Reflexiones sobre energías, impuestos y pequeños pueblos patagónicos

Una genial viñeta de Xkcd sobre renovables, ficción, literatura y un toque de raro humor. Fuente: Xkcd


En los últimos días he leído y escuchado diversas noticias que, por un lado, me han dado que pensar, y por otro, me han impulsado a escribir esta breve entrada, que más que una nota es un torrente de palabras e ideas. Básicamente se trata de dos noticias puntuales, que a su vez disparan conexiones con otros eventos:




(sí, ya se que son tres enlaces, pero son claramente dos noticias)


El trasfondo de estas dos noticias es el mismo: energía y economía. Por un lado, una comuna del interior chubutense se queda sin energía por varios días por la rotura de un generador Diesel que se usa para abastecer al consumo de la localidad, con la consecuencia de dejar a los pobladores no solo sin luz si no también sin agua. Este tipo de incidentes, que se puede verificar haciendo una búsqueda superficial en los portales de noticias, es algo bastante usual en las localidades que están aisladas de la red interconectada. Por otro lado, un gobernador (y luego un diputado de una provincia vecina) desliza la idea de cobrar un impuesto al viento para obtener algún tipo de regalías por los parques eólicos instalados en el territorio provincial. Una lectura rápida podría ofrecernos un plan de acción que suena tentador:

impuesto al viento --> más recaudación --> inversiones en las comunas aisladas de la provincia --> solución del problema de los cortes de energía



Lindo, ¿no es cierto? Sí, claro, en el país de las maravillas, porque lo más probable que ocurra es:


impuesto al viento --> no más parques eólicos --> desperdicio de un recurso natural abundante --> las comunas del interior siguen con el generador Diesel



O también:


impuesto al viento --> traslado del impuesto a los consumidores finales --> pagamos la energía más cara --> las comunas del interior siguen igual (o peor)


En la actualidad estamos viviendo una revolución energética. Después de muchos años la Argentina ha comenzado a subirse al tren de las energías renovables. Siempre me gusta recordar que allá por la década del '90, el parque eólico "Antonio Moran" de Comodoro Rivadavia, llegó a ser uno de los más importantes de Latinoamérica. Hoy en día es un parque obsoleto y parado, pero en su momento representó una apuesta al futuro. Luego de eso, con el trasfondo de la crisis económica crónica que nos agobia, el país "olvidó" las renovables, y tenemos que remontarnos hasta 2010-2011 para ver algún movimiento importante en ese sentido (parque eólico Rawson). Pero abstrayéndonos de esto, que es historia, la realidad es que ahora estamos de nuevo en la senda de la diversificación de la matriz energética, la reducción de emisiones contaminantes, concientización, uso racional de la energía, etc. ¿La forma en la que se lo está haciendo es la mejor? Seguramente no, pero al menos ya estamos dando pasos concreto en el sentido correcto. En este contexto, la Patagonia en general, y Chubut en particular, tienen un gran potencial. Tenemos fuentes energéticas de sobra: viento, ríos, océano y sol (sí, la solar puede aprovecharse en el norte de la región). Tenemos una población dispersa que, a excepción de los centro urbanos más grandes, está desconectada de la red eléctrica y depende de generadores Diesel que cuando no se rompen no les llega la provisión de combustible. Lo que ocurrió en Paso de Indios sucedió antes en Gan Gan o en Lagunita Salada, y todos los años se repite ¿Por qué no hacemos algo distinto?

Vista aérea del parque eólico Madryn I [Fuente: Genneia].

Uno de los puntos flacos de las energías renovables, más precisamente de la energía eólica y la solar, es la intermitencia y la imposibilidad de hacer pronósticos a largo plazo. La buena noticia es que esa energía se puede almacenar, y emplear en  los momentos donde falta. No me canso de repetir (esto ya lo dije en otra nota) que Argentina hizo desarrollos y experiencias muy importantes en el tema del hidrógeno que hoy en día han quedado paralizados (como el sector espacial, las ciencias... bue, dejemos eso para otro día). Tenemos el caso de Pico Truncado, de Comodoro Rivadavia, incluso de la Antártida, en donde hay experiencias piloto de generación, almacenamiento y uso de hidrógeno. La conjunción de renovables más hidrógeno permitiría almacenar energía en los momentos donde sobra (por ejemplo, cuando hay mucha generación y bajo consumo), generando hidrógeno a partir del agua; y luego generar energía con ese hidrógeno, cuando, por ejemplo, no hay viento o está nublado, obteniendo vapor de agua como residuo. Si por algún motivo no nos gusta el hidrógeno, pues podemos almacenar energía en otras formas: bombeo de agua en reservorios, almacenamiento de aire comprimido en grandes cavidades o en tanques, grandes arreglos de baterías, etc. En la provincia de Jujuy ya se están haciendo algunas cosas por el estilo.

En septiembre de 2018 circuló este mapa, de un proyecto para conectar 17 localidades del interior chubutense con el sistema eléctrico interconectado. Sin duda se trata de un proyecto interesante, pero teniendo en cuenta la realidad argentina, los recortes, mucho temo que va a ser utópico durante largo tiempo. De todas formas, aunque este proyecto se concretase, podría complementarse con pequeños emprendimientos basados en energías renovables para las localidades más dispersas [Fuente: Diario Jornada].


Para ir cerrando, tiro un propuesta. El viento, el sol, son recursos naturales que están al alcance de todos, que nadie tuvo que extraer de ningún lado. Por tal razón, no veo la necesidad de establecer impuestos al respecto. Lo que sí podría hacer Chubut, y la Patagonia en general, es generar pequeños emprendimentos basados en renovables para solucionar el problema de las comunidades aisladas. Dejar de depender del generador Diesel (ojo, no eliminarlo, sino complementarlo) y agregar un complemento con eólica y solar, alguna planta piloto de hidrógeno (en Pico Truncado ya se demostró su factibilidad), y avanzar en la sustentabilidad energética de la provincia. Hace unos pocos días, se inauguró en Olaroz Chico, en la provincia de Jujuy, una central fotovoltaica autónoma a 4000 metros sobre el nivel del mar, que provee energía para 62 familias, que antes dependían de un generador Diesel que les proporcionaba solo 10 horas diarias de energía. Con la planta fotovoltaica, que incluye almacenamiento en baterías de litio, se cuenta con energía suficiente para abastecer el consumo de el cuádruple de esa población. El programa se va a replicar en varias localidades aisladas de la provincia de Jujuy. ¿Por qué no pensar en algo similar en Chubut? En la provincia hay muchas comunas rurales con decenas o algunas centenas de pobladores. ¿Por que no darles un sustento energético renovable? Se pueden cuestionar muchas cosas, que si el litio es la mejor opción para grandes volúmenes de energía (podemos plantear alternativas nuevas, como zinc-aire), que si el hidrógeno es complejo de almacenar (eso está bastante bien estudiado), y un largo etcétera de dificultades. Pero... ¿acaso no es mejor proyectar en este sentido que seguir dependiendo de los generadores Diesel? Chubut es una provincia petrolera, siempre va a tener un relación directa con los hidrocarburos y la generación basada en éstos, pero no vendría nada mal diversificar la matriz, modernizar, mejorar. Quizás de esta forma también alentemos a los desarrollos regionales, la mejora de la calidad de vida, el acceso a la energía al alcance de todos. El camino es aprovechar mejor los recursos naturales, no ponerles impuestos y dejar que todo siga igual.

Gracias por leer y acompañar. Nos vemos en la próxima entrada, que estimo retomará los cauces habituales de este blog. Hasta entonces.

Vista aérea de Olaroz Chico (Jujuy) y su planta fotovoltaica autónoma. Fuente: El Crrnista.

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