Hace muchos años, una eternidad en la escala de tiempo de este blog, escribí una nota, breve y nostálgica, sobre Bahía Bustamante. En aquella nota traté de poner en palabras sentimientos y emociones relacionadas con la Patagonia y algunos de sus rincones menos conocidos. Plagiando mis propias palabras de hace más de una década, sigo considerando a Puerto Madryn como mi Patria chica y a Chubut como mi tierra, aún sin residir en forma permanente allí, y también admito que soy un pobre conocedor de ambas, y que tengo una larga lista de lugares, parajes y pueblos en mi lista de pendientes. Sin embargo, a pesar de los pendientes, aprendí a querer esta tierra desde muy chico, a través de mi familia, de la escuela y de los viajes familiares. Muchos lugares los recorrí primero con la mente, a través de los relatos de mis padres y abuelos. Así fue como, a través de mi padre, conocí un lugar que era sinónimo de una parte de su vida: Bahía Bustamante. Solía contar anécdotas sobre sus años allí, la mayoría de las cuales lamento haber olvidado. No pude conocer el lugar en compañía de él, y luego, ante su ausencia, se convirtió en una deuda que demoré en saldar, a pesar de que el lugar no está tan alejado de Puerto Madryn, apenas unos trescientos kilómetros. Hace cinco años, finalmente, logré saldar parte de esa deuda (luego les comentaré por qué "parte" y no toda), pero nunca lo publiqué en el blog. Por eso ahora, con algo de demora, los invito a conocer un poco de la historia pasada y el presente de este rincón patagónico tan particular, y de paso les dejo algunos interrogantes que no he podido resolver.
Vista parcial del pueblo alguero de Bahía Bustamante en enero de 2017 |
Una breve historia de Bahía Bustamante
La mayoría de los accidentes geográficos que hay entre Cabo Dos Bahías y el Golfo San Jorge llevan el nombre de marinos y científicos de la Expedición Malaspina o Malaspina-Bustamante. Dicha expedición estaba conformada por dos corbetas, la Descubierta, al mando de Alejandro Malaspina, y la Atrevida, capitaneada por José de Bustamante y Guerra, cuyo nombre fue luego elegido para identificar la bahía en cuestión. El paso de esta expedición por la Patagonia, en 1789, sirvió para elaborar mapas, aumentar el conocimiento del territorio y, en cierta forma, tratar de reforzar la presencia española en el extremo más alejado del continente americano.
El lugar no tuvo mayor trascendencia hasta la década de 1950, cuando entra en escena un inmigrante español, Don Lorenzo Soriano (Baeza, Jaén, España, 1901-1987), quien habría arribado a nuestro país en 1917. En el año 1947, Soriano inicia un emprendimiento de productos de cosmética y desarrolla un fijador de cabello que se comercializa bajo el nombre de Malvik. Este producto se hacía con una goma soluble al agua traída de la India y obtiene un cierto éxito comercial. Pocos años después, en 1951, la situación económica del país empieza a desmejorar y se cierran las importaciones. Este nuevo escenario lleva a Soriano a buscar un reemplazante de la goma que no podían importar, enfocando su estudio en las algas marinas como materia prima alternativa para elaborar el fijador. Don Soriano y su hijo, también de nombre Lorenzo, deciden viajar al sur, relevando diferentes puntos de la costa desde Mar del Plata a Lapataia. Según afirman diversas fuentes en Internet, luego de recorrer diferentes puntos de la costa Patagónica, descubren, en 1953, Bahía Bustamante, conocida en la zona como "Bahía Podrida", debido a la acumulación de algas marinas en estado de putrefacción.
Publicidad del fijador Malvik. Nótese que el distribuidor es Soriano. Fuente: Mercadolibre. |
Don Soriano hace un primer relevamiento para luego, junto a sus hijos, comenzar la recolección de algas marinas. En 1956 logran producir por primera vez agar agar (un polisacárido de amplio uso en alimentación y cosmética) en Argentina, lo cual impulsó la creación de la empresa recolectora de algas Algamar. En un principio el emprendimiento se limitaba a dos construcciones frente al mar, pero luego, a medida que el negocio de las algas fue prosperando, se construyeron casas y habitaciones para unos 400 empleados, incluyendo una escuela, iglesia, comisaría, depósitos, talleres y una proveeduría. El mismo Soriano vivió allí desde 1957 a 1960. El 13 de febrero de 1967, se inaugura en Gaiman la empresa Soriano S.A., la cual se convertiría, luego de dos importantes ampliaciones entre 1972 y 1976, en una de las principales fábricas de producción de agar agar del mundo. Incluso en 1978 la empresa tenía intenciones de concretar una idea similar en Chile, pero el conflicto por el Beagle suspendió indefinidamente el proyecto.
La situación económica del país nunca ayudó al desarrollo y crecimiento de esta industria, y con el paso de los años se produjo un lento declive. La empresa pasó a trabajar con algas importadas y finalmente cerró hace unos pocos años. El pueblo alguero de Bahía Bustamante, único en su tipo en el mundo, se tuvo que adaptar a los desafíos y oportunidades del nuevo milenio y a partir del 2004 incorporó el turismo como actividad, lo cual llevó el nombre de esta solitaria bahía patagónica a formar parte de un selecto grupo de destinos turísticos que ofrecen naturaleza en su estado más puro como atractivo.
Mi paso por Bahía Bustamante
En enero de 2017 tuve la posibilidad de conocer Bahía Bustamante de la mano de la visita de un familiar que iba a estar en la zona. Aprovechamos la ocasión, con mi familia, para conocer Camarones, visitar Punta Tombo, y pasar por Cabo Raso (del que ya he escrito algo en este blog). Allí pude apreciar, de primera mano, la belleza del lugar, la naturaleza patagónica en su estado más puro y la historia del pueblo alguero. No los quiero aburrir con palabras de más para describir lo que mejor se describe con una imagen, así que en lugar de eso les voy a compartir algunas fotos que a mi entender resumen, en parte, lo que es Bahía Bustamante.
El pueblo tenía su propia escuela, la Nº45, y en su fachada todavía se aprecia el escudo de la provincia de Chubut y la bandera izada en el mástil. |
Si había escuela no podía faltar una iglesia. Es sencilla y sobria, acorde con el entorno de la estepa. |
Baliza en el extremo este de la Península Gravina, también conocido como Punta Ulloa. |
¿Por qué la deuda no está saldada?
Cuando comencé esta nota dije que desde muy chico recuerdo a mi padre hablar de Bahía Bustamante y la recolección de algas. En aquel entonces mi padre era poco más que un adolescente, que viajaba entre Madryn y Bustamante llevando trabajadores e insumos a bordo de un jeep baqueano, una camioneta que en términos constructivos era el equivalente de un tanque de guerra, no tanto por el tamaño sino por su estructura y estética. Recuerdo fragmentos de algunas de las anécdotas que contaba, desde la vez que se llevó puesta una tranquera con el baqueano hasta la vez que un choique le comió unos bulones del motor que estaba reparando en Bustamante (un choique que, si mal no recuerdo, decía que tenían semi-domesticado los trabajadores del lugar). También recuerdo que en mi infancia yo solía dibujar usando unos blocs de hojas que había en casa que llevaban el membrete de la compañía donde había trabajado mi padre: Algasur. Aquí es donde se da la situación por la que digo que la deuda está saldada en parte. La empresa que recolectaba algas en Bahía Bustamante, la empresa de Soriano, se llamaba Algamar. Cuando averigüé por Algasur, me dijeron "Ah no, ellos recolectaban algas allá" y me señalaron un punto más al norte del pueblo. Ese lugar se llama Puerto Melo y está a casi 50 km al norte del pueblo alguero fundado por Soriano. Así fue como terminé de enterarme que cuando mi padre decía que había trabajado en la recolección de algas en Bustamante se refería a la bahía en sí, como accidente geográfico, pero no al pueblo en concreto. Intenté acceder a Puerto Melo al atardecer, mientras volvíamos a Camarones, pero me fue imposible entrar en la estancia que se encuentra en el camino de acceso al lugar. No había nadie que pudiese abrir la tranquera y quedaba poco tiempo antes de que el sol se escondiese en el horizonte, así que tuve que volver con las manos vacías. Puerto Melo se convirtió desde entonces, en otro de mis pendientes para futuros viajes.
Palabras finales
Escribir esta nota cinco años después de visitar el lugar es un reflejo de las complicaciones de llevar el blog adelante, tratando de aportar historias con algo novedoso. Es una historia inconclusa, como tantas otras que he compartido en este blog, donde todavía tengo muchos cabos sueltos. Tengo aún mis dudas respecto de la ubicación exacta de Algasur, de la explotación de algas en Puerto Melo (en la mayoría de los sitios se habla de la empresa Patagonia Comercial, pero no Algasur), y la visita a Bahía Bustamante guarda muchos misterios en los que me gustaría indagar más, como por ejemplo las ruinas que están en la península Gravina. Pero también es cierto que hay veces que es necesario contar la historia con lo que uno sabe, sea poco o mucho, y luego rellenar los espacios vacíos o arreglar los errores cuando la información faltante salga a la luz.
Como de costumbre, dejo abiertos los comentarios para leer sus opiniones y si alguien conoce algo más acerca de Algasur y de la recolección de algas en la década de 1960, con gusto recibiré cualquier aporte. También agradecería cualquier información acerca de como contactar a los dueños de la estancia que está en el acceso a Puerto Melo, a fin de poder acercarme al lugar en algún momento. Espero que hayan disfrutado de este recorrido por este lugar de la Patagonia, y como de costumbre, nos vemos en la próxima entrada. Hasta entonces.
Hermoso artículo
ResponderEliminarUn mes después de tu visita nos alojamos allí con mi hijo más chico durante la noche del 25/26 de Febrero. Fuimos para presenciar el eclipse parcial de Sol del día 26, lo que hicimos desde un punto en la Ruta 28 a mitad de camino de Bustamante y la Ruta 3 (eje del recorrido del fenómeno)
Disfruté mucho la estancia en el lugar y su entorno, en una de las casa preparadas para turistas.
Me hizo recordar mis épocas de maestro rural en el Sur, con luz encendida hasta la media noche y un cielo impresionante
Ojalá puedas terminar con tu investigación y que no se pierdan las historias de esa parte de la Patagonia
Saludos
Gracias por tu comentario. Recuerdo el evento del eclipse, fue bastante promocionado y yo no pude estar porque me hallaba lejos de la zona. ¿Así que fuiste maestro rural en el sur? Debe haber sido una gran experiencia, y también me imagino esa situación que planteas, con la luz encendida hasta medianoche y el cielo estrellado.
EliminarGracias por tus buenos deseos, seguiré investigando mientras tanto.
Saludos
Me gustó mucho la nota, y las fotos están muy buenas. Qué interesante esos recuerdos y esas cuentas pendientes que a pesar del tiempo uno va saldando. Saludos.
ResponderEliminarGracias adbul, me alegro que hayas disfrutado de las fotos y la nota. Comparto tu reflexión acerca de saldar las cuentas pendientes con el tiempo, lo importante no es cuándo sino poder saldarlas. Saludos, y gracias por comentar
EliminarInteresante y entretenida narración, muchas gracias por compartirlo!!
ResponderEliminarGracias a vos por comentar! Saludos
EliminarHola, Patricio. Con respecto a Bahía Melo, que está dentro de una ea, te podés contactar con el pte de la Sociedad Rural de Camarones, Gonzalo Abril.
ResponderEliminarSobre Algasur no tengo más info que la tuya además de la empresa Patagonia Comercial que cerró hace varias décadas.
Saludos.
Hola Mu, gracias por tu respuesta. Tomo nota de la sugerencia para averiguar en la Sociedad Rural. Gracias por comentar. Saludos
EliminarBuenas, muy lindo el articulo, tuve la oportunidad de trabajar como guia de Bahia Bustamante durante 4 temporadas consecutivas. Se que Puerto Melo se puede ingresar si mal no recuerdo por la estancia El Sauce que esta cerca de Camarones. Con respecto a las ruinas de la peninsula fueron parte de un emprendimiento guanero de la decada del 40. Un tal Mayer, creo que era Aleman, se instalo con un grupo de personas con las que salian a recolectar el guano de la islas cercana, Con eso se hacian fertilizantes. Quedo a disposicion por cualquier consuta.
ResponderEliminarHola Nicolás, gracias por tu comentario y por tu aporte. El dato de Puerto Melo es bueno, lo voy a tener en cuenta para la próxima vez que ande por allá. Respecto de las ruinas en la península, lo único que pude averiguar es que era de un emprendimiento guanero, pero no mucho más. Gracias por el dato, voy a ahondar un poco más en el tema. Estamos en contacto por cualquier cosa, me podes encontrar en FB, Twitter o IG, además de acá :)
EliminarSaludos
Hola Patricio, seguramente ya tenés este dato, pero por las dudas te comparto... Don Hugo Eylenstein tiene un campo por esa zona, seguramente sabe algo del tema, es el exdueño de Electrónica Von en Trelew, en calle Pecoraro
ResponderEliminarHola Daniel, gracias por el dato, no lo conocía. Saludos
EliminarBuen soy mauro leandro cobo buen aeticulo,yo solia ir todos los veranos de niñoa.ver a mi padrastro que era buzo en la estraccion de algas,fue alla por 87 asta 91 (año) son muy buenos recuerdos para mi.Hay muchos paisajes y vida marina hay
ResponderEliminarGracias Mauro por tu comentario, es interesante compartir experiencias relacionadas con este lugar, que es tan poco conocido y a la vez tan exclusivo. Saludos
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