el puerto de Mar del Plata a mediados del año 1945 se ha escrito mucho y con una calidad muy diversa. Si bien no he tratado mucho el tema en el blog, más que nada porque tengo poco material novedoso que aportar y hay muchos resúmenes y notas en Internet que superan cualquier cosa que yo pueda decir, los he incluido en algunos de los artículos que tienen más impacto [click aquí o aquí]. La llegada del U-530 y el U-977 significaron un revuelo, y dieron pie a numerosos rumores sobre el desembarco de jerarcas nazis, tesoros y quien sabe que otra cosa. Algunos de estos rumores tienen cierta apariencia de veracidad y merecen una investigación más detallada. No es posible rechazar, así nomas, la idea de que haya ocurrido algo por el estilo. Pero hasta que no haya pruebas más concretas, todas estas historias quedarán en una zona gris entre el mito y la historia real. De todas formas, no voy a hablar de submarinos alemanes navegando furtivamente en aguas patagónicas, sino de un submarino japonés con una misión secreta cuya historia se entrelaza con la del U-530 rendido en Mar del Plata. Acompáñenme a conocer la historia, y última ruta, del submarino de transporte I-52 del Imperio del Japón.

Una de las pocas fotografías del submarino de transporte japonés I-52 [Fuente: Wikipedia].


El I-52 fue un submarino de transporte transoceánico construido por la Corporación Mitsubishi para la Armada Imperial Japonesa. Suele clasificárselo como de tipo C3 o tipo C modificado, y era uno de tres submarinos iguales destinados al transporte de carga y personas, por lo que su tamaño medio (casi 110 metros) era superior al del resto de submarinos contemporáneos. Fue construido entre 1942 y 1943, y se integró a 11º escuadrón de submarinos el 28 de diciembre de 1943. La primera misión asignada, luego de finalizar el período de entrenamiento, fue una misión Yanagi en Alemania. Las misiones Yanagi se daban en el marco del Pacto Tripartito de las Potencias del Eje, para intercambiar materiales estratégicos y productos manufacturados entre Alemania, Italia y Japón. Inicialmente estas misiones se hacían con buques de carga, pero luego debieron hacerse forzosamente con submarinos, con los riesgos que implicaba navegar por los mares de medio planeta.

El viaje inaugural del I-52 comenzó el 10 de marzo de 1944, partiendo de Kure bajo el mando del Comandante Uno Kameo. Iba cargado con 9,8 toneladas de molibdeno, 11 toneladas de tungsteno, 2,2 toneladas de oro en 146 lingotes empaquetados en 49 cajas de metal (para el pago de la tecnología óptica alemana), 3 toneladas de opio y 54 kg de cafeína. También transportaba 14 pasajeros, principalmente técnicos japoneses, que debían estudiar la tecnología alemana en cañones antiaéreos y motores para torpedos. Hizo escala en Singapur, donde cargó 120 toneladas de estaño en lingotes, 59,8 toneladas de caucho en fardos y 3,3 toneladas de quinina. Luego partió en dirección al Océano Atlántico a través del Océano Índico. Su objetivo era el puerto de Lorient, en Francia.

Uno Kameo, comandante del I-52 [Fuente: Wikipedia].


El 6 de junio de 1944, el agregado naval japonés en Berlín, el Contraalmirante Kojima Hideo, envió un mensaje al I-52, avisando del desembarco Aliado en Normandía. Esto cambiaba radicalmente el derrotero, ya que el puerto de Lorient estaba amenazado por los aliados. Por tal razón se dispuso que se dirigiese a Noruega, pero antes de eso que se encontrase con un submarino alemán el 22 de junio de 1944 a las 21:15 (GMT) en las coordenadas 15°N 40°O. El I-52 respondió con su posición, 35°N 23°O, y esa comunicación fue en cierta manera su condena, ya que el mensaje fue interceptado y decodificado por la inteligencia estadounidense.

Pintura representando el momento del encuentro entre el I-52 y el U-530 [Fuente: Sub Art].


En este punto de la historia entra en escena el U-530, el submarino que un año y dieciocho días después se entregaría en Mar del Plata. La noche del 22 de junio de 1944, a unos 1570 km al oeste de las islas de Cabo Verde, frente a la costa de África, emergió el submarino alemán de tipo IXC/40, el U-530, bajo el mando del capitán Kurt Lange (siete meses después, Lange pasaría el mando del submarino a Otto Wermuth, quien se rendiría en Argentina en julio de 1945). Allí se encontró con el I-52 y comenzó el trasbordo de productos y personal del sumergible alemán al japonés. El I-52 cargó combustible del U-530 y además un detector de radar Naxos FuMB 7 y una máquina codificadora Enigma. Además de esto, se transfirieron al I-52 dos operadores de radar, los contramaestres Schulze y Behrendt, y el oficial de enlace alemán, el teniente Schafer, para el viaje a través del Golfo de Vizcaya.

Portaaviones escolta norteamericano USS Bogue, de donde partió el avión Grumman TBF-1C "Avenger" que hundió al submarino japonés [Fuente: Wikipedia].


Mientras ambos submarinos se reunían en alta mar, el portaaviones escolta norteamericano USS Bogue (CVE-9) se dirigía al lugar de encuentro. Un avión Grumman TBF-1C "Avenger" al mando del teniente Jesse Taylor despegó y voló hacía el lugar señalado armado con dos bombas de profundidad y un torpedo acústico Mark 24, una de las armas antisubmarinas más eficientes de la marina norteamericana por aquellos años. Al acercarse al lugar, ambos submarinos tuvieron que realizar una inmersión de emergencia, que no dio lugar ni a tratar de repeler el ataque del avión cazasubmarinos (los submarinos contaban con un arma antiaérea en el exterior para estos casos). El teniente Taylor comenzó su ataque lanzando dos bombas hidrostáticas de profundidad que cayeron a estribor del I-52. Luego, en otra pasada, dejó caer el torpedo acústico y finalmente se alejó. El U-530 logró sumergirse y alejarse a tiempo, pero el I-52 no tuvo la misma suerte. Pudo esquivar las bombas, pero no el torpedo acústico, el cual le dio de lleno, condenando al enorme submarino y su tripulación. Poco más de una hora después otro avión de similares características, piloteado por el teniente William D. Gordon, llegó al lugar y arrojó más sonoboyas, con las que localizó el sonido del submarino dañado. Arrojó otro torpedo acústico, que impactó en el sumergible japonés, el cual terminó de hundirse irremediablemente, arrastrando a los 95 tripulantes, 14 pasajeros y los 3 marinos alemanes.

Mapa que muestra las maniobras del Avenger en torno al submarino I-52, el 23 de junio de 1944 [Fuente: Link perdido].

El U-530 logró volver al continente, a Flensburg, después de 133 días en alta mar. Meses después pasaría a ser comandado por Otto Wermuth y se escribiría la última página, casi épica, de la huida del U-530 y su arribo a la Argentina. Del submarino I-52 no se supo más nada, y se lo dio por hundido entonces. En el puerto de Lorient quedaron esperando, para ser transportados a Japón, casi 40 toneladas de documentos secretos y carga estratégica: torpedos acústicos T-5, un motor de avión Jumo 213-A (usados en los Focke-Wulf FW-190D), radares, válvulas, rodamientos, químicos, acero, elementos de óptica y casi 450 kg de óxido de uranio.

El U-530 en el puerto de Mar del Plata, poco más de un año después de su encuentro con el infortunado I-52 [Fuente: Bahía Sin Fondo].

La guerra terminó, pasaron los años, y en la década del 1990, más precisamente en 1995, apareció el buscador de tesoros Paul Tidwell, quien encontró al I-52 a 5200 metros de profundidad. En 1998 logró juntar los fondos para una inmersión con el buque ruso Akademic Keldysh Mstislav y los submarinos Mir 1 y Mir 2. Luego de realizar más de una decena de inmersiones, no se pudo encontrar rastro del oro. Se filmó el naufragio y se tomaron numerosas fotos, pero no se pudo saber la suerte seguida por la peculiar carga. ¿Se perdió durante el hundimiento? ¿Está sepultada debajo de la estructura del submarino? ¿o acaso llegó otro cazatesoros furtivo antes, sin publicidad ni cámaras, y se llevó el cargamento de oro? Algunas teorías conspirativas (¿conspiranoicas?) dicen que el oro nunca existió, que hubo un tercer submarino o incluso que el verdadero motivo del viaje del I-52 era llevar una propuesta de paz a los Aliados, y que los alemanes ¡¡lo habrían hundido por esta traición!!. Preguntas que permanecen sin respuesta por el momento, y que alimentan la imaginación de curiosos y entendidos. Un detalle peculiar que merece resaltarse es que durante la búsqueda se realizó un pequeño homenaje a los fallecidos en el I-52, y se colocó una bandera japonesa en uno de los laterales del submarino, que permanecerá allí hasta que los elementos la degraden o sepulten.

La bandera del Sol Naciente colocada por Paul Tidwell en el naufragio del I-52 [Fuente: Sillan Pace Brown].

Para finalizar, dos reflexiones que ya he comentado en otras ocasiones: la futilidad de la guerra, un mecanismo evolutivo de nuestra sociedad que ha dado respuesta a numerosas situaciones complejas, pero a un costo humanitario intolerable (y que deja secuelas impredecibles con el paso de los años), y los misterios que yacen ocultos en el fondo de los océanos, que apenas hemos empezado a vislumbrar y nos dejan más preguntas que respuestas. Ojala en el futuro podamos hablar más de lo segundo que de lo primero. Hasta la próxima entrada.

Los cañones antiaéreos del I-52 todavía apuntan al cielo, como tratando de detener al inevitable destino [Fuente: War Thunder].

Información adicional: La mayor parte de lo escrito ha sido extraído de las siguientes fuentes, en donde pueden consultar para obtener más detalles.

http://piquetjm.free.fr/I28/I52/missioni521944.html

http://www.i-52.com/
http://www.i-52.com/index_files/Ocean.htm

http://www.combinedfleet.com/I-52.htm

http://www.sillanpacebrown.com/portfolio-items/i-52-salvaging-a-wwii-sunken-truth-paul-tidwell/

Comentarios

  1. Muy bueno Patricio. Hiciste algun posteo sobre la historia del ARA San Luis?

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    1. Gracias Maxi. No escribí nada sobre el ARA San Luis, aunque sin duda se merece un capítulo especial. Tomo nota de la sugerencia. Saludos

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