Es el mes de octubre de 1913 y el vapor británico Johnston (o Johnson, según la fuente) navega por la zona del Cabo de Hornos en medio de un fuerte viento cuando el capitán divisa a una milla de distancia a un velero con las velas deshechas. A través de sus prismáticos notó que la nave lucía en estado de abandono, aunque flotaba sin problemas, protegida por un conjunto de rocas que amortiguaba el fuerte oleaje. El capitán ordenó hacer señales al otro navío pero no se obtuvo ninguna respuesta del otro lado. Entonces, ordena al primer oficial y seis marinos que se suban a un bote e inspeccionen el misterioso navío. Al acercarse al velero los marinos pudieron identificar el nombre del barco, que aún era visible en la popa: “Marlborough – Glasgow”. Ante la ausencia de señales de vida, el primer oficial y los marineros abordaron el barco y al llegar a la cubierta, crujiente y a punto de desmoronarse, se encontraron con un escenario de pesadilla...
Una sorpresa espeluznante aguardaba abordo del Marlborough. Fuente: Fine Art America. |
La imaginación de los medios de prensa europeos de la época llevó a ilustrar la nota con imágenes como ésta., que se publicó en el diario francés Le Petit Journal. Fuente: Wikipedia. |
Todo esto... ¿es real? ¿sucedió? Mucho me temo que no, a pesar de que sería fascinante que la historia fuese cierta. Aunque esta historia se ha replicado en numerosos sitios y periódicos de la época, la evidencia concreta es escasa, por no decir completamente nula. Repasemos primero lo que se sabe a ciencia cierta y luego veamos los puntos débiles de esta historia. Existió un barco que se llamaba Marlborough, de Glasgow, que desapareció en enero de 1890, luego de zarpar de Nueva Zelanda. Su destino era Londres, a donde viajaba con una carga de carne congelada y lana, y debía doblar por el Cabo de Hornos. Nunca se supo su destino, aunque en aquellos tiempos no era extraño que se perdiesen barcos en la difícil travesía por el sur del continente americano, donde las tormentas son frecuentes y no es extraño encontrar icebergs (de hecho el reporte del RMS Rimutaka en febrero de 1890 habla de grandes cantidades de hielo entre las islas Chatam y el Cabo de Hornos, o sea, en la ruta del Marlborough). La corbeta inglesa HMS Garnet hizo una búsqueda en el sur de Tierra del Fuego en 1891, siguiendo la pista de un rumor que hablaba de unos náufragos ingleses viviendo en la zona de Bahía del Buen Suceso, bajo el amparo del gobierno argentino. La búsqueda fue infructuosa y no se hallaron náufragos ni pistas de lo que le sucedió al Marlborough ni a su nave gemela, el Dunedin, que zarpó dos meses después, en marzo de 1890, y tampoco volvió a verse.
Una de las escasas fotos que existen donde se retrata al Marlborough (a la izquierda en la foto). Fuente: Urbatorium. |
Ya sabemos los hechos reales y concretos, ¿por qué es muy poco probable que la historia del barco tripulado por esqueletos sea verdad? Veamos un rápido resumen de cuestiones que no cuadran en la historia del Johnston y su encuentro fantasmal (si se dan una vuelta por la Wikipedia hay más, pero me voy a limitar a las más importantes):
* La zona que rodea al Cabo de Hornos está afectada por fuertes tormentas durante gran parte del año, y pueden haber témpanos a la deriva, por lo cual es difícil imaginar un buque a la deriva, sin gobierno, que vagase por semejante lugar durante más de 20 años
* Antes de la apertura del canal de Panamá en 1914 los barcos que viajaban desde la costa americana del Pacífico hasta el Atlántico empleaban la ruta del Cabo de Hornos. Por tal razón es improbable que un barco a la deriva pasara desapercibido durante tanto tiempo sin ser reportado por otros testigos.
* El Cabo de Hornos y los alrededores fueron escenario de muchos desastres marítimos, por lo que también eran frecuentes las búsquedas de barcos.
* Si hubiese ocurrido el encuentro con el Marlboough, la noticia se habría difundido ampliamente en la prensa neozelandesa.
* Los periódicos que dieron esta noticia no publicaron ningún artículo de seguimiento, aunque indicaron que lo harían.
Extracto del periódico The Straits Times de Punta Arenas, publicado el 27 de octubre de 1913. Fuente: Urbatorium. |
La verdad detrás de los barcos fantasma
Hace varios años, ocho para ser más exacto (¿ocho ya?... ¡cómo pasa el tiempo!), escribí una nota sobre el curioso caso del Baychimo, un barco errante en el océano Ártico que fue visto durante tres décadas para luego desaparecer, y otros casos similares, como el del vapor Polotofski, supuestamente atrapado en el hielo y avistado por esquimales en la década de 1920. En aquel entonces no ahondé mucho más en el asunto, simplemente me quedé en el relato de esos barcos fantasmales, ciertos (como el caso del Baychimo) o no tan ciertos (como el Polotofski). De barcos fantasma se puede escribir largo y tendido, en la Wikipedia podemos hallar una extensa lista que comprende desde historias míticas hasta otras verificadas, pasando por aquellas de dudosa veracidad. Pero si vamos al costado más científico del asunto, la verdad es que la mayoría de estas historias se puede explicar mediante conceptos conocidos desde hace mucho tiempo:* Flotabilidad: En ocasiones, más cuando se trata de embarcaciones de madera, un accidente en el casco puede derivar en que el barco en cuestión se mantenga en la superficie del mar sin hundirse pero sin reflotar completamente. Si bien en un accidente la flotabilidad puede pasar de positiva (el barco flota) a negativa (el barco se hunde), también puede darse que sea neutra y que el barco se mantenga en un delicado equilibrio y en superficie. Esto podría explicar muchos casos de barcos errantes, en donde la tripulación abandonó el barco ante lo que parecía un naufragio inminente, pero el barco finalmente no se hundió y la tripulación desaparece sin llegar a la costa (el famoso Mary Celeste podría explicarse de esta manera).
* Corrientes marinas: Aquellos barcos fantasma que son avistados en distintos lugares del océano, con meses o años de diferencia, a pesar de viajar sin tripulación, simplemente están siendo conducidos por las corrientes oceánicas, que pueden desplazarlos de las costas de un continente a otro.
* Comportamiento humano: Casos más modernos de embarcaciones bien equipadas (botes, chalecos, GPS) que aparecen sin nadie a bordo, en un estado de abandono repentino, pueden explicarse de manera más mundana, por el propio comportamiento del ser humano: crímenes, piratería, tráfico, etc.
Un breve relato de desesperación y ningún fantasma
Las aguas australes guardan miles de historias de tragedias, proezas y aventuras sin igual. El relato del fantasmal Marlborough parece más el producto de la imaginación de un editor periodístico ansioso de impactar a sus lectores que un hecho real. Sin embargo hay muchas historias sin resolver que son tanto o más inquietantes que un barco cargado de fantasmas y esqueletos. En el Tomo XII del Boletín del Instituto Geográfico Argentino (julio-agosto de 1891) se publica una transcripción de la conferencia dictada por el controvertido ingeniero rumano Julio Popper en los salones de dicho instituto el 27 de julio de 1891, en la que menciona una extraña anécdota. Según sus propias palabras:"De vez en cuando, un hallazgo fúnebre evoca en la imaginación un suceso infausto; un objeto encontrado en la playa da cuenta de escenas aterradoras que hacen poner los pelos de punta a los hombres de sentimientos más endurecidos.
Reproduzco la siguiente relación hecha por un marino que hoy reside en Punta Arenas, el capitán Harry Michelsen. La doy a título de curiosidad, porque el espíritu humano se resiste a concebir todo lo aterrador que reasume en algunas palabras. En uno de los viajes loberos que efectuó hace algunos años a la Islas de los Estados, halló en sus playas un barril que contenía carne salada, que examinada detenidamente, resultó proceder de restos humanos... horroroso producto de la desesperación... ¡era carne de hombre en conserva!
¿Habrá sido resultado de algún sorteo caníbal? ¿El último recurso de náufragos que por largo tiempo esperaron la salvación por algún buque de paso? Nadie lo sabrá decir..."
Al pensar en esta historia se me viene a la mente un paisaje como éste, con un viejo barril en la arena y una soledad inquietante. La foto corresponde a Bahía Flinders, en la Isla de los Estados, y su autor es Carlos Vairo. |
Historias del Fin del Mundo
No sé si fue Verne quién creó la expresión del "Fin del Mundo" para referirse al extremo sur del continente americano o si simplemente se limitó a usarla porque ya era popular. Lo cierto es que las aguas, costas, islas e islotes que conforman la geografía del sur de nuestro continente sirvieron de marco a cientos y cientos de historias de dudosa veracidad, más otras tantas totalmente verídicas y trágicas (o heroicas, según el caso). Decenas de barcos se perdieron para siempre en sus aguas, incluso en el siglo XX, dejando detrás una extensa lista de testimonios, historias y misterios. Aún al día de hoy, en el tecnológico y desarrollado siglo XXI, la zona sigue evocando miedos primitivos y una atracción casi sobrenatural. Es tan así que, sin mucho esfuerzo, podemos imaginarnos ese barco fantasmal en el horizonte, capitaneado por un esqueleto mohoso, o peor aún, imaginar esa playa perdida donde un tonel cerrado, semihundido en la arena, guarda un terrible secreto.Nos vemos en la próxima entrada. Hasta entonces, y gracias por seguir al blog.
Cientos de historias de los mares australes todavía no han sido contadas, y decenas de barcos nunca se encontraron. Fuente: Awesome Stories. |
Hola Patricio, buenismo el post como siempre. Seria buenisimo si podes cambiar el color de las letras o del fondo. (gris con negro genera alguna complicacion para la lectura.), muchas gracias
ResponderEliminarHola Maxi, gracias por tu comentario. No sé que toqué ahora en la configuración que volvió al original (fondo negro y letras blancas). Tengo que agarrarle la mano a este asunto.... en cuanto tenga un poco de tiempo voy a retocar la plantilla del blog. Saludos
EliminarMe atrapa demasiado, a tal punto que ya no me molesta que muchas de las historias puedan ser consecuencia de charlatanería de taberna (excelente concepto que mencionaste).
ResponderEliminarTambién me fascina pensar que de algunos naufragios pueden haber tumbas improvisadas y aún no descubiertas (en algún recoveco de alguna isla).
Saludos!!
Gracias Joaquin por tu comentario. Lo bueno que tienen estas historias es que, si bien al analizarlas con la evidencia empiezan a hacer agua, tienen todos los ingredientes para que uno no pueda evitar leer hasta la última línea y atreverse a pensar "¿y si es cierto?"
EliminarRespecto a lo otro, sin duda debe haber muchas tumbas anónimas que aún no hemos descubierto, así como historias que se han perdido o que aún no hemos desempolvado. Esa es la parte fascinante de todo este asunto.
Saludos
Hola Patricio, acabo de encontrar su web, voy a tomarme el tiempo para leer cada nota.
ResponderEliminarMe parece fantástico que podamos ocuparnos de nuestra Patagonia y sus historias.
No tiene mucho que ver con el tema de esta nota, pero lo invito a leer algo que es posible pueda interesarle, lea por favor los comentarios de la siguiente nota:
https://www.mufon.com/ufo-news/north-carolina-witness-describes-spheres-hovering-over-ocean
Estimado Elías, muchas gracias por tu comentario (y perdón por la demora en responder). Me alegro que te haya gustado la nota, y coincido con que hay que ocuparnos en difundir estas historias de la Patagonia. En cuanto al artículo, luego lo veré con detenimiento, no terminé de entender como viene la mano con el tema de Patagonia.
EliminarSaludos cordiales