Ecos de la Segunda Guerra Mundial en la Patagonia

En estos días se conmemora el 80º aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial, que comenzaría, en los hechos, la madrugada del 1º de septiembre de 1939, cuando Alemania invade Polonia. Sin embargo, podría decirse que su inicio es anterior, ya que la guerra se gestó durante los meses previos, no solo desde los preparativos militares, sino desde las provocaciones diplomáticas y la creciente tensión entre Alemania por un lado y Francia y el Reino Unido por el otro. Todo este asunto me llevó a retomar un tema que ya ha sido tratado, al menos parcialmente, en el blog, sobre la presencia o influencia de la Alemania nazi, y sus aliados, en la Patagonia. No se trata de un artículo exhaustivo, sino más bien una recopilación de historias dispersas que he ido compilando con los años y que, espero, sirvan para enriquecer el entendimiento sobre lo que pasaba en aquellos años en Europa y su relación con la Patagonia. Recomiendo seguir los enlaces que hay en cada historia para profundizar sobre los temas puntuales. Sin más que decir, escuchemos algunos de los ecos patagónicos de la Segunda Guerra Mundial.

Portadas de algunos diarios regionales argentinos dando cuenta de la ruptura de relaciones con Alemania, Japón y sus aliados (1944) y la declaración de guerra a los mismos países (1945). Fuentes: La Gaceta (Tucumán), El Orden (Santa Fe) y Golfo Nuevo (Chubut).

Espionaje e intrigas en la región patagónica

Mucho se ha hablado sobre la supuesta presencia de submarinos alemanes en las costas patagónicas, y diferentes rumores apuntan en el sentido de que uno, o más, podrían hallarse hundidos en diferentes lugares, que van desde la Caleta de los Loros, en la provincia de Río Negro, hasta diferentes lugares de la provincia de Santa Cruz, pasando por Chubut y la zona de bahía Camarones. Pero además de los submarinos, si es que existieron (cada tanto sale una noticia la respecto, pero suelen ser falsas), también hubo personas que, supuestamente, eran espías del régimen germano. Seguramente en los pueblos patagónicos deben quedar muchas historias y rumores circulando que desconozco. Voy a resumir, en forma breve, algunos casos que tuvieron cierta prensa, aunque, como verán, con muy poca información concreta; y también algunas historias de esas que circulan como rumores pueblerinos.


Red de espionaje nazi en Santa Cruz y Magallanes: Durante los meses de abril y mayo de 1939, esto es, entre tres y cuatro meses antes del inicio de la guerra en Europa, el diario chileno La Verdad, de Punta Arenas, alertaba sobre el "sensacional asunto del espionaje nazi en la Patagonia" (sic). Todo comenzó con una breve nota el día 22 de abril de 1939, en donde el diario La Verdad, sin dar detalles, declaraba poseer informes sobre la presencia de una red de espionaje nazi en Punta Arenas, íntimamente relacionada con supuestos agentes nazis detenidos en la provincia de Santa Cruz, en Argentina. El 25 de abril retoma este tema, diciendo que se confirma que hay contactos entre residentes en Chile con agentes nazis en Berlín, pero sin proveer mayor detalle, amparándose en la reserva de la investigación policial. Finalmente, el 2 de mayo del mismo año, se haría publico que el supuesto informante detectado en Río Gallegos (Santa Cruz) sería un tal Augusto Kietzmann, quien supuestamente informaba al gobierno alemán, diciéndole que la Patagonia estaba casi deshabitada, lo cual facilitaría una infiltración alemana no solo en Argentina sino en el sur de Chile. Al parecer, se le tomó declaración el día 21 de abril en Río Gallegos, durante seis horas, y luego se sumaron otros testimonios, conformando una causa de 200 fojas. La nota cierra hablando sobre la absoluta reserva de las autoridades argentinas.

Recortes del diario chileno "La Verdad", de abril y mayo de 1939, donde se advierte sobre la presencia de espías nazis en la Patagonia argentina y chilena. Fuente: diario La Verdad. Gentileza de Ricardo Foretich Oyarzun.


La noticia difundida por el diario chileno tiene su correlato en el hemisferio norte. El periódico estadounidense The Midland Journal, en su edición del 14 de abril de 1939, advierte sobre los intereses alemanes en la Patagonia, mencionando como fuente otro periódico, argentino, llamado Noticias Gráficas. Según éste, la embajada alemana en Argentina habría advertido a la oficina colonial de Berlín que "la Patagonia es tierra de nadie y podemos anexarla", y que "todo el territorio debería ser anexado como un campo de asentamiento y actividad económica por los alemanes". Esto fue, supuestamente, desmentido por la embajada alemana e investigado por el gobierno argentino.

Recorte del periódico estadounidense The Midland Journal, en su edición del 14 de abril de 1939. La idea de la anexión de la Patagonia por parte de Alemania no era nueva, y ya se había difundido (falsamente) en muchos medios en una época tan temprana como 1886.


Estaciones de radio de onda corta al servicio de los nazis: El escritor y activista antinazi austriaco nacionalizado estadounidense, Kurt Singer (1911-2005), escribió varios libros y textos con un fuerte mensaje antinazi. Uno de ellos, un manuscrito de poco más de una veintena de páginas titulado "Germany's Secret Service in Central America" (el Servicio Secreto Alemán en Centroamérica), analiza la situación de diversos países de América Central y el grado de infiltración o influencia alemana en el gobierno y la sociedad. Curiosamente, dedica una sección o capítulo entero a la Argentina, o mejor dicho, a las supuestas emisoras de radio que transmitían mensajes para el gobierno alemán. Singer denuncia que el servicio secreto alemán utiliza a Argentina, "el único país pro-Eje del hemisferio occidental" (sic), como centro de intercambio de información, y que desde estas estaciones los nazis transmiten información a Alemania sobre datos militares, movimientos de barcos, etc. Estos informes, supuestamente, llegaban a Argentina desde los distintos países centroamericanos por medio de un servicio de mensajería especial. Acto seguido, aparece una extensa lista (que se puede consultar acá) en la que se mezclan emisoras de radio y licencias de radioaficionados de diferentes puntos del país. Entre ellas se encuentran LU4 (actualmente Radio Patagonia Argentina, AM 630, de Comodoro Rivadavia, Chubut) y LU12 (actualmente Radio Río Gallegos, AM 680, Santa Cruz), así como licencias de radio particulares de todas las provincias patagónicas, con especial énfasis en Comodoro Rivadavia y Ushuaia.

Algunas de las licencias de radio, y sus correspondientes longitudes de onda, identificadas en el trabajo de Kurt Singer como asociadas a agentes del régimen nazi. Fuente: Hathi Trust Digital Library.


El misterioso viajero alemán: El periodista español Jerónimo Gómez Izquierdo realizó un viaje por la Patagonia a principios de la década de 1940, y plasmó sus vivencias en un libro titulado "Tierras Australes. La Patagonia. Tierra del Fuego". En dicho libro relata su viaje desde Buenos Aires a Ushuaia, pasando por todas las localidades de la costa atlántica patagónica (incluyendo Madryn), y su vuelta al norte, pasando por Punta Arenas, Lago Argentino y otros lugares. Al viajar desde Trelew a Comodoro Rivadavia, pasó por Camarones incluido, se detuvo a pernoctar en Malaespina, en donde conoció a un personaje singular. Allí, en el medio de la Patagonia, había un boliche de campo, que era también hotel, donde se alojó el periodista con sus compañeros. Allí conocieron a un misterioso viajero, de nacionalidad alemana, que viajaba en un auto de último modelo, equipado con un "gran aparato" (sic) de radio, y que se desplazaba equipado con carpa y elementos de caza y pesca. El dueño del boliche le negó alojamiento al alemán y, según le contó después al periodista español, no confiaba en él, decía que solía pasar por allí pero nunca se sabía que estaba haciendo, dudaba que se dedicase a la caza y la pesca, y un largo etcétera. Gómez Izquierdo asegura haber cruzado al misterioso viajero en varias localidades de la costa patagónica, siempre solo, siempre en parajes aislados, pero nunca pudo dilucidar que era lo que realmente hacía. ¿Un espía alemán? ¿Un contacto en tierra para dar apoyo o información a barcos/submarinos alemanes que se aventurasen al hemisferio sur? ¿Un ciudadano alemán buscando alejarse de las grandes urbes, para mantenerse alejado de "la grieta" (¡qué palabra!) entre germanofilos y aliadofilos? Dificilmente podremos saberlo, ahí queda la duda...

Portada del libro Tierras Australes (1942), de Jerónimo Gómez Iaquierdo.


La quinta columna argentina: En la edición del domingo 19 de mayo de 1940 del periódico Sweetwater Reporter, de Texas, aparece una nota informando sobre las "Fuertes medidas adoptadas contra quintacolumnistas" en Argentina. Según este periódico, los ministerios de Guerra y Marina estaban preparando pedidos de partidas de dinero adicional para mejorar las defensas costeras desde el Río de la Plata hasta el Estrecho de Magallanes, en respuesta a la agresión alemana a los países Bajos. Suena un poco raro, dado la distancia y la situación política de aquel entonces, que la respuesta argentina a la invasión de los países Bajos haya sido aumentar las defensas costeras, pero siguiendo con el texto, nos encontramos que se asegura que el gobierno argentino estaría considerando la construcción de dos o tres nuevas bases navales. Una de ellas sería en Tierra del Fuego, para custodiar el Estrecho de Magallanes. Otra en Puerto Deseado, para defender los pozos de petróleo emplazados en Comodoro Rivadavia. La tercera sería en Puerto Madryn, como punto equidistante entre Puerto Deseado y la base naval de Puerto Belgrano. Además, se asegura que el país agregaría unos 250 aviones a la fuerza aérea. ¿Será cierto? Habría que verificar en diarios nacionales de aquella época.

Parte de la noticia publicada por un diario norteamericano en el que se decía, entre otras cosas, que el gobierno argentino planeaba construir dos o tres bases navales en la Patagonia. Fuente: The portal to Texas History.

Submarinos por aquí, submarinos por allá... ¿dónde están los submarinos?: Sí, inevitablemente cuando se habla de la presencia nazi en la Patagonia lo primero que se menciona son los supuestos submarinos que desembarcaron personas y bienes en puntos a lo largo de toda la costa Atlántica. La verdad es que nada de eso ha podido ser confirmado y todo queda en rumores, unos pocos testigos y algo de documentación que no es concluyente (anotaciones en el libro de navegación del torpedero San Juan, por ejemplo). De todas formas, como dice el viejo refrán, "cuando el río suena, agua lleva", tampoco hay elementos contundentes para descartar la presencia de submarinos alemanes en la costa argentina. Si vamos a los hechos, hubo dos de ellos que se entregaron en el puerto de Mar del Plata, varias semanas después de la finalización de la guerra en Europa. En este caso quería compartir dos breves relatos que alimentan esta historia de los submarinos. El primero de ellos está relacionado con una nota aparecida en el diario La Prensa en julio de 1940, el cual se hacía eco de otra noticia aparecida días antes en el diario chileno La Verdad, de Punta Arenas. El diario trasandino informaba que "se habría avistado en el estrecho de Magallanes frente a Punta Arenas, un submarino de nacionalidad no identificada, de gran tamaño y armado con un cañón a proa, que navegaba hacia el Atlántico, al parecer en compañía de un buque tanque". Si bien la descripción es bastante minuciosa para tratarse de un avistaje ocasional, el redactor de la nota de La Prensa pone en duda la posibilidad de que se trate de un submarino alemán, asegurando que el extremo sur de América no representaba una ruta con suficiente tráfico como justificar la presencia de un submarino tan lejos de Alemania. Tampoco hay indicios de que los militares chilenos o los argentinos tomaran alguna medida ante este avistaje. ¿Se trató de una confusión? ¿Podría haber sido un submarino japonés? ¿una simple nota sensacionalista sin ningún fundamento? Preguntas que seguramente quedarán sin responder.

Recorte del diario La Prensa en el que se anuncia el avistamiento de un submarino no identificado en el Estrecho de Magallanes, y se cuestiona la posibilidad de que el mismo fuese confiable. Fuente: Uboat Argentina.

Otro relato interesante para rescatar, ya que hablamos de submarinos, es la historia que circula por algunos campos de la zona patagónica, que habla de un submarino que se aprovisiona en una estancia, donde se tiene la previsión de emborrachar a todo el personal para que no recuerden nada de la extraña visita nocturna. Esta historia ha sido muy bien resumida en forma gráfica en una historieta por el dibujante, escritor e investigador Alejandro Aguado, que comparto a continuación.

Historieta de Alejandro Aguado publicada en la revista Noche Polar, que cuenta la historia de un misterioso contacto entre un submarino alemán y colaboradores en una estancia patagónica. Fuente: Facebook Alejandro Aguado.

Voluntarios Patagónicos en la 2º Guerra Mundial

En la Segunda Guerra Mundial hubo un importante número de voluntarios argentinos que se sumaron a la causa aliada, quizás no tanto con un sentimiento de patriotismo nacionalista como en la Primera Guerra Mundial (donde inmigrantes e hijos de inmigrantes se involucraron en la matanza europea), sino más bien con el ideal de la lucha contra el totalitarismo que representaban Hitler y Mussolini. Entre esos voluntarios hubo varios patagónicos, algunos de los cuales (apenas una muestra) quiero recordar aquí.


De Gales a Trelew y de Trelew a la guerra: Según cuenta M.H. Jones en su libro "Trelew un desafío patagónico", entre octubre y noviembre de 1918 el valle inferior del Río Chubut fue alcanzado por la epidemia de gripe mundial que pasó a la historia como la "gripe española". Entre los que fallecieron se encontraba el empresario cinematográfico del pueblo, señor Ben Dar Lewis, el que después de estar enfermo durante una semana, dejó de existir el 10 de noviembre, a los 29 años. Había llegado desde Aberdar (Gales) a Chubut en 1913, y además de dedicarse al incipiente negocio del cine era electricista. A las pocas semanas de su desaparición, su esposa Mary Phillips tuvo un hijo, al que le dio el nombre de su difunto cónyuge, y menos de un año después, el 28 de octubre de 1919, regresó a Liverpool. El pequeño Ben Dar Lewis, trelewense y patagónico de nacimiento, le tocó, veinte años después, actuar como soldado durante toda la Segunda Guerra Mundial. Protección Divina, suerte, o una mezcla de ambas, le permitieron sortear todo el conflicto sin recibir una sola herida, pese haber estado en Dunkerque, donde tuvo que alejarse a nado de la costa francesa hasta ser rescatado por un barco inglés. Luego lo enviaron al frente de batalla en el norte de África. Tiempo más tarde participó en las avanzadas del ejercito aliado directamente a Sicilia para seguir luego a la Italia continental y posteriormente a Francia, donde lo sorprendió el armisticio. Curioso destino de esta familia, que escapó de la guerra europea de 1914-1918, y que volvió para enfrentarse a la Segunda Guerra Mundial en primera persona.

En las páginas del periódico galés Y Drafod aparecen referencias a Ben Dar Lewis, tanto de su vida como de su lamentable deceso. Respecto de su familia, lo único que hay es una referencia al nacimiento de su hijo, que llevaría su mismo nombre (derecha) y la posterior partida de su viuda (izquierda). No he podido corroborar la historia que relata M.H. Jones respecto de las peripecias de Ben Dar Lewis "junior" en el frente de batalla.


Un viedmense luchando por la Francia libre: El semanario Golfo Nuevo, en su edición Nº 1424 del 20 de marzo de 1943, informa sobre la visita de un voluntario oriundo de la ciudad de Viedma, que fue a pelear con las fuerzas de la Francia Libre (o sea, las fuerzas francesas en el exilio). La nota, que transcribo a continuación, no deja claro si este viedmense, llamado Joaquín Rodriguez, se alistó desde la Argentina y se sumó a las fuerzas francesas, o si ya estaba en Francia desde antes del inicio de las hostilidades. Muy posiblemente se haya tratado de alguno de los aviadores argentinos que se sumaron a las fuerzas aliadas en forma voluntaria en la medida que la guerra recrudecía.

Nos visitó un delegado del Comité De Gaulle de B. A.
Cumpliendo una misión de difusión de la revista "France Nouwell", que le encomendára el Comité nombrado, estuvo en Madryn el ciudadano argentino señor Joaquin Rodriguez, quien actúa de voluntario con las fuerzas francesas libres que comanda el General De Gaulle.
Nuestro visitante que es nativo de Viedma (Rio Negro), se encuentra con licencia, cumplida la cual se propone reintegrarse de nuevo a su cargo de Aviador de las fuerzas del General De Gaulle.
Nuestro compatriota ha combatido en Narvick (Noruega) en Brest (Francia) y en Oriente y ostenta varias condecoraciones, entre ellas la «Cruz de Guerra», por servicios distinguidos y acciones de guerra.
Nos manifestó que se encontraba satisfecho de la favorable acogida que se le había dispensado en la Patagonia, durante la gira de que regresa, especialmente en Trelew y Madryn; agregando, que complacido quería destacar, la cooperación que patrioticamente desarrollaba la distinguida dama francesa señora Claire B. de Buzzi, en favor de la causa de Francia que representa el Gral De Gaulle.
Con estas breves declaraciones se despidió el señor Rodriguez, quien regresa de nuevo, a luchar bajo el símbolo de la «Cruz de Lorena»


Una aviadora patagónica por adopción: Maureen Dunlop nació en Quilmes el 26 de octubre de 1920. Su madre, Jessimin May Williams, era inglesa, y su padre era el empresario rural australiano Eric Chase Dunlop, empleado de la "Southern Land Company" a cargo de la la gestión de las 250.000 hectáreas para explotación ovina en la Patagonia. Fue educada principalmente por su institutriz en una estancia en la zona de Pilcaniyeu, aunque también asistió al Colegio Santa Hilda en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. Experta jinete, tomó lecciones de vuelo durante un viaje a Inglaterra en 1936. A su regreso a la Argentina, falsificó su certificado de nacimiento para continuar el entrenamiento de vuelo, uniéndose al Aeroclub Argentino. Al estallar la guerra, Maureen, y su hermana, decidieron unirse a la causa británica. Mientras la hermana se unió a la BBC, Maureen completó las horas de vuelo necesarias para ser admitida en la Air Transport Auxiliary (ATA). Fue una de las 164 mujeres pilotos en hacerlo, piloteando diferentes aviones, desde Spitfires y Mustangs hasta Typhoons y bombarderos Wellington. Volvió al país al finalizar la guerra, y trabajó como instructora de vuelo. Posteriormente se radicó en Inglaterra, donde se casó y se dedicó a la cría  de caballos, en su haras "Milla Lauquen", un resabio de voces patagónicas que recordaba su juventud en Pilcaniyeu. Falleció en 2012 en Inglaterra.

Portada del Picture Post del 16 de septiembre de 1944, con la 1º oficial Maureen Dunlop bajando de un Fairey Barracuda [Fuente: I love WW2 warbirds].

Mi vecino nazi

El partido nazi tiene sus raíces en la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial y en la crisis socioeconómica que imperó en Alemania desde entonces hasta principios de la década de 1930. Hasta que la guerra comenzó efectivamente en 1939, y que los horrores del régimen nazi empezaron a salir a la luz en los años posteriores, no tenía nada extravagante encontrarse con un simpatizante del régimen. Es que hasta que se puso en marcha la fatídica "solución final", el régimen nazi era un ejemplo más de fascismo y nacionalismo europeo. La democracia aún no había calado hondo en el viejo continente. En Argentina había simpatizantes del régimen nazi, y la Patagonia no era la excepción. Aún más, fuesen nazis o no, cualquier residente alemán en la Argentina estaría identificado por la nueva bandera del estado alemán, o sea, del Tercer Reich: la esvástica. Veamos entonces algunos casos bien patagónicos de simpatizantes al partido nazi.


El club Cóndor de Comodoro Rivadavia: Hace unos meses encontré en Facebook unas fotos poco conocidas de la década de 1930 sobre el club de planeadores Cóndor, emplazado en las inmediaciones de la empresa Astra (en el km 20). Este club fue fundado por el austríaco Franz Allesch, quien llegó a la Argentina en 1923, para trabajar en Astra, y a la par comenzó a desarrollar una pasión por la aviación que lo llevó a fundar un club de planeadores en la década de 1930, junto a socios de nacionalidad alemana, noruega, etc. Al parecer, en 1935 la embajada alemana les consiguió planos y libros de texto, y la empresa Astra les prestó un terreno. En agradecimiento se invitó a gente de la embajada y se embanderó el lugar con las enseñas nacionales de Argentina y Alemania, que en aquel entonces era la esvástica. El estallido de la guerra, sumado a la visita del acorazado alemán Schlesien en los meses previos a la invasión alemana a Polonia y los recelos que había respecto de algunos miembros del club, hizo que la actividad del club decayera. En 1940 Franz Allesch fue despedido de Astra y el Club Cóndor cerró sus puertas en Comodoro Rivadavia, tras cinco años de plena actividad, con 32 pilotos recibidos no solo de planeadores sino de artesanos de sus propias máquinas. El Club Cóndor se trasladó a Buenos Aires junto a la mayoría de sus socios, excepto Hilda Frank, quien aparentemente regresó a Alemania y se incorporó a la fuerza aérea del Tercer Reich.

Fotografía del club de planeadores Cóndor de Comodoro Rivadavia (1935). Fuente: Facebook Horacio Rivara.

Fotografía del club de planeadores Cóndor de Comodoro Rivadavia (1935). Esta foto es particularmente interesante porque podemos ver a un planeador del club que ostenta las dos banderas, la nacional y la del Estado Alemán. Fuente: Facebook Horacio Rivara.


Propaganda fascista en periódicos chubutenses: Lamentablemente no es fácil acceder a los periódicos regionales de esa época si uno no está en el lugar físico, ya que la mayoría de las colecciones no ha sido digitalizada. El semanario Golfo Nuevo, de Puerto Madryn, en general tuvo una visión crítica de la guerra, y en los años previos a la misma nunca exaltó el fascismo, sino todo lo contrario. Pero a lo largo del territorio hubo diferentes visiones de los sucesos europeos. Una vez más, en Facebook encontré una referencia a un viejo periódico de Trelew, denominado "El Pueblo", cuya línea editorial era pro-fascista. Para ejemplo bastan un par de páginas, como estas donde se hace propaganda de Mussolini. Dicen que de la misma forma hubo algún otro ejemplar dedicado a Hitler, y que en numerosas ocasiones desde el diario se instaba a las autoridades nacionales a seguir estos ejemplos de gobierno.

Recortes del periódico "El Pueblo" (Trelew) del 30 de noviembre de 1936, dedicado a ensalzar los logros del fascismo italiano. No tiene desperdicio el cuadro de arriba a la derecha, firmado por un tal Mario Intaglietta, que dice: "Muchos son los prejuicios en contra del fascismo. Prejuicios que tienen su origen en la pereza mental para estudiarlo y en el odio político para juzgarlo. Pero la realidad del fascismo tiene una elocuencia que grita y una fuerza de persuasión irresistible". Fuente: Facebook Recuerdos del Valle Inferior del Río Chubut.


Afiliados al NSDAP en la Patagonia: Como mencioné más arriba, antes de 1939 nadie podía sorprenderse de sobremanera con encontrarse con un simpatizante del régimen nazi. Prueba de esto son los afiliados al NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) que había repartidos a lo largo del país, incluyendo la región Patagónica. En un trabajo realizado por el historiador Julio Mutti (Uboat Argentina), se puede ver la lista de miembros del NSDAP en Argentina [ver aquí, (A-G), (H-P), (R-Z)], entre los cuales encontramos a 21 patagónicos, repartidos entre las provincias de Chubut (14 afiliados), Río Negro (6 afiliados) y Santa Cruz (1 afiliado). Todos los afiliados al NSDAP de Chubut estaban radicados en Comodoro Rivadavia, y entre ellos aparecen algunos nombres vinculados al club de planeadores Cóndor, como por ejemplo Leo Hertlein, quien falleciera en 1939 en un accidente mientras piloteaba un planeador Kassel 12A.


Una lobería que... ¿no era lobería?: Las historias de submarinos y barcos corsarios alemanes aprovisionándose en la Patagonia circulan hace rato, pero las pruebas son muy endebles, cuando no inexistentes. Con esto no quiero decir que no haya ocurrido, sino que todavía no hay pruebas contundentes al respecto. Entre los tanto lugares señalados como posibles puntos de reaprovisionamiento se encuentra una antigua (actualmente abandonada) factoría dedicada a la explotación de recursos derivados de los lobos marinos emplazada en la mitad del golfo San Jorge y a mitad de camino entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia. Esta lobería era propiedad de la firma Lahusen, de capitales germanos, en la década de 1940, y fue señalada por los servicios de inteligencia aliados como posible centro clandestino de reabastecimiento de corsarios alemanes operativos en el Atlántico Sur. Todavía no se pudo verificar fehacientemente que estas sospechas sean ciertas, pero la soledad del lugar y su lejanía de los centros poblados la convierten en un lugar muy atractivo para hacer una actividad clandestina, como por ejemplo, abastecer navíos beligerantes en una guerra donde nuestro país era oficialmente neutral.

Restos de la antigua lobería propiedad de la firma alemana Lahusen, a mitad de camino entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia. Fuente: Uboat Argentina.


El final de la guerra

Antes del comienzo de la guerra, o en los primeros meses, podría haber alguna cuota de duda sobre la legitimidad de la misma, sobre las razones de Alemania para poner en marcha su maquinaria bélica. Sin embargo, en la medida que la guerra ganaba intensidad, quedaba cada vez más claro no solo la ambición totalitarista alemana, que pretendía someter Europa, y algo más, al Tercer Reich, sino los horrores del régimen racista y despiadado que querían imponer los nazis. Hacia el final de la guerra los residentes de países del Eje en nuestro país quedaron en cierta forma aislados, convirtiéndose todos en potenciales miembros o agentes de dichas potencias. En la Patagonia también repercutiría de la misma forma, como podremos ver en los siguientes, pequeños, ejemplos.


Ruptura de relaciones con el Eje, dentro y fuera del país: En el Boletín Oficial de la República Argentina Nº 14821, del 7 de febrero de 1944, se publica el decreto del 25 de enero del mismo año que oficializa la ruptura de relaciones diplomáticas con los Gobiernos de Alemania y Japón. Dicho decreto se fundamenta, en lo textual, en la existencia de redes de espionaje amparadas por privilegios excepcionales de las representaciones diplomáticas de Alemania y Japón, aunque en lo real ese decreto se explica por las presiones internacionales que hacían cada vez más insostenible la neutralidad argentina. La ruptura de relaciones no se limitaba al retiro de funcionarios diplomáticos, sino que también incluía la suspensión de todas las comunicaciones radiotelefónicas y radiotelegráficas con Alemania, Japón, todos los países o territorios aliados, ocupados o controlados por ellos. Otro decreto, directamente relacionado con los dos anteriores, cancelaba las patentes de los consulados de Alemania y Japón en todo el país.

Cancelando patentes otorgadas a representantes del Cuerpo Consular de Alemania y de Japón.
Buenos Aires, 31 de enero de 1944.
2041.M.22. — Visto el Decreto Nº 1830-M7, de fecha 26 de enero del año en curso, por el que se declaran rotas las relaciones diplomáticas con los gobiernos de Alemania y Japón, y en cumplimiento de las medidas consecuentes,
El Presidente de la Nación Argentina
DECRETA
Artículo 1º — Cancélanse los exequatur otorgados: el 28 de noviembre de 1942 a la patente que acredita al señor Karl August Koch en el carácter de Cónsul de Alemania en Mendoza; el 28 de noviembre de 1942 a la patente que acredita al señor Hermann Barón Buxhoveden en el carácter de Vicecónsul de Alemania en Puerto Madryn; el 18 de agosto de 1939 a la patente que acredita al señor Georg Winkelmann en carácter de Cónsul de Alemania en Posadas; el 30 de junio de 1939 a la patente que acredita al señor Hans Allfeld en el carácter de Cónsul de Alemania en Rosario; el 6 de mayo de 1938 a la patente que acredita al señor Ricardo Pfohl en el carácter de Vicecónsul de Alemania en Resistencia; el 17 de enero de 1928 a la patente que acredita al señor Willibald Drescher en el carácter de Vicecónsul de Alemania en Concordia; el 4 de agosto de 1925 a la patente que acredita al señor Rodolfo Paarmann en el carácter de Vicecónsul de Alemania en Río Gallegos; el 16 de agosto de 1921 a la patente que acredita al señor Federico Gebien en el carácter de Vicecónsul de Alemania en Santa Fe; el 9 de febrero de 1938 a la patente que acredita al señor Toyokichi Fukuma en el carácter de Cónsul del Japón en Buenos Aires; y el reconocimiento efectuado el 22 de enero de 1941 al señor Alfred Becker en el carácter de Encargado Provisional del Consulado de Alemania en Salta.

Extracto del Boletín Oficial de la República Argentina Nº 14821, del 7 de febrero de 1944, donde se cancelan las patentes otorgadas a representantes del Cuerpo Consular de Alemania y de Japón. Fuente: Archive.org.


Aquí vemos como los viceconsulados alemanes de Puerto Madryn y Río Gallegos fueron cancelados, como parte de la ruptura de relaciones diplomáticas. La guerra, que avanzaba inexorablemente hacia su final, se manifestaba en la región a través del cierre de consulados y, en cierta forma, del aislamiento "mediático" de los ciudadanos alemanes.

Viceconsulado alemán en Río Gallegos [fuente: Diario Nuevo Día].

Viceconsulado alemán en Puerto Madryn [fuente: Facebook Madryn Olvidado].


Alemanes y japoneses, abstenerse de votar: En la edición del semanario Golfo Nuevo del día 30 de marzo de 1946 se informa que el Poder Ejecutivo emitió un decreto que fue remitido a la Gobernación, y esta a su vez lo remitió a las municipalidades que habían convocado elecciones, para excluir de los padrones municipales a los residentes alemanes y japoneses. De esta forma, si bien la guerra había terminado varios meses antes, los ciudadanos de las potencias del Eje, o mejor dicho, de Alemania y Japón (Italia quedaba excluida de esta prohibición), estaban en cierta manera "en cuarentena". Es importante notar esta diferencia entre el trato dispensado a alemanes y a italianos (los súbditos japoneses en la región eran casi inexistentes), que podría explicarse en el rol más bien secundario que se le asignó a Italia en la Segunda Guerra Mundial, como también a la numerosa colectividad italiana en la región y el país.

Extracto del semanario Golfo Nuevo del día 30 de marzo de 1946, informando sobre la prohibición de participación de ciudadanos alemanes y japoneses en las elecciones municipales. Fuente: Biblioteca Municipal y Popular Sarmiento (Madryn).


Lo que ya no sirve para la guerra, sirve para trabajar: Una de las cosas que sucedió al final de la Segunda Guerra Mundial fue que Estados Unidos tenía un excedente de material bélico que ya no necesitaba y que fue vendido a decenas de países del mundo. Argentina fue uno de los compradores de ese material, que sirvió para reforzar unidades de la Marina, la Fuerza Aérea y el Ejército. Pero también el mercado general, fuera de la órbita de Defensa, recibió parte de ese material. El ejemplo más claro es el del Jeep, un vehículo creado para operar en las duras condiciones del frente de batalla, y que ahora servía para el trabajo de campo o para lugares como la Patagonia, donde había pocos caminos y en no muy buen estado.
En la edición del sábado 7 de septiembre de 1946, el semanario Golfo Nuevo avisaba a los lectores de Puerto Madryn que la empresa de Transporte Agropecuario del Chubut (TACH) acababa de incorporar a su flota de transporte de cargas "un camión de doble diferencial (tipo Yip) llegado hace pocos días de ultramar donde había sido utilizado en los campos de batalla". Si bien no se trataba de un clásico Jeep Willys como los que se ven en las películas de época, se trataba de un camión doble tracción con 6 toneladas de capacidad de carga que seguramente sirvió en el frente para logística de transporte de tropas o cargas. Una cosa curiosa en la nota del semanario madrynense es la denominación "yip" en lugar de "jeep", sin duda una castellanización del inglés, el cual a su vez es una voz proveniente de una sigla empleada para identificar a un vehículo de propósitos generales: "General Purpose" --> "G.P." --> "jeep"

Anuncio de la empresa de Transporte Agropecuario del Chubut (TACH) sobre la reciente incorporación de camiones doble tracción, tipo "Yip", provenientes de los campos de batalla europeos. Fuente: Biblioteca Municipal y Popular Sarmiento (Madryn).


Palabras finales

Hace ochenta años el mundo se sumergió en las profundidades de una guerra tan horrenda y devastadora que todavía hoy no podemos terminar de entender las razones que la generaron y alimentaron, no se ha podido cuantificar con exactitud el alcance de los daños generados, y que ha tenido consecuencias hasta el presente. El mundo hoy vuelve a mirar, con peligrosa nostalgia, los nacionalismos del pasado, lo cual nos tiene que alertar para que no se cumpla la advertencia de George Santayana, "Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo". Aún desde el confín de la tierra, la Patagonia, donde todo parece ocurrir demasiado lejos, debemos estar alertas. La nota de hoy es simplemente un recordatorio en este 80º aniversario, para que no olvidemos las miles, y a veces pequeñas, formas en que una guerra como la sucedida entre 1939 y 1945, llega a todos los rincones del planeta.

En la edición de semanario Golfo Nuevo del 9 de enero de 1943 aparece esta publicidad destinada a la colecta de fondos para ayudar los defensores de Stalingrado. Es curioso como se habla de "soldados de la democracia" y "frenar el totalitarismo" cuando en el frente oriental estaban peleando, justamente, dos potencias totalitarias y para nada democráticas. Pero, es justo decirlo, es cierto que para el mundo libre occidental el stalinismo era el mal menor frente al horror nazi. Fuente: Biblioteca Municipal y Popular Sarmiento (Madryn).

Comentarios